Este jueves 6 de marzo, y tras la postergación de la primera audiencia por el estado de salud del único imputado, comienza el juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez, la joven estudiante universitaria de apenas 21 años asesinada en julio de 2024. El caso conmocionó a toda la sociedad cordobesa.
Por el asesinato de Catalina está imputado Néstor Aguilar Soto, amigo de la víctima y compañero de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Está acusado por homicidio agravado por violencia de género (femicidio) y alevosía.
El proceso se realizará en la Cámara 11° del Crimen de la ciudad de Córdoba, con ocho jurados populares y un tribunal técnico integrado por los camaristas Horacio Augusto Carranza (presidente), Susana Frascaroli y María Gabriela Rojas Moresi, que juzgarán a Aguilar Soto.
El inicio del juicio estaba previsto para el pasado jueves 27 de febrero, pero la defensa del imputado pidió postergarlo por su delicado estado emocional. La cámara ordenó entonces una pericia psicológica que se realizó el martes 25 de febrero con peritos oficiales y de parte que acreditaron la afectación en su salud mental y con criterio de internación.
Por esa razón, Aguilar Soto fue trasladado a un centro médico especializado para su atención. Este miércoles se repitió el peritaje que acreditó que el joven ya está en condiciones de abordar el juicio.
Marcelo Gutiérrez, papá de Catalina, puso en duda las intenciones de Aguilar Soto en cuanto a su salud mental y dijo que podría tratarse de una maniobra para intentar dilatar los tiempos. “Aún así, mañana (por este jueves) comienza el juicio y estamos expectantes. Queremos que Aguilar Soto reciba la pena máxima y poder darle un cierre a esta etapa. Eso nos va a dar paz y la posibilidad de comenzar una etapa de duelo y de aprender a vivir sin ella. Esto es una película de terror para nosotros, para toda su familia”, dijo el papá en diálogo con La Voz.
Marcelo Gutiérrez también recordó los detalles de la causa y la enorme cantidad de pruebas que complican a Aguilar Soto, no sólo como autor del hecho, sino por actuar con alevosía y en un contexto de violencia de género.
El papá de Catalina también se mostró agradecido por el apoyo de la gente. “Llegamos con mucho acompañamiento, de la familia, de amigos y de la sociedad en general. Incluso dos sacerdotes nos han mostrado su apoyo”, dijo Marcelo, quien también habla en nombre de la mamá de Catalina y de la hermana de la joven.
La familia aún mantiene un vínculo estrecho con Lázaro, el novio de Catalina, quien también sufrió un fuerte impacto emocional tras el asesinato de la joven.
Confesión
Néstor Aguilar Soto, el joven de 22 años imputado en la causa, confesó en la etapa de instrucción haber sido el autor del crimen. Resta saber si confirmará esa confesión en el juicio.
Ante su confesión en la etapa de investigación, es de esperar que la estrategia de la defensa de Aguilar Soto sea la de discutir los dos agravantes: el de alevosía y el de contexto de violencia de género.
“El juicio llega con abundante prueba y de calidad. Llega con una hipótesis y en el juicio se buscará la certeza de lo que ocurrió”, indicó el fiscal de cámara, Marcelo Sicardi.
Amigo y femicida
El femicidio de Catalina Gutiérrez conmocionó a Córdoba por distintas razones. Entre ellas, porque afectó particularmente a la comunidad universitaria a la que pertenecían tanto la víctima como el acusado. También porque fue un crimen perpetrado por un amigo de la víctima, algo que no es usual en los femicidios.
En los femicidios, entre el 60% y 70% de los crímenes son cometidos por parejas o exparejas de las propias víctimas.
En este caso, las pruebas que complican a Aguilar Soto en cuanto al contexto de violencia de género son los constantes planteos y escenas de celos que le hacía a Catalina, con quien no podía estar en una relación sentimental porque estaba de novia con otro chico.
Varios mensajes de texto y el testimonio de allegados a ambos complican al joven, quien fue la última persona que vio a Catalina con vida.
Aquel 17 de julio de 2024 Catalina, Néstor y otros amigos de la facultad quedaron en reunirse en el bowling del shopping Patio Olmos. Pero Catalina se demoró en llegar, lo que habría enojado a Aguilar Soto, quien regresó del shopping a su hogar con fuertes recriminaciones a su amiga, haciéndola sentir culpable de su malestar.
Por eso, Catalina le habría ofrecido pasarlo a buscar en su auto e ir juntos nuevamente al Patio Olmos para reencontrarse con sus amigos.
Catalina fue esta noche en su Renault Clio hasta la casa de Aguilar soto de calle Podestá Costa 3110, de barrio Jardín. Momentos después de que la chica entrara a la vivienda, se vio salir a su amigo cargando el cuerpo de Catalina para subirla a su propio auto.
Según los datos de la investigación, Aguilar Soto condujo el auto hasta barrio Kennedy, donde lo abandonó, lo prendió fuego y volvió caminando a su casa. La autopsia indicó luego que Catalina murió por asfixia. Su cuerpo presentaba también signos de un fuerte golpe.
Por su asesinato hubo días de duelo en la Universidad Nacional de Córdoba, donde la joven cursaba sus estudios y también misas en el Colegio 25 de Mayo al que había asistido en años anteriores. Organizaciones feministas también insistieron en su reclamo por los femicidios y el cese de la violencia de género.