Un monumento más alto que el icónico Cristo Redentor (en Río de Janeiro, Brasil) se construirá en los próximos meses en honor al primer santo argentino, en un sitio estratégico sobre la ruta provincial 15, conocido como Cuesta de Brochero, en el Valle de Traslasierra.
La escultura seleccionada por el intendente de Villa Cura Brochero, Carlos Oviedo, tendrá una medida total de 39 metros y costará más de $ 300 millones.
La construcción de un nuevo atractivo turístico de gran tamaño en la región es un objetivo compartido por el Gobierno provincial y la Municipalidad local, que consideran que su realización impulsará el turismo religioso en Córdoba.
Sin embargo, los vecinos del barrio más cercano a donde se establecerá el monumento consideran que semejante erogación de las arcas públicas no es prioritaria y piden antes una solución para la falta de agua potable en la zona.
Luego del análisis de diferentes propuestas por parte de una comisión promotora y consultiva creada para tal fin, el intendente designó -a través de decreto 174- al artista Juan García Guzmán para el diseño, la creación y la ejecución de la escultura.
Desde el Gobierno de Córdoba habían admitido a este diario que si bien la obra será ejecutada por el municipio, una buena parte del financiamiento será con fondos provinciales.

Según el proyecto elegido, al que pudo acceder La Voz, la escultura de Brochero “alcanzará una altura de 30 metros, con proporciones humanas que resaltan los valores y los gestos del homenajeado”.
La figura se elevará sobre un pedestal de nueve metros diseñado y ejecutado por otra empresa, en coordinación con el equipo del artista, para asegurar una perfecta armonía entre la base y la escultura. El símbolo de Río de Janeiro mide un metro menos.
García Guzmán informó que para la ejecución de la obra en nueve meses, requiere de un pago de U$S 248 mil. El precio no incluye la base, factura ni estructura interna de fierro o de hormigón.
En el barrio Las Lomitas, la noticia de la construcción de un monumento gigantesco a poco más de dos kilómetros de sus casas fue recibida con un poco de resignación.
En 2015, el Gobierno provincial, en el marco del Plan de Desarrollo Noroeste, realizó una perforación e instaló una bomba para la provisión de agua a 18 familias que vivían allí.
Sin embargo, el crecimiento de la demanda, sostenida en el aumento poblacional de la última década, hizo que ese sistema precario sufriera varias fallas y quedase obsoleto.

Hay unas 110 casas y, cuando la temperatura supera los 25 grados, padecen cortes que pueden durar varios días.
“Nos sentimos invisibilizados. No estamos reclamando ningún lujo, únicamente poder tener y pagar por un servicio de agua potable, como el resto de los ciudadanos”, expresó José Cornejo.
Uno de los primeros vecinos del barrio está de acuerdo con el reconocimiento al cura gaucho, pero considera que esta realidad, como otras, tiene mayor prioridad, “incluso por muchísimo menos dinero”, consideró.
Mabel Sánchez vive en la zona alta del barrio junto con su familia, y el verano pasado padeció la falta de agua potable por más de tres meses. “Estos días de calor volvemos a sufrir la misma situación. Es muy complejo porque el agua es necesaria para todo”, dijo.
Toda obra pública necesita mantenimiento continuo para asegurar su funcionamiento y durabilidad.
Sin embargo, luego de los primeros años fueron los propios vecinos –según aseguran– lo que se hicieron cargo: compraron seis bombas e hicieron arreglos, todo con dinero de sus bolsillos.
Cuando el paraje pasó a formar parte del ejido municipal de Villa Cura Brochero el año pasado, Oviedo visitó el barrio y prometió asistencia. “Hicieron otra perforación, pero no hay seguridad de que haya contaminación de las napas, por tanto no serviría ese trabajo”, explicó Cornejo.
“La situación es muy crítica desde hace dos años. No queremos parches ni que se acuerden de nosotros cuando se acercan las elecciones y se olviden el resto del año”, agregó.
Costo y condiciones
Mientras los vecinos reclaman el agua, el municipio se comprometió a proporcionar vivienda, taller y alimentación al equipo de trabajo del escultor durante todo el período que dure la construcción y el emplazamiento del monumento.
Asimismo, se hará cargo de proveer las herramientas y los materiales necesarios para la realización de la escultura, garantizando las condiciones adecuadas para su correcta ejecución.
La ejecución del proyecto se iniciará una vez suscrito el contrato correspondiente y efectuado el pago del 40%, que permitirá cubrir los costos iniciales de logística, planificación técnica y movilización del equipo de trabajo. También deberá estar finalizado el pedestal.
García Guzmán aclaró en su propuesta que los valores son referenciales y pueden ajustarse según costos logísticos y requerimientos locales.
“Boom” de obras en Villa Cura Brochero
El legado espiritual del “Cura Gaucho” ha sido una obsesión, primero, de la gestión de Juan Schiaretti; y luego de la de Llaryora, por lo que en los últimos años se invirtió fuertemente, con sentido turístico, en esa ciudad del Valle de Traslasierra.
Para la ceremonia de canonización de José Gabriel Brochero, en 2016, el municipio recibió aportes de Nación para pavimentación, desagües y otras obras para adaptar al pueblo al crecimiento del turismo religioso. La Provincia también sumó mejoras.
Un año más tarde, con el objetivo de convertir a la localidad en un centro de turismo religioso, $ 40 millones fueron incluidos entre las partidas de la Agencia Córdoba Turismo para construir un parque y centro temático dedicado al cura santo –inaugurado en 2020–, estaciones en el Camino de los Puentes Colgantes y monolitos identificatorios.
En 2021, el Gobierno provincial anunció el llamado a licitación pública para la ejecución de la red cloacal en la localidad y firmó convenios para el desarrollo de otras obras de infraestructura.
En los años sucesivos se inauguraron la pavimentación y la iluminación de la costanera, la duplicación del Puente Amarillo que vincula Villa Cura Brochero y Mina Clavero, la urbanización en algunos barrios, y el desarrollo del programa de fortalecimiento de ferias y paseos, entre otras.

