Finalmente, este viernes se puso en marcha, por primera vez, la nueva planta de tratamiento cloacal para la ciudad de Córdoba, en la Estación Bajo Grande.
Se trata de una obra clave, demorada por décadas, que de cumplir con los propósitos para los que fue anunciada, terminará con el enorme impacto ambiental que la Capital viene provocando al río Suquía, por el insuficiente tratamiento con que funciona, desde hace muchos años, la actual planta municipal ubicado al lado de la ampliación que ahora se inaugura.
La nueva obra fue iniciada en 2016 y financiada con fondos de la Nación y de la Provincia.
Ahora, tras una recorrida en la que participó el gobernador Juan Schiaretti y el intendenete Martin Larryora, entre otros, quedó operativa.
La contaminación del río, que incluso llegaría hasta la laguna Mar Chiquita, ha generado la apertura de causas judiciales. En una de ellas, la Justicia Federal acaba de citar a declarar a ocho exfuncionarios de la anterior gestión municipal imputados.
Cómo es
La nueva planta se desarrolla sobre un predio de 50 hectáreas contiguo a la existente y como infraestructura agrega la construcción de cinco colectores troncales de más de 55 kilómetros de longitud que la conectan al radio urbano.
El monto de la inversión, según indicó la Provincia ahora, supera los 24.431 millones de pesos, financiados por la Nación y la Provincia. .
La planta de tratamiento tiene dos módulos y cada uno podrá tratar hasta 5.000 metros cúbicos (10.000.000 de litros entre ambas) por hora.
Consta de tres sedimentadores primarios, unidad de bombeo de barros primarios, concentradores de grasas, sala de sopladores, tanques de aireación, sedimentadores secundarios, estaciones de recirculación de lodos y sala de cloración. Además, dispone de una estación transformadora con generación alternativa, que permitirá sostener la tarea ante eventuales cortes de energía externa.
El líquido ingresa por la parte prexistente de la vieja planta para el primer tratamiento físico; allí se elimina grasa, arena y materia flotante. Luego, mediante bombeo, se eleva para que pueda recorrer la planta nueva y cerrar el proceso hasta su volcamiento al río, en condiciones adecuadas.
Desde 2016, con demoras
La planta comenzó a ejecutarse en diciembre de 2016 tras un acuerdo entre la Provincia y el Gobierno nacional para su financiamiento.
El convenio estableció que los fondos serían aportados en un 67,6 por ciento por la Nación y el resto estuvo a cargo de la Provincia. El compromiso se mantuvo con la anterior y la actual gestión de gobierno nacional.
En un principio se preveía un plazo de obra de 36 meses, para habilitarla a fines de 2019. Sin embargo, se fue postergando por los vaivenes económicos, con las continuas subas del dólar y de los costos. También la parálisis por la pandemia retrasó otro tanto su avance.
El presupuesto de 2016 en pesos se había ya duplicado hacia 2019. Luego, siguió la escalada.
