Las mariposas naranjas gigantes, símbolo de alegría y de belleza que dan color y “vuelo”, ocupan todo el piso de la cancha de básquet del predio que forma parte del centro vecinal del barrio Villa Páez, ubicado entre la zona oeste y noroeste de la ciudad de Córdoba.
Desde hace más de 30 años, el lugar es usado por los vecinos, pero desde este lunes luce embellecido. Entre la lluvia, los más chicos descubren los nuevos entretenimientos. Ya lejos de las clases, se internan a disfrutar del playground (patio de juego), donde hay crucijuegos, tambores, hamacas, paneles de memoria, toboganes, subibajas, trepadores, entre otros.
El flamante parque infantil fue restaurado por la fundación canadiense The Power Of Play (Tpop), con apoyo local, y forma parte de sus reputados playground para promover el juego, la interacción y el desarrollo psicoemocional de las infancias alrededor del mundo.
Este es el primer proyecto que la entidad de origen canadiense desarrolla en Sudamérica, con el eslogan Let kids be kids (dejemos a los niños ser niños), y se suma a los 46 que ya instaló en otros países. Están distribuidos entre zonas de guerra y lugares como Uganda, Egipto, India, entre otros, donde los niños no tienen suficiente acceso a juegos.
En esta ocasión, la instalación se realizó en un espacio cordobés, cercano a la ex Cervecería Córdoba y al río Suquía, y pegado a barrios históricos como Alberdi y Alto Alberdi.
Reza Marvasti, fundador de Tpop, dijo a La Voz que la idea de armar este playground surgió porque sabía con antelación de la existencia de la cantidad de niños que juegan allí y del perfil del barrio. “Por eso nos pareció una buena oportunidad poder embellecerlo”, señaló.
Agregó que la elección de Córdoba y de Argentina para llevar a cabo el proyecto se dio por la recomendación de la cordobesa Sofia de Maussion, CEO de la fundación para América. A partir de entonces, junto con Paula Tonoli, de Code Comunicación, pusieron manos a la obra.
También participaron del proyecto Weskamp Architect Estudio, la muralista Sol Magris, la Municipalidad de Córdoba, la escuela municipal de Economía Circular del Ente BioCórdoba, Crucijuegos, Mundo Juegos, Circularis, y los clubes Belgrano y Talleres, quienes aportaron pelotas e indumentaria deportiva para los chicos del barrio.
El centro vecinal, motor del barrio
El centro vecinal es el motor de Villa Páez y es el lugar donde colegios y vecinos realizan actividades de esparcimiento, lúdicas y deportivas, y ahora lo harán con los nuevos juegos sustentables.
Leonor Zapata, presidenta del centro vecinal, expresó su emoción al ver la obra terminada, destacó el trabajo de la fundación y agradeció al secretario de Fortalecimiento Vecinal y Deportes, Héctor “Pichi” Campana, por elegirlos.
“Estamos muy contentos. Es un espacio usado por los colegios y los vecinos del barrio. Aquí vienen alrededor de 70 chicos, son de grupos de boy scouts, de fútbol y de básquet. Todos colaboraron. Ahora, está más completo y lindo para que lo disfruten”, afirmó Zapata.
En tanto, Campana subrayó la importancia de conectar a la fundación con el centro vecinal, por el significado para el barrio. “La transformación fue muy buena. Este lugar tiene una energía muy particular para los vecinos, se lo recuperó y puso en valor, sobre todo para los niños, quienes tendrán un lugar diferente para jugar”, añadió.
De esta manera, los vecinos arrancan el año con un espacio renovado, donde además los más grandes tienen su lugar de juegos: la cancha de bochas, puesta a punto, con el pizarrón empotrado a la pared, y a la espera de los contrincantes, como desde hace décadas.
Mariposas en la cancha
La obra de arte que contiene mariposas y una flor, y que embellece a la cancha de básquet, fue realizada por la muralista cordobesa Sol Magris, quien ya dejó sus trazos de pincel en otros espacios de Córdoba, como Quality y varios puentes de la ciudad.
La muralista narró a La Voz que en esta ocasión su obra está inspirada en la simbología que conlleva la mariposa: la metamorfosis y el cambio.
“Hace referencia a la creatividad, a la renovación, y como símbolo del vuelo, ligado a la infancia y a la niñez”, contó la muralista y psicóloga. Y agregó que esta es la primera vez que realiza un mural sobre el piso en una cancha de básquet de cemento. “Fue un gran desafío, por suerte, me ayudaron los vecinos”, relató.
De Canadá a Córdoba
La fundación Tpop surgió hace ocho años de la propia experiencia de Reza Marvasti, quien se accidentó en un vuelo en parapentes y perdió a su amigo en un accidente similar, dejando una hija huérfana. Entonces, dijo: “Quiero hacer algo por los demás”. Y así nació The Power Of Play.
Como un sueño, Reza supo que debía ayudar a los niños porque él también sufrió la guerra siendo pequeño en su Irán natal, con la creación de espacios para juegos, algo que no existe en ámbitos de conflictos bélicos, y las infancias no tienen dónde ni cómo jugar.
Desde entonces, su compromiso siempre es por la paz en el mundo y por las infancias. Actualmente, Reza vive en Canadá y sigue planificando dónde construir otro playground que contemple el compromiso de la comunidad y el suyo para con las infancias.