El helecho es la planta más antigua sobre la Tierra. Cuenta con una gran variedad de especies de distintas formas y tamaños y generalmente se puede encontrar en regiones tropicales, zonas ecuatoriales y mediterráneas. Es muy común verla en casi todos los hogares.
Es una planta conocida por todos, pero no todos saben algunos secretos importantes de viejos jardineros que no están en ningún libro de botánica. Los helechos pueden lucir hermosos si se cuidan correctamente. El viverista Álvaro Ruiz Moreno enumera algunos trucos poco conocidos para tener esta planta siempre rozagante.
Cómo cuidar los helechos: cuatro trucos poco conocidos, pero eficientes
- Control de plagas. La principal plaga de los helechos son los hongos, porque las hojas y el follaje están siempre húmedos. Para mantenerlos sanos y a salvo se puede aplicar un fungicida orgánico hecho en casa. Mezclar agua con canela rallada y pulverizar sobre las hojas.
- Riego. A la hora de regar los helechos hay que hacerlo con un rociador, sólo en el follaje, y simulando la bruma presente en su estado natural. Es importante indagar el origen de una planta para reproducir lo mejor posible su ambiente natural. Lo ideal es usar agua de lluvia para regar esta planta.
- Ubicación. El helecho queda bien en cualquier parte de la casa, tanto afuera como adentro. Pero hay que tener en cuenta que a esta planta no le gustan las corrientes de aire. Por eso hay que ubicarlas en un lugar protegido, como terrazas o balcones. Prefiere la media sombra y no resiste el frío, mucho menos las heladas.
- Espacio. Si está en maceta, hay que cambiarlo cada dos años, ni antes ni después, y lavar la raíz. Para eso, el procedimiento es golpear suavemente con un pali para desprender los grumos de tierra y luego lavar bajo el pico. Ese será, además, un buen momento para la división de matas, la forma ideal para reproducir esta planta.
Por qué el helecho es la planta de la suerte
El helecho es considerada una planta protectora y, según el Feng Shui, atrae la fortuna y puede abrir campos energéticos. Constantemente depuran su energía.
También generan un ambiente relajante gracias a la frondosidad y caída de sus hojas perennes.