Largas filas de autos en los peajes, para llenar las Sierras en el fin de semana largo de Semana Santa. Largas colas de personas que buscaban testearse en el Parque de las Naciones y en plaza San Martín, en la ciudad de Córdoba, por tener síntomas compatibles con Covid-19 o por ser contactos estrechos de un caso sospechoso o ya confirmado.
Dos imágenes que marcan la contradicción del momento. En matemáticas se habla de relaciones directas e inversas cuando se comparan magnitudes que están vinculadas o, como es el caso, son indicadores visibles de dos fenómenos relacionados: la movilidad de personas y el volumen de contagios de Covid-19.
Lo que llama la atención en las dos imágenes es que lo esperable sería una relación inversa: a más colas de gente para testearse por tener sospecha de estar infectada se debería corresponder una reducción en la movilidad de personas, no un “finde” récord en las Sierras.
En páginas enfrentadas, en la sección Ciudadanos, mostramos las dos colas. Y los dos fenómenos que conviven.
La ocupación de camas que importa, por el momento, es la de los alojamientos turísticos. Las camas críticas de terapia intensiva para pacientes Covid aún no acusan el impacto de la escalada de contagios, que se disparó en las últimas 72 horas y, se descuenta, se volverá a incrementar con el resultado de este fin de semana de descanso y de reuniones familiares, la situación en la que se da la mayoría de los casos.
Llegamos, este fin de semana, a casi la ocupación plena de camas de alojamiento turístico, con una muy ligera suba de la ocupación de camas en unidades de terapia intensiva. La relación tenderá a ser directa, pero el efecto demorado que tiene la enfermedad entre el momento del contagio y el momento en que se dan las complicaciones que requieren internación hará que no podamos ver las dos fotos, una frente a la otra.
