Con un temple tranquilo y frío el expiloto y vicecomodoro de la Fuerza Aérea Javier Galván (45) contó este jueves en una pequeña sala de los Tribunales de Cruz del Eje cómo fue su relación con Ivana Módica (47) y cómo terminó matándola el 11 de febrero de 2021.
El juicio comenzó cerca de las 9.30. La hija de Módica, Nicole, trataba de tranquilizarse antes de entrar a la sala, donde ya estaba sentado el asesino de su madre. “Es una situación durísima, no se la deseo nadie. Vamos a luchar para que mi mamá tenga la justicia que se merece y pueda descansar en paz”, dijo en diálogo con La Voz.
En la sala también estaba la hermana de Ivana, Carol Módica y las compañeras de trabajo de la víctima, que pertenecen al área administrativa de las Fuerzas Aéreas.
Paula Kelm, fiscal de Cámara, que también fue la de Instrucción, presentó el caso ante el tribunal y los jurados populares y la acusación: desobediencia a la autoridad (por no respetar una perimetral) y homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género.
Detalló la sucesión de hechos que ocurrieron en La Falda, donde residían Galván y Módica desde diciembre de 2020. Allí recordó que aquella noche del 11 de febrero se generó una discusión entre ambos, él la tiró contra el piso y la estranguló hasta matarla. Luego vistió el cuerpo de Ivana con ropa deportiva, lo ocultó en su auto y comenzó un recorrido para intentar deshacerse del cuerpo y lo terminó arrojando en un tramo del Camino al Cuadrado del Valle de Punilla.
El 12 de febrero alertadas por la falta de respuesta a las llamadas, la madre e hija de Ivana le piden a Galván que haga la denuncia por su desaparición. Él fingió preocupación y dijo que ella había salido a caminar al cerro. Un enorme operativo de búsqueda en el valle de Punilla se montó en esos días con personal de bomberos, policía y rescatistas bajo la órbita de la fiscal Jorgelina Gómez, que reemplazaba a Kelm.
Desde el comienzo las sospechas se volcaron sobre Galván por eso Gómez ordenó su detención. El 19 de febrero el hombre confesó haber matado a su pareja e indicó dónde había ocultado el cuerpo.
El contexto de violencia
“Es el desenlace de una relación violenta donde Galván se posicionó con el poder hasta para decidir la vida de Ivana Módica”, indicó Kelm en la sala. Habló del “círculo de la violencia” en el que estaba sumida la pareja y de la actitud de Galván cuando obstruyó la investigación.
La querella, representada por José D’Antona agregó que la mentira “fue parte de toda la vida de Galván” porque empezó a tener una relación con Módica estando casado, luego mintió denunciándola a ella en octubre de 2020 y luego sobre su desaparición.
El defensor de Galván, Rodrigo Álvarez, planteó que dada la confesión de Galván, no estaba en discusión el homicidio, pero dijo que iba a cuestionar la calificación por violencia de género. Aseguró que Galván no ejercía violencia sobre ella y que no la mató “por ser mujer”.
Esto es clave: marca de qué se va a hablar en el desarrollo del juicio. No del hecho en sí, que ya está probado, sino del contexto en el que se dio y si se configuró o no como femicidio.
Aunque las penas podrían ser iguales (perpetua) esta estrategia de la defensa busca quitar la calificación de femicidio para que Galván en algún momento pueda gozar de salidas transitorias en la cárcel y algún tipo de beneficio que no se permite cuando el condenado tiene una pena por motivos de violencia de género.
La declaración de Galván
Galván con un temple tranquilo y frío ofreció un relato con muchos detalles, por unos 30 minutos, de los inicios de su relación con Ivana, que se comenzó en 2012, cuando vivían en ciudades distintas. Él, por entonces, estaba casado. Entre 2016 y 2019 interrumpieron la relación. Dijo que Ivana le hacía reproches por el divorcio y por otros temas, como cuestiones económicas. En su narración, hizo hincapié en cómo se dividían los gastos.
