¿Cómo se enfrenta cara a cara una situación de intento de suicidio? ¿De qué manera se actúa para impedir que una persona se quite la vida? ¿Quiénes son los que están y cómo es su preparación?
En Córdoba, el Departamento de Urgencias y Rescate (Duar), que depende de la Policía de la Provincia, se convirtió en un pilar fundamental en la intervención de lo que los especialistas llaman “crisis suicida”, que involucra a personas que, de manera activa, atentan contra su propia vida. La unidad está conformada por efectivos propios y también por bomberos.
Fabián Veneciano, Daniel Heredia y Jonathan Barrionuevo son parte de este equipo y hablaron con La Voz respecto de cómo enfrentar cada situación crítica y del impacto que tiene su trabajo.
“Nuestro objetivo es proteger la vida de la persona”
Según las estadísticas de Bomberos de Córdoba, en lo que va de 2024 recibieron más de cuatro llamadas por mes por intento de suicidio.
Veneciano, jefe del Duar, explicó que “en una guardia podés llegar a tener siete u ocho salidas, e incluso más. Dentro de eso, tenés intervenciones de personas que atentan contra su vida”, explicó el comisario. Desde hace dos años, el Duar adoptó un protocolo específico para estas situaciones, desarrollado en colaboración con el Ministerio de Salud.
Este protocolo que llevan a cabo los efectivos del Duar tiene como objetivo adaptar el enfoque de intervención a las necesidades particulares de las personas con crisis de salud mental, diferenciando estos casos de otras emergencias.
“El protocolo está diseñado para tratar a las personas con alteraciones psiquiátricas de manera adecuada, considerando que no todos los casos deben ser judicializados”, señaló Veneciano. Además, la misma política se complementa con el uso racional de la fuerza, garantizando que la intervención sea lo menos traumática posible para la persona que atenta contra su vida.
Los casos siempre entran por el 911, que es la central de comunicaciones. “El primero en llegar es, generalmente, el móvil policial que está en la jurisdicción correspondiente. Este se encarga de hacer la primera evaluación y realiza la solicitud de los servicios especiales”, explicó el comisario Veneciano. Dentro de estos servicios, está el Duar.
Los bomberos trabajan con dos departamentos: uno es el de incendios y el otro, de rescate. Siempre en estas situaciones se presenta el equipo de rescate, que es el que hará la contención de la persona en crisis.
Jonathan Barrionuevo, jefe de equipo, detalló el proceso de intervención: “Cuando recibimos un llamado, primero evaluamos la situación junto con el equipo policial local. Luego, entablamos un diálogo con la persona en crisis y activamos los recursos necesarios, como bomberos o negociadores del Eter (Equipo de Tácticas Especiales Recomendable), según la situación”.
El negociador, rol clave en el diálogo con las personas
Por su parte, Ariel Vega, jefe del Departamento de Negociadores de la Dirección del Eter, le comentó a La Voz que su equipo se enmarca dentro de la estructura del equipo táctico de la Policía provincial. El 13% del Eter está compuesto por negociadores y profesionales que reciben formación específica y continua.
“Nuestra principal misión es la negociación”, explicó Vega. “Se trata de una táctica crucial, no sólo en situaciones de intento de suicidio, sino también en casos de toma de rehenes o de secuestros extorsivos”, agregó. Si se confirma la amenaza, se convoca al equipo de negociadores.
“Cuando nos piden, siempre encargamos que vaya el negociador porque es quien va a ir llevando el diálogo para ver si esa persona colabora con la situación o para que genere la distracción para que se le pueda hacer el rescate”, apuntó Barrionuevo.
Los equipos del Duar suelen llegar antes que los negociadores y comienzan a dialogar con la persona en crisis para evaluar la situación y prepararse para una posible intervención física. “A la hora de llegar al lugar, nuestro principal desafío es dónde estamos, las circunstancias en las cuales se encuentra la persona y el método que pretende utilizar”, comentó el comisario Daniel Heredia.
