Durante los primeros seis meses de embarazo, las necesidades calóricas de la mujer apenas varían. Sólo en el tercer trimestre se recomienda un aumento de aproximadamente 200 calorías diarias, lo que equivale a dos tostadas integrales o un pequeño puñado de nueces.
Pero comer por dos durante esta etapa, sentencian los especialistas, es una idea equivocada que puede poner en riesgo la salud de la madre y del bebé.
Lejos de duplicar las cantidades apuntan que el verdadero objetivo debe ser mejorar la calidad de la alimentación.
Complicaciones que se pueden evitar
Los expertos también afirman que comer en exceso durante el embarazo puede provocar un aumento de peso innecesario en la madre, con riesgos asociados como hipertensión o diabetes gestacional. Además se asocia a partos más complicados, con mayor probabilidad de inducciones y cesáreas.
Igualmente señalan que diversos estudios vincularon el sobrepeso gestacional con un mayor riesgo de obesidad infantil.
La dieta del plato de Harvard
Los obstetras recomiendan seguir como ejemplo la dieta del plato de Harvard, un modelo de alimentación saludable diseñado por la Escuela de Salud Pública de la universidad homónima.
Esta propuesta divide el plato en tres partes:
- la mitad debe estar compuesta por frutas y verduras variadas
- un cuarto por proteínas de calidad como legumbres, huevos o pescado bien cocido
- el otro cuarto por hidratos de carbono complejos, como arroz integral, avena o pan 100% integral
Asimismo aconsejan el uso de grasas saludables, como el aceite de oliva virgen extra, y priorizar el consumo de agua frente a bebidas azucaradas o refrescos.
También aclaran que hay ciertos alimentos que conviene evitar debido al riesgo de infecciones o contaminantes, como carnes y pescados crudos o poco cocidos, los quesos elaborados con leche no pasteurizada, el huevo crudo, la cafeína y el alcohol.
Cómo sería un menú diario equilibrado

- En el desayuno, un bol de avena cocida con leche, banana y nueces.
- Para el almuerzo, una ensalada de lentejas con verduras y huevo duro, acompañada de una fruta.
- Y en la cena, una merluza al horno con calabacín y papas cocidas, seguida de un yogur natural sin azúcar.
Hay ciertos nutrientes cuya demanda aumenta de forma considerable durante el embarazo y que no siempre se cubren sólo con los alimentos, por lo que puede ser recomendable tomar complementos alimenticios que ayuden a alcanzar las ingestas recomendadas.
Concretamente, el ácido fólico, el hierro, el yodo, la vitamina D o el DHA, un tipo de ácido graso omega-3 esencial para el desarrollo cerebral y visual del bebé.
Ni la alimentación ni la exposición solar garantizan por sí solas un aporte adecuado de estos micronutrientes a la mayoría de las gestantes, por lo que en muchos casos está indicado recurrir a suplementos.