Claudio Ariel Tejeda operaba como intermediario entre proveedores de estupefacientes a gran escala y minoristas dedicados al narcomenudeo. El Tribunal Oral Federal N° 3 de Córdoba capital lo condenó a cuatro años y ocho meses junto con sus cómplices, Maximiliano Jesús Contreras (cuatro años y tres meses) y Diego Esteban Seguin Mignola (cuatro años y nueve meses).
En un juicio abreviado acordado entre los imputados y el fiscal auxiliar Augusto Richter, la jueza Cristina Giordano concluyó que Tejeda operaba como “intermediario” entre proveedores de droga a alto nivel y “minoristas” dedicados a la venta en menores cantidades.
Tejeda contactaba a los minoristas “a través de recomendaciones de terceros o conexiones” y facilitaba la realización de “acuerdos” para obtener estupefacientes a gran escala, para luego revenderlos.
“Además, hacía uso de los llamados ‘punteros’, que no son otra cosa que intermediarios en la cadena (de índole diferente a la suya). Los ‘punteros’ le facilitaban lazos con nuevos clientes interesados en entrar en su negocio a cambio de una comisión”, señaló.
“Tejeda impartía órdenes y coordinaba las actividades de los miembros de menor rango dentro de la cadena de narcotráfico. También se encargaba de negociar con proveedores y coordinar la logística de transporte de grandes cantidades de droga; para ello utilizaba una variedad de vehículos, incluidos camiones y tráileres”, afirmó.
Las operaciones de Tejeda se probaron especialmente a través de las escuchas telefónicas, que permitieron a los investigadores trazar su “hoja delictiva”: el manejo permanente con proveedores, en un lenguaje elusivo (en código).
La magistrada puntualizó que el segundo implicado, Contreras, se asoció con Tejeda para participar de manera activa en la cadena de narcotráfico. Contreras adquiría, almacenaba, transportaba y preparaba las drogas para entregarlas a “clientes”. Pero también administraba las ganancias recaudadas.
Las intervenciones telefónicas lo captaron cuando coordinaba con Tejeda el contacto con proveedores y la distribución de grandes cantidades de drogas, compartiendo, en definitiva, las ganancias.
Una “recomendación” en Bouwer
El tercer involucrado en las operatorias fue Seguin Mignola. Llegó a contactarse con Tejeda gracias a la “recomendación” que le hizo un preso de la cárcel de Bouwer, con quien Seguin Mignola había compartido encierro.
En el marco de un seguimiento, el 31 de enero de 2023 Seguin Mignola cayó con más de un kilo de cocaína en la autopista Córdoba-Villa María, a la altura del peaje de la localidad de Toledo. La droga llevaba el sello del “delfín”, marca identificatoria de su origen: el cártel del Golfo, la peligrosa y conocida organización criminal mejicana.
Luego fue allanado el comercio de Tejeda, Mateo Resto Bar, en la ciudad de Córdoba, donde encontraron varios gramos de cocaína y cloruros. Mignola también atesoraba las mismas sustancias en su casa de Villa María.
Todos reconocieron los hechos y su participación, y fueron condenados: Tejeda, por confabulación para la comercialización de estupefacientes, comercialización y tenencia de drogas con fines de venta; Contreras, por confabulación para la comercialización y tenencia para la venta, y Mignola, por comercialización, tenencia y transporte de estupefacientes (arrastraba una pena previa de tres años por amenazas).
Qué significa el “sello del delfín”
En 2018, el sello “de calidad” utilizado por el cártel para identificar la droga fue detectado en una decena de paquetes en el doble fondo de una camioneta, en Formosa, según reveló entonces el Ministerio de Seguridad de la Nación.
En mayo de este año, tres extranjeros fueron detenidos en la localidad de Sarmiento (Totoral), acusados de integrar una banda boliviana dedicada al transporte, la distribución y la venta de cocaína, tanto en Córdoba como en otros puntos del país.
La droga llevaba, también, la marca del “delfín”. Sin embargo, en este caso al parecer la droga pertenecía a la narcobanda del país vecino, que proveía cargamentos desde hace años a la Argentina, según la Policía Federal.
La presunta jefa de la organización habría sido Aída Patricia “Patri” Rivera Jativa, quien cumple en Salta una condena de siete años de prisión por narcotráfico. Pese a estar presa, seguía manejando los hilos de la banda.
“Nosotros sólo manejamos la del ‘delfín’”, dijeron los integrantes de la banda en referencia a la cocaína que habrían comercializado, también, con el sello del “delfín”, del capo narco Reinaldo “Patrón del Norte” Castedo.
¿Compartían el mismo sello la cocaína de 2018 del cártel y la hallada en Sarmiento de la banda boliviana porque el primero proveía a la segunda? ¿O es porque es una forma ya “popular” de identificar en el “rubro” a la cocaína de cierta calidad, utilizada por varias bandas, como la boliviana y la de Castedo?
Insólitamente, el entonces juez federal de Orán (Salta) Raúl Reynoso, condenado en 2019 a 13 años de cárcel como jefe de una banda delictiva que cobraba coimas para favorecer a narcos, simuló haber indagado a Castedo cuando en realidad le tomó declaración al “doble”, ya que el “real” estaba prófugo.
El magistrado, según difundió La Nación, fue condenado recientemente por ese hecho, con lo que sumó su segunda pena.
En julio, se secuestraron tres kilos de cocaína y marihuana en Buenos Aires. Nuevamente, los efectivos hallaron el sello del “delfín”, en presunta relación con la droga de Castedo.
Rosario: condenaron a cordobés por llevar cocaína
El Tribunal Oral Federal N° 2 de Rosario condenó al cordobés Martín Alejandro Campos (49) a tres años y medio de prisión por tenencia simple de estupefacientes.
El delincuente fue descubierto el 18 de abril de 2023 en la ruta nacional 34, a la altura de la localidad de Totoras (Santa Fe), cuando viajaba en un colectivo.
Campos tenía en su poder 32,7 gramos de marihuana (en dos frascos), cuatro porros y 547,5 gramos de cocaína.