En esta fase inicial, tantos los uniformados del Eter como los del Duar recopilan información vital: desde detalles sobre la vestimenta y el contexto del individuo hasta cualquier comentario que pueda ofrecer pistas sobre su estado mental.
“En muchos casos, el negociador puede llegar con retraso, pero nuestro equipo de rescate está entrenado para manejar la situación hasta su llegada. La intervención puede ser verbal o requerir una contención física, dependiendo de la escalada de la situación”, aclaró Barrionuevo.
La recopilación de datos no es un proceso aislado. Ambos equipos utilizan herramientas avanzadas de psicología y comunicación, incluyendo la programación neurolingüística (PNL), para construir un perfil detallado del individuo en crisis.
Vega aclaró que, aunque uno de los integrantes del equipo es un psicólogo especializado, no siempre es necesario que esté presente en el lugar. “Toda la información es útil para desarrollar un perfil que nos permita intervenir de manera efectiva”, aseguró.
Cuando la crisis requiere una intervención más profunda, el equipo de negociadores se enfoca en la comunicación para persuadir al individuo de que existe otra alternativa a la muerte. “Nuestro objetivo es mostrarle a la persona que hay otros caminos posibles”, dijo Vega. “La comunicación es clave para evitar la tragedia”.
En caso de que la situación lo requiera, los bomberos se preparan para una intervención más mecánica y además se encargan de la seguridad en caso de incendios o riesgos adicionales de la persona o hacia un tercero.
“Todo va a tener que ver de acuerdo con la escalada de violencia que esta persona vaya generando o con la escalada de sus impulsos”, agregó Veneciano. Hay veces en que el equipo no puede esperar a los negociadores porque ya accionó en cierta forma, por lo cual esa intervención es inmediata y es ahí cuando quien esté a cargo de la situación toma la posta.
“Siempre primando que lo que tenemos que proteger es la vida de la persona. Entonces se toman decisiones asegurando la escena para tener un buen resultado”, explicó el jefe.
El Duar no sólo se basa en protocolos, sino que también invierte en la capacitación continua de sus miembros. Según Barrionuevo, la unidad realiza un trabajo exhaustivo con psicólogos que les proporcionan herramientas para la intervención en crisis.
“La capacitación incluye la identificación de señales físicas y psicológicas que indican riesgo inminente, permitiéndonos tomar decisiones rápidas y efectivas durante la intervención”, agregó el uniformado.
Veneciano aportó que el equipo tiene que adaptarse constantemente a diferentes escenarios de crisis. “El entorno puede ser extremadamente riesgoso, por lo que siempre priorizamos la seguridad tanto de la persona en crisis como la de nuestro equipo”, comentó.
Una vez que el Duar completa su intervención, la persona es trasladada al centro asistencial adecuado. Los dos centros predeterminados que deben tomar estos casos son el hospital Tránsito Cáceres de Allende, ubicado en Buchardo al 1250, y el hospital Misericordia, en Belgrano al 1502.
Cuántas intervenciones por suicidios tuvo el Duar en 2024
Desde enero hasta agosto de este 2024, el Duar llevó a cabo 39 intervenciones de personas que atentaban contra su vida. Todos los casos resultaron en un rescate y la contención, lo que resalta la eficacia y la dedicación del equipo. El trabajo en equipo, la preparación y el respeto a los protocolos permitieron que ninguna de estas intervenciones terminara en una tragedia.
La prevención del suicidio no sólo recae en el equipo de negociadores. La capacitación de los policías en el primer contacto es esencial. Los primeros en llegar al lugar son los agentes de la Policía, quienes deben evaluar si se trata de una crisis genuina o de un malentendido. La intervención inicial puede ser suficiente para resolver la situación y evitar que escale.
El comisario Vega también enfatizó en la importancia de hablar abiertamente sobre el suicidio. “No se trata de incentivar el acto, sino de crear un espacio de conversación que permita a quienes están sufriendo expresar sus sentimientos y buscar ayuda. A veces, la falta de herramientas para abordar estas situaciones puede agravar el problema”.