Galván negó haber ejercido violencia sobre Módica y dijo que era ella la que lo hostigaba con planteos, pero declaración de Nicole y de una compañera de trabajo dejaron en claro que la mujer sufría violencia y no se animaba a denunciarlo.
En cuanto al hecho en sí, Galván dijo que se dio en una discusión, que ella le pegó a él y que él forcejeó y se cayó encima y la mató, pero que no tuvo “la intención de hacerlo”.
Nicole en su testimonio contó que su madre se quebró en octubre de 2020 cuando se entera que Galván la había denunciado por hostigamiento hacia él y su familia.
“Me confiesa que él le pegaba, me contó que tenía moretones y de la violencia económica que sufría. Cada vez que cortaban él le ofrecía cosas que sabía que le hacían falta a mi mamá y la manipulaba psicológicamente para que volvieran”, dijo Nicole. Luego del diálogo telefónico con su hija, Módica decidió hacer la denuncia contra él y establecen una orden de restricción de acercamiento. En ese momento ambos vivían en Córdoba Capital y en departamentos separados.
A pesar de la medida de protección, la pareja volvió a reconciliarse y plantean la idea de irse a vivir juntos a La Falda. Módica cumplía su sueño de tener por fin un hombre a su lado tras una vida de maternar y luchar sola. Las sierras y la casa con patio parecían un horizonte nuevo para la pareja. En diciembre de 2020 se mudaron y la ilusión terminó con el peor final dos meses después.
El poder
En la audiencia el querellante habló de Galván “como un hombre especial” aludiendo al entrenamiento con el que cuenta por ser militar, su preparación física y también psicológica para las situaciones más tensas como podría ser, una guerra. Según la querella, su condición de militar contribuía a una figura que engrosa la desigualdad de poder en la pareja
Su caso fue uno de los 15 femicidios ocurridos en la provincia de Córdoba durante 2021. Cuatro de ellos tenían como agresores a miembros de alguna fuerza de seguridad. Es decir, ese año el 26% de los femicidios fueron perpetrados por policías o militares. El dato duplicó, ese año, la media nacional que ronda entre el 10% y 15%.
Un caso que conmovió a Córdoba
La muerte de Ivana, residente de La Falda, conmovió a Córdoba por las características del caso, la búsqueda que demandó su extraña desaparición y las estrategias de Galván para no quedar involucrado.
Él mismo denunció la desaparición de su pareja el 12 de febrero de 2021. Dijo que ella había salido a caminar y no había regresado. Galván se fue a trabajar al Centro de Ensayos en Vuelo (CEV) de Córdoba, como hacía normalmente.
Horas antes, en la noche del 11 de febrero, Galván la había asesinado y enterrado en medio de una montaña cercana a La Falda, en la zona del Camino del Cuadrado.
La familia de Ivana comenzó a buscarla desesperadamente. Su madre, hija y hermana –que no vivían en Córdoba– viajaron para participar en la tarea, a la que se iban sumando policías, bomberos y rescatistas. Mientras, Galván daba pistas e indicios falsos para desviar la búsqueda.
En La Falda y en Córdoba se hicieron marchas para exigir su aparición con vida.
Con el correr de los días ya se perdían las esperanzas de encontrarla viva. Galván, ya detenido por las sospechas que habían generado algunas contradicciones en sus relatos, confesó finalmente que la había asesinado y dijo dónde había ocultado el cuerpo.
La autopsia indicó que murió por asfixia mecánica, es decir, por estrangulamiento.
Ivana era comunicadora y trabajaba como administrativa en la Fuerza Aérea de Córdoba, donde había conocido a Galván. Lo había denunciado en 2020 por violencia de género.
Apoyo de sus compañeras
Las compañeras de trabajo de Ivana y de Nicole, que también trabaja para la Fuerza Aérea, estuvieron presentes en el juicio con carteles con consignas en contra de la violencia de género. Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) habían convocado la concentración en la explanada de los tribunales de Cruz del Eje. “Por Ivana, por todas. No nos callamos más”, rezaba uno de los carteles.
