El Ministerio de Salud de Córdoba inició ayer la campaña de vacunación antigripal para grupos considerados de riesgo en toda la provincia. Tiene como objetivo evitar las formas graves de la enfermedad y complicaciones en grupos más expuestos, así como garantizar la atención en los sistemas de salud y seguridad en las distintas jurisdicciones de aquellos grupos con mayor exposición.
La campaña antigripal alcanza a niños y niñas de 6 a 24 meses (a quienes les corresponden dos dosis, si no las recibieron anteriormente), integrantes del equipo de salud, personal estratégico, personas de 65 años o más, personas gestantes en cualquier trimestre de la gestación, y puérperas (hasta el egreso de la maternidad si no recibieron la vacuna durante el embarazo).
También pueden vacunarse las personas entre los 2 y 64 años que tengan factores de riesgo, quienes en ese caso deberán presentar documentación que acredite la existencia de enfermedades preexistentes.
Estos grupos podrán colocarse la dosis correspondiente de manera gratuita en los más de 800 vacunatorios de la provincia, según indicaron desde el Ministerio de Salud.
La formulación de la vacuna cambia en cada campaña, de acuerdo a las cepas del virus circulante, por lo cual es necesario acudir a inmunizarse nuevamente cada año. Estas dosis se pueden aplicar junto con cualquier otra vacuna.
Factores de riesgo
Desde la cartera sanitaria insistieron en que aquella personas que tengan factores de riesgo, deben presentar una orden médica o documentación que certifique enfermedades preexistentes al momento de asistir al punto de vacunación.
Los factores de riesgo contemplados son obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.
Las autoridades aclararon que el avance de la campaña se realiza conforme a la disponibilidad de dosis que envía la Nación.
Sobre la gripe
La gripe o influenza es una enfermedad viral respiratoria que se presenta habitualmente en los meses más fríos del año. Los síntomas más comunes son: fiebre mayor a 38 grados, tos, congestión nasal, dolor de garganta, de cabeza, muscular y malestar generalizado. En los niños, pueden aparecer también problemas para respirar, vómitos o diarrea, e irritabilidad o somnolencia.
Estos síntomas suelen manifestarse a las 48 horas del contagio y la mayoría de las personas afectadas se recupera en una o dos semanas, con reposo y sin necesidad de recibir tratamiento médico.
Sin embargo, en mujeres embarazadas, niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, la infección puede conllevar graves complicaciones, y poner en riesgo la vida.
Por este motivo, la vacunación oportuna en estos grupos representa la herramienta de mayor eficacia para la prevención y su aplicación es recomendada, en lo posible, antes de la llegada del invierno.