En medio del drama que están viviendo miles de jubilados tras la decisión del Pami de recortar un programa que le otorgaba de manera gratuita una serie de medicamentos, este jueves ocurrió en la sede de la obra social en Córdoba una situación que provocó conmoción entre todos los que esperaban por ser atendidos en el lugar, en pleno Centro de la Capital.
En la oficina ubicada en la avenida General Paz, un adulto mayor desesperado porque no consigue su medicación se roció el cuerpo con combustible (se presupone que es querosene) y luego intentó prenderse fuego con un encendedor en la mano.
De acuerdo con lo informado por Radio Mitre Córdoba, unos conocidos de él lo alcanzaron a detener antes de que llevara a cabo la dramática decisión. “Yo lo conozco, viene todos los días, tiene una enfermedad terminal y no le dan soluciones, hoy quiso hacer esto y lo alcanzamos a agarrar entre varios que siempre estamos acá”, dijo una de esas personas a ese medio.
El hombre fue atendido por un servicio de emergencias y está siendo contenido en el lugar.
Situación traumática
Mariano Luquez, delegado de la Unión de Personal Civil de la Nación (Upcn) en Pami Córdoba, dijo que la situación “es muy traumática”, porque los afiliados “se enteran por los medios que se cortó la cobertura, porque fue algo que no estuvo planificado y que eso genera que lleguen a Pami con un fuerte estado de nerviosismo”.
Luquez pidió a los familiares de los jubilados que los ayuden en la consulta de los requisitos que figuran en la página web para que vayan a la sede con los formularios requeridos ya completos y eviten tener que retirar los documentos, llevarlos al médico de cabecera y tener que volver, el doble trámite.
“En su gran mayoría los que la necesitan la van a seguir teniendo, la medicación se les va a seguir dando y existe una última instancia que es el área de Servicios Sociales que puede autorizar excepciones”, confió.
Ana, una de las jubiladas que estaba este jueves en la cola, dijo que venía a pedir que se mantengan los descuentos para ella y para su marido. Ambos son diabéticos, y cobran la mínima, a pesar de que tienen más de 30 años de aportes. “Se corta el hilo por lo más fino, que somos nosotros, que si tenemos que pagar los remedios no nos alcanza para nada ya. Mi marido es operado del corazón, no puede estar sin medicación”, expuso Ana.
En la misma cola, Alberto decía: “A mí me daban el 100% y ahora tengo que tramitar unos papeles para llevar a la médica de cabecera y que actualice los datos, que ellos tienen, porque Pami tiene todo. ¿Por qué nos hacen hacer esto? Están jodiendo gente”.