La localidad de Luque, en el departamento Río Segundo, viene trabajando en una política pública sostenida para mejorar la seguridad vial, logrando eliminar el uso de escapes libres en motocicletas.
El uso de escapes libres es un problema en la mayoría de los pueblos y ciudades de Córdoba. Las distintas administraciones municipales no encuentran cómo resolverlo. En varias se hacen operativos de control y de destrucción de escapes incautados, pero el problema (y las quejas de los vecinos) subsisten.
Más noticias del departamento Río Segundo
El proceso de cambio en Luque comenzó en 2007, con el uso obligatorio del casco a través de una ordenanza. Pablo Romano, actual coordinador de Seguridad Ciudadana del municipio, que además coordina un programa de Educación Vial en la Defensoría del Pueblo de Córdoba desde 2013, continuó con esta política desde la intendencia de Lucas Valiente pasando por la gestión actual de Diego Viano y la fortaleció con controles permanentes, sanciones efectivas y un fuerte enfoque en la educación vial.

Control y sanción: pilares del éxito
Luque, con apenas 8.000 habitantes, registró en 2024 casi 5.000 controles vehiculares, con el secuestro de 97 motos. Romano destaca que el área de Tránsito del municipio es un pilar fuerte de la gestión: “Se hacen controles, se labran actas y las multas se cobran”, aseguró.
Para reforzar la normativa, existen acuerdos con estaciones de servicio para que no expendan combustible a motociclistas sin casco, como parte de una estrategia de responsabilidad social.
Otro factor clave ha sido la educación. Desde hace años, el municipio realiza capacitaciones en todas las escuelas de la ciudad, con especial énfasis en el programa “Tu primera licencia”, dirigido a los estudiantes de sexto año.
Gracias a esa formación constante, los vecinos han incorporado como hábito el uso del casco, el respeto por las normas y el no uso de escapes libres. Aunque todavía existe un porcentaje mínimo que no respeta la normativa, Romano asegura que los operativos casi diarios han reducido los casos de reincidencia.

Un cambio que llevó años
Romano reconoce que llegar a este punto tomó mucho tiempo y esfuerzo. Sin embargo, el respaldo de los vecinos fue clave: “El hecho de haberlo sostenido en el tiempo hizo que se haya convertido en una regla”, explica.
En un contexto en el que en la provincia de Córdoba fallece en promedio una persona por día en siniestros viales, Romano advierte que este tipo de tragedias están “naturalizadas” en la sociedad. “Los números ya no nos impactan a nivel humano”, lamenta. Por eso considera que es fundamental deslegitimar las malas prácticas y sostener políticas públicas en el tiempo, que fomenten la seguridad vial y que generen cambios culturales que perduren en el tiempo.
En varias ciudades cordobesas suelen mostrarse los operativos en los que sus municipalidades hacen chatarra con los escapes libres secuestrados. Villa María, Río Cuarto, Río Tercero y otras varias han ido sumando controles en esa linea, pero la presencia de los escapes ruidosos y fuera de lo permitido sigue estando presente en sus calles y en las quejas de sus vecinos.
