El precio del aceite de oliva subió considerablemente en los últimos tiempos, obligando a muchas familias a buscar alternativas más económicas como el aceite de girasol o, incluso, a reutilizar el aceite de oliva.
Pero, ¿es realmente saludable esta práctica? ¿Cuántas veces podemos reutilizar el aceite sin perjudicar nuestra salud?
Reutilizar el aceite: un arma de doble filo
Si bien reutilizar el aceite puede parecer una buena opción para ahorrar dinero, la realidad es que no se recomienda hacerlo en exceso.
Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, explica que, aunque en condiciones ideales se podría reutilizar el aceite hasta 20 veces, en casa no solemos controlar la temperatura ni filtrar el aceite de forma tan rigurosa.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria recomienda no reutilizar el aceite de fritura, argumentando que limitar su reutilización es clave para reducir la formación de acrilamida, una sustancia potencialmente cancerígena.
¿Cuántas veces se puede reutilizar el aceite?
El sentido común es la clave a la hora de reutilizar el aceite. Lo ideal es reutilizarlo lo menos posible y, en caso de hacerlo, no más de 3 o 4 veces.
El tipo de alimento que se fríe también influye en la cantidad de veces que se puede reutilizar el aceite. Por ejemplo, freír croquetas, que dejan restos de pan rallado, ensucia mucho más el aceite que freír papas fritas.
El mejor aceite para freír
Aunque se puede reutilizar cualquier tipo de aceite, algunos son más adecuados para freír que otros. El aceite de oliva virgen extra, a pesar de ser más resistente a las altas temperaturas, no es el más adecuado para freír, ya que el calor destruye sus propiedades saludables. Lo ideal es reservar el aceite de oliva virgen extra para consumir en crudo.
El aceite de girasol, aunque muy popular para freír, tampoco es la mejor opción debido a su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados, poco estables a altas temperaturas. Es preferible optar por el aceite de girasol alto oleico, más resistente al calor.
Los mejores aceites para freír son el aceite de orujo de oliva y el aceite de oliva (sin apellidos), ya que son más resistentes a las altas temperaturas y más económicos que el virgen extra.
Reutilizar el aceite de oliva no es la opción más saludable, aunque en ocasiones puede ser necesario. La clave está en hacerlo con moderación y elegir el tipo de aceite adecuado para cada uso.
Una dieta equilibrada y un consumo responsable de aceite son fundamentales para mantener una buena salud.
Tipos de aceite y resistencia a altas temperaturas
- Aceite de oliva virgen extra: aunque es muy saludable, no es ideal para freír porque las altas temperaturas degradan sus propiedades beneficiosas. Es mejor usarlo en crudo para ensaladas o tostadas.
- Aceite de girasol: es común para freír, pero su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados lo hace menos estable a altas temperaturas.
- Aceite de girasol alto oleico: es preferible al aceite de girasol regular porque tiene más ácidos grasos monoinsaturados, lo que lo hace más resistente al calor.
- Aceite de orujo de oliva: también llamado “aceite de oliva sin apellidos”, es más resistente a las altas temperaturas y conserva las buenas características del aceite de oliva para freír. Además, es más económico que el virgen extra.
- Aceite de maíz: no es adecuado para freír debido a su alto contenido en ácido linoleico, un ácido graso poliinsaturado que lo hace menos resistente al calor.
- Aceite de coco: es rico en ácidos grasos saturados, lo que lo hace muy resistente a las altas temperaturas. Se volvió popular en los últimos años.
