La Navidad puede ser un desafío emocional para quienes enfrentan la pérdida de un ser querido. Las fechas festivas, tradicionalmente asociadas con la reunión y la alegría, acentúan el vacío dejado por la ausencia, generando sentimientos de nostalgia, tristeza e incluso la tentación de evitar las celebraciones.
Raquel Calero Domínguez, especialista en psicooncología, ofrece una serie de recomendaciones para afrontar esta etapa con herramientas que permitan procesar el duelo y encontrar sentido en estas fechas significativas.
Recomendaciones para afrontar el duelo en Navidad
- Evitar el aislamiento. Aunque se decida no celebrar las fiestas, buscar compañía puede ser reconfortante. Siempre hay alguien dispuesto a acompañar sin necesidad de festejar.
- Expresar emociones y deseos. Comunicar abiertamente el estado emocional y las preferencias respecto a las celebraciones ayuda a establecer límites y recibir apoyo del entorno.
- Realizar reuniones familiares previas. Reunirse con todos los miembros de la familia, incluidos niños y adolescentes, para decidir cómo afrontar las festividades permite validar las emociones de todos y tomar decisiones conjuntas.
- Naturalizar la emotividad negativa. Reconocer y permitir la tristeza por la ausencia es un paso importante. Simbolizar la presencia del ser querido, como incluir una fotografía o encender una vela, puede ayudar a honrar su memoria y sentir su legado.
- Acompañar a niños y adolescentes en el duelo. Ofrecer información clara, transmitir seguridad y permitirles expresar sus emociones es esencial. Los niños suelen tomar a los adultos como referencia para enfrentar la pérdida.
- Buscar apoyo profesional si es necesario. Si el duelo resulta abrumador, acudir a un experto en salud mental puede ayudar a atravesar esta etapa de forma saludable y significativa.
El duelo es un proceso continuo que, cuando se trabaja adecuadamente, permite integrar la pérdida en la vida cotidiana y encontrar sentido en la existencia, incluso en fechas tan sensibles como la Navidad.
El duelo dura toda la vida
Calero Domínguez explicó que “los duelos duran toda la vida, pero el poder trabajarlos nos ayuda a vivir con sentido y plenitud nuestra existencia”.
Por eso es importante que si la persona se ve sobrepasada pida ayuda a un profesional experto que la acompañará a afrontar las etapas del duelo.
Igualmente, la doctora recordó que el duelo infantojuvenil es un duelo “afectivo, diferido y que puede ser de larga duración, ya que las capacidades cognitivas en este periodo evolutivo no posibilitan la comprensión del suceso de la muerte”.
Su expresión es fisiológica y conductual y se da en un plano íntimo, los infantes toman de referencia a sus adultos para afrontar la muerte. Por eso es tan importante que como referentes “se transmita seguridad: informando, explicando y acompañando.