“Al turismo religioso hay que acompañarlo, con infraestructura, con capacitación turística. Es tiempo, trabajo e inversión. Pero lo importante es tener la visión. Yo quiero que sepan que esa es la misión que como gobernador tengo. Acompañar, apoyar y ayudar. Porque sé que si esto sale bien, Córdoba tiene un activo turístico nuevo que va a potenciar a toda Córdoba. No solo a nuestra querida región”, había asegurado Llaryora al anunciar la construcción del monumento.
En los ojos del cura
La escala monumental de la obra permitirá su visualización desde distintos puntos de la Cuesta de Brochero, consolidándola como un claro referente territorial.
Que sea un “homenaje escultórico” de gran impacto visual y simbólico fue uno de los objetivos que se planteó el artista sobre su obra, además de crear un espacio de contemplación, memoria y encuentro ciudadano.
Se prevé que el pedestal tenga tres niveles en los cuales haya un auditorio, una oficina de turismo, una sala de reuniones y un santuario. También habrá un mirador en el primer balcón.
Sin embargo, la propuesta más audaz contempla que el visitante, a la altura de los ojos de la escultura, pueda asomarse a través de sus pupilas.

“Esta experiencia permitirá mirar el horizonte desde la misma perspectiva de la obra, estableciendo una conexión íntima entre el espectador y el personaje representado”.
El acceso a este punto se realizará mediante una escalera metálica en espiral, que conducirá hasta lo más alto.
Símbolos, materiales y plazos
La escultura elegida presenta a un Brochero misionero en actitud de marcha, con el saco elevado por el viento, como símbolo de dinamismo y movimiento. El rostro refleja una mirada firme y profunda, proyectada hacia el horizonte.
Entre los elementos que enriquecen la composición, destacan el rosario que cuelga como signo de devoción, el saco al viento que simboliza la energía de su misión, la Biblia como representación de su fe y enseñanza, y el bastón, emblema de guía y de peregrinaje.
La escultura será realizada en ferrocemento, empleando fierros de construcción, malla metálica (tipo gallinero) y mortero, para garantizar solidez, durabilidad y resistencia adecuada a la intemperie. Se combinará con hormigón para la resistencia frente a cargas ambientales y condiciones propias del emplazamiento.
El color elegido será el blanco, el cual simboliza pureza, claridad y permanencia.
En cuanto a los plazos, en el primer mes se elaborarán los planos de diseño y modelado 3D, luego se ejecutará la escultura en módulos de aproximadamente 3 x 5 metros, y seis meses más tarde se realizarán el montaje y el acabado en el lugar.
García Guzmán tiene más de 25 años de trayectoria y sus obras pueden observarse en Argentina, Perú, Chile y su país natal, Bolivia.
Entre sus proyectos más reconocidos, estuvo la realización de la estatua de Juan Facundo Quiroga en La Rioja. En el norte de Córdoba hay un busto de su autoría del sitio donde falleció ese caudillo, en el paraje Barranca Yaco.
Zona protegida
El emplazamiento del monumento a Brochero es en un sector de la Cuesta de Brochero, sobre la ruta provincial 15, a la altura del kilómetro 108.
Según algunos vecinos, el terreno era una propiedad privada, pero su dueño habría accedido a realizar una donación al conocer el proyecto.
Allí mismo, un cartel municipal advierte que es un área protegida por la ley de bosque nativo, que principalmente pone busca asegurar el no cambio del uso del suelo.