Las elecciones del 12 de mayo determinarán quién estará al frente del centro vecinal del Cerro de Las Rosas, ubicado en la zona noroeste de la ciudad de Córdoba.
Las presentaciones de las listas de candidatos estuvieron empañadas de conflictos y denuncias cruzadas, creando una tensión anticipada entre dos propuestas con diferentes miradas sobre el futuro del barrio.
A esto se le sumó una denuncia penal, radicada días atrás, contra funcionarios municipales por parte del actual gestión presidida por Adrián Zak.
Los acusan de permitir el desarrollo de proyectos inmobiliarios y comerciales que violarían el amparo ambiental vigente desde 2018, con el que se busca preservar la fisonomía original del barrio.
Frente a este panorama, la lista 25 “Vecinos residentes del Cerro”, denunció ante la Junta Electoral la impugnación de los candidatos y presentó una apelación para poder participar de la elección.
Ahora, deberán esperar esa definición para presentarse a las elecciones. Aducen que hay una clara intervención del municipio a favor de la lista opositora número 10, la única oficializada.
Algo que los candidatos de esta lista niegan rotundamente y afirman que la presentación de las candidaturas se hizo de acuerdo a la normativa.
Defensa de la identidad residencial
Eduardo Ruiz, quien encabeza la candidatura a presidente del centro vecinal (de la misma línea de Zak), indicó a La Voz que la propuesta para el futuro del barrio es continuar bregando para que sea residencial, abierto, y que conserve esa fisonomía que comenzó en 1928, hace 97 años.
El candidato dijo que no están en contra del progreso, y propone que los cambios tengan un enfoque de urbanización ”verde”: promoción de la ecología, el uso del transporte público, la bicicleta, entre otros, para mejorar la vida de los vecinos y de los comerciantes, pero respetando las ordenanzas y las leyes.
Sí está en contra de los “ambientes cerrados” (viviendas multifamiliares, complejos habitacionales), donde forzosamente se deben usar vehículos.
“Sería destruir el barrio, su fisonomía; destruir su esencia, la filosofía de los primeros habitantes. Y eso llevaría a colocar cualquier negocio o construir en altura sin respetar las ordenanzas y las reglamentaciones”, afirmó.
También añadió que hay vecinos que dejaron sus hogares porque fueron expulsados por los ruidos molestos, algunas actividades comerciales y por el aumento del tránsito. Además se volvió inseguro. Para ello proponen trabajar con Ojos en alerta, colocar domos y hacer un registro de naranjitas.
Evitar el desarrollo desmedido
Ruiz remarcó que hay una clara intención de los desarrollistas de explotar la zona en beneficio propio. “Aprovechan el prestigio del barrio, y empiezan a edificar en altura. Lo que termina destruyendo y bajando el precio a las propiedades”, aseguró.
Como ejemplo mencionó al barrio Villa Belgrano, uno de los sectores más residenciales de la ciudad, donde la nueva normativa edilicia prevé la construcción de condominios, locales comerciales, entre otros.
“Acá vamos a eso. Se perderá la tranquilidad y habrá un aumento de tránsito automotor, y sería injusto para sus habitantes”, remarcó.
Y agregó se quiere densificar el barrio, pero no hay un plan para mejorar los desagües y los servicios.
Dentro de las propuestas que tiene la lista está la eximición de impuestos de casas históricas consideradas patrimonio cultural de la ciudad y así evitar la destrucción de las mismas.
“Y lo que dice la Justicia es que la Municipalidad, quien tiene que controlar, no las hace cumplir”, remarcó.
Ahora, aguarda la respuesta de la Justicia Electoral para participar de las elecciones.
Crecimiento y desarrollo demográfico
Claudia Blanco, candidata a presidenta del centro vecinal por la lista 10 “Por un nuevo Cerro”, dijo a La Voz que están en contra del amparo porque el uso excesivo del mismo, y son muchos los vecinos que terminaron perjudicados.
“Nuestros representantes que son los que hoy conforman el centro vecinal (Adrián Zak) crearon una conflicto entre el vecino, el municipio y la Provincia. Esta persona quiere clausurar locales y obras”, expuso.
Y aclaró que cuando se habla de desarrollo no implica hacer un edificio de 21 pisos sino respetar las normativas vigentes.
“Este era un barrio residencial donde se podía transitar, había seguridad y hoy se transformó en tierra de nadie”, indicó.
Además, afirmó que la participación del municipio es acotada por la mala relación, producto del amparo, y de la mala gestión actual.
La medida cautelar no permite intervenir el barrio en todo su límite. “Si un propietario quiere hacer un local al frente de su casa, que tiene todo el derecho, el amparo se lo impide”, agregó.
Blanco manifestó que el desarrollo debe ir acompañado de las necesidades de la población, como la de vivienda. Hoy, existen en el barrio más de 60 inmuebles que están deshabitados.
Para eso planteó un trabajo en conjunto con el municipio para que los propietarios tengan una exención tributaria diferente sobre un inmueble que forma parte del patrimonio.
“Queremos que el barrio vuelva a florecer y que vuelvan los jóvenes”, sumó.
Y aclaró que su lista no tuvo ningún acomodo con la Junta Electoral, que fue elegida por votación de vecinos, ni intervención municipal.
Pérdida de valor de inmuebles
“Los más perjudicados son los adultos mayores, se tienen que ir porque no pueden mantener la casa y por la inseguridad”, remarcó Blanco.
La candidata explicó que los inmuebles perdieron entre un 40 % y 50 % de su valor producto de la acción del actual centro vecinal.
Además, subrayó que hay comercios y restaurantes que no tienen la habilitación, ya que la Municipalidad no se los expide, porque el centro vecinal, en vez de ayudarlos, los denuncia.
Y agregó que no se puede impedir el crecimiento y el desarrollo demográfico sino que hay que acompañarlo para que no sea nocivo para los residentes ni para los comerciantes.