Ignacio Nicolás Martín (21) lleva dos años detenido en Río Cuarto. Se lo acusa de siete delitos; entre ellos, homicidio por dolo eventual, por el fallecimiento de un paciente al que atendió, sin ser médico, como miembro del Centro de Operaciones de Emergencia de la Provincia, en plena pandemia por Covid-19.
En la primera audiencia de este viernes, el imputado se dirigió al tribunal y contestó que iba a declarar. Pasadas las 11.15, dijo a tono de confesión parcial que lo obligaron a firmar como médico y que el Municipio sabía que él no era profesional de la salud.
En su alocución, que se extendió por 40 minutos, manifestó que los funcionarios provinciales Diego Almada y Pablo Carvajal, así como el secretario y el subsecretario de Salud de Río Cuarto, Marcelo Ferrario e Isaac Pérez Villareal, sabían que no era médico pero lo hicieron firmar como tal para ponerlo al frente del Centro de Operaciones Tácticas.
Se defendió de cada uno de los cargos que se le imputan, dio detalles y denunció irregularidades en los trámites municipales.
Por último, pidió perdón a la madre del joven fallecido y dijo que Pérez Villareal no le avisó que era un código rojo.
Una vez que terminó de declarar, la audiencia pasó a cuarto intermedio. Luego, por la tarde, declararon algunos testigos citados.
Qué dice la acusación contra Martín
Según la acusación, el 13 de noviembre de 2020, a las 8.30, el imputado Ignacio Nicolás Martín, en su carácter de jefe del COT, fue alertado por el subsecretario de Salud de la Municipalidad, Isaac Bernardo Pérez Villarreal, acerca de que se debía enviar personal médico al domicilio de Nicolás Alejandro Bertol, aislado por ser contacto estrecho de Covid-19, “aclarándole que Bertol presentaba una cardiopatía mitral severa”.
El fiscal Pablo Javega, al elevar la causa a juicio, dejó sentado que Martín fue al domicilio, “pese a haber sido impuesto del diagnóstico del paciente, resultándole previsible que podía correr peligro la vida de este, como así también que el imputado carecía de la formación médica y la acreditación correspondiente para poder abordar y contener adecuadamente dicha situación, representándose como probable que dicho cuadro sanitario evolucionara en forma desfavorable y pudiera sucederse el deceso del paciente”.
“Ignacio Martín se mostró indiferente a tal escenario, decidió no derivar facultativos médicos integrantes del COT y acudir en forma personal a dicha morada, lugar al que arribó luego de estimadas dos horas y treinta minutos, después de serle requerida la atención médica por el Dr. Villarreal, haciéndose presente en el domicilio aproximadamente a las 11”, consigna la acusación.
Lo más grave contra el falso médico
Según la investigación, Martín “ingresó a la habitación en donde se hallaba Nicolás Alejandro Bertol, manteniendo un temperamento indiferente ante lo que podía acontecer en virtud del cuadro clínico que vislumbraba el paciente y, menospreciando de este modo el posible resultado mortal, procedió a realizar actos de incumbencia médica para los cuales no estaba habilitado, sobre la persona de Bertol consistentes en: controlarle los signos vitales, colocarle un oxímetro y procurar colocarle un inyectable del que no se conoce a la data su contenido”.
“Al ver que Bertol no respondía y permanecía inconsciente, le indicó a uno de los presentes que practicaran al damnificado RCP –reanimación cardiopulmonar–, una maniobra que debió realizar el hermano de la víctima, Mauricio Bertol; a la par que Martín le colocaba un desfibrilador al damnificado, el que se encontraba inactivo, ya que carecía de batería”, revela.
Finalmente, la instrucción determinó que “ante la falta de respuestas por parte del damnificado y desbordado por la situación, recién entonces el encartado Martín optó por solicitar que se llamara a una ambulancia, a la línea 107, por encontrarse el paciente en paro cardiorrespiratorio, ante lo cual acudió el Servicio de Emergencia de Amor y Paz, a cargo del Dr. Franco Mateo Turco”. La ambulancia concurrió al domicilio a las 11:21, aproximadamente, y tras realizar maniobras de RCP, como así también procurar su reacción mediante el uso del desfibrilador con el que contaba dicho servicio de emergencias, constató finalmente la ausencia de signos vitales y el consecuente óbito de Nicolás Bertol, a las 12:30.
El caso Bertol es la acusación más grave que pesa sobre el falso médico y con la que comienza el juicio en su contra en la Cámara del Crimen de Río Cuarto.
También es querellante el municipio de Río Cuarto, que se considera damnificado y engañado por Martín, quien con un carné falso del Consejo de Médicos y otra documentación apócrifa llegó a cobrar por guardias médicas más de $ 80 mil. Está citado para la primera audiencia el secretario de Salud municipal, Marcelo Ferrario.
Los delitos que se le imputan a Martín son usurpación de título y ejercicio ilegal de la medicina –continuada–, uso de documento privado falso –hecho nominado primero–, defraudación calificada reiterada (dos hechos) –hecho nominado segundo y quinto–, falsedad ideológica reiterada continuada –hecho nominado segundo y quinto–. También está acusado de defraudación calificada en grado de tentativa –hecho nominado séptimo–, homicidio por dolo eventual –hecho nominado cuarto–, lesiones graves por dolo eventual –hecho nominado sexto–, todo en concurso real.
