Los delitos y estafas digitales crecen día a día. A pesar de las advertencias para no compartir datos personales y claves, los delincuentes se las ingenian para burlar los mecanismos de protección y los cuidados que pueden tener los usuarios, y vaciar las cuentas de sus víctimas.
En las últimas semanas se estudia una probable nueva modalidad de fraude bancario, en este caso a partir del robo de celulares o falsas denuncias de sustracción. Este tipo de mecanismo cobró notoriedad a partir del caso publicado por La Voz de un joven cordobés que fue a celebrar el Día del Amigo y, tras sufrir la sustracción de su celular, terminó denunciando el robo de cerca de un millón de pesos de su billetera virtual, a pesar de haber informado a la plataforma la sustracción del aparato.
Desde la Dirección de Defensa del Consumidor de la Provincia confirmaron que entre el jueves pasado y ayer recibieron un total de 13 denuncias de usuarios que reportaron ser víctimas de esta modalidad delictiva.
¿Cómo estiman los investigadores que opera este tipo de robos? La hipótesis es que los ladrones denuncian por robadas líneas de celulares que no les pertenecen. Luego, compran un nuevo chip a la empresa de telefonía móvil y solicitan un proceso de recuperación y restauración de claves de cuentas del celular, lo que se conoce como “blanqueo”, y logran ingresar a las cuentas de los usuarios, para luego vaciarlas.
Sin embargo, hay un punto ciego en esta operación. Si bien se puede denunciar el robo de una línea vía telefónica y bloquearla, para obtener un nuevo chip hace falta contar con el DNI del titular de la línea.
Ante esta situación, el organismo provincial convocó a través de un oficio a las tres principales empresas que prestan este servicio en Córdoba –Claro, Movistar y Personal– a una reunión prevista para el próximo viernes al mediodía, a fin de que den cuenta de las medidas de seguridad que aplican en estos casos.
“Hemos recibido denuncias de usuarios cuyos teléfonos dejaron de funcionar y luego advierten que les vaciaron las cuentas. Cuando se dan cuenta, se enteran de que esa línea fue denunciada por robo y que obtuvieron un nuevo chip, y esto generará un perjuicio para los consumidores”, explicó Daniel Mousist, director de Defensa del Consumidor de la Provincia.
Es decir, no se trata de un hackeo, del empleo de un sofisticado dispositivo o de la entrega de una clave a través de ingeniería social, como puede ocurrir en los casos de fraudes informáticos, afirmó Mousist. “Es una modalidad nueva”, explicó el funcionario provincial.
Como los bancos
En este marco, Mousist explicó que las responsabilidades de las telefónicas son similares a las de los bancos cuando ocurren delitos por canales electrónicos. De hecho, ante el crecimiento de este tipo de estafas, las entidades bancarias se vieron obligadas a aplicar medidas de protección para prevenir el robo de contraseñas y claves. Inclusive, el mismo Banco Central (BCRA) incrementó los requisitos para los créditos preaprobados y les puso un plazo de 72 horas para su efectiva concreción.
“Creemos que las empresas telefónicas, como se lo exigimos a los bancos, deben extremar las medidas de seguridad”, apuntó Mousist. Aclaró que perseguir estos delitos no es competencia de su repartición, sino de la Justicia. “Estamos para proteger al consumidor ante posibles abusos que tenga en sus relaciones de consumo. El consumidor es víctima de un fraude que puede involucrar no sólo al banco, sino también a la telefónica”, entendió.
“Si falló el sistema de seguridad, las empresas son responsables del perjuicio a los usuarios, al igual que lo son los bancos cuando no brindan la información necesaria”, apuntó el funcionario.
No revelar claves ni contraseñas
Resguardo. Ninguna entidad bancaria ni un particular pueden solicitarle a una persona el nombre de usuario, clave o pin de una cuenta personal o corporativa.
Doble autenticación. Para evitar ser víctima de un robo de clave, se recomienda activar el doble factor de autenticación. Es un mecanismo por el cual se establece una suerte de doble clave sobre una billetera virtual, cuenta bancaria o perfil de red social. Se trata de una instancia más de seguridad.
Clave adicional. Consiste en el requerimiento de una clave que se envía al dispositivo móvil o aplicación que el usuario tiene en su poder, y que tiene una corta validez.
