Luego de los múltiples y grandes incendios que padeció la provincia de Córdoba, con más de 90 mil hectáreas en el último trimestre y unas 100 mil en lo que va del año, la sucesión de lluvias en octubre trajeron un marcado alivio. Pero el riesgo de que haya otros focos en 2024 no desaparece.
Hacía más de cinco meses que los suelos no recibían lluvias importantes y se hacía notar en las bajantes de ríos y arroyos. En octubre hubo al fin puntos con acumulados de hasta 200 milímetros de agua caída y el riesgo de crisis hídrica severa se tomó un descanso. ¿Pero alcanza para aplacar los riesgos de incendios o el estado de alerta se mantiene?
Martín Degano, director del Plan Provincial del Manejo del Fuego, dijo a La Voz que a pesar de las recientes lluvias el riesgo de incendios aún persistirá, sobre todo en algunas áreas, debido a la acumulación de material combustible propicio para las llamas. Más, en las zonas donde llovió poco.
El riego de incendio sigue latente hoy, aunque no alcanza los valores muy extremos de septiembre. Ese mes la sequía acumulada de cinco meses, el calor y los vientos fueron un combo propicio para que se inicien los fuegos más agresivos. Eso, junto a la mano humana.
Incluso, hasta en semanas con lluvias, hubo incendios de pastizales sobre todo en la zona noroeste de Córdoba, advirtió Degano.
“La provincia sigue en estado de alerta, el aporte de las lluvias generó un escenario muy favorable, pero si aumentan las temperaturas igual puede haber incendios. Las lluvias no han sido tan significativas para eliminar el riesgo”, subrayó.
En Traslasierra hubo en octubre incendios chicos por caída de rayos con “tormentas secas” y también en la zona noreste de la provincia. No fueron noticia porque se contuvieron rápidamente.
En el noroeste, donde las lluvias suelen ser siempre más escasas, el peligro de que haya incendios con el regreso del calor es mayor de aquí a fin de año.
“En general se va saliendo del escenario de posibles focos de incendios. En Calamuchita, por ejemplo, tuvimos el octubre más llovedor de los últimos 10 años. Eso es significativo, pero con la sequía acumulada de años no se traslada aún a los lagos que recibieron un aporte pero no alcanza y harán falta varias lluvias”, remarcó.
Índice de incendios
El índice que utiliza el Sistema Nacional de Manejo del Fuego se calcula por una combinación de temperatura, humedad y viento.
“El factor humedad varía mucho. El combustible fino, por ejemplo pastizales, se humedece rápido, pero se seca también rápido. Otro factor es el viento. Puede llover mucho, pero el riesgo surge luego de esas variables meteorológicas”, afirmó Fernando Baudo, del área de Meteorología y Sistema de Información Geográfica del Plan de Manejo del Fuego.
Lo que llovió
Si bien hubo desde el 7 de octubre un buen promedio de lluvias en la provincia, en la zona norte entre Villa María de Río Seco y San Francisco del Chañar y el área de la laguna Mar Chiquita el registro fue menor. Y allí el peligro de incendios es más alto.
En el sudeste, sobre los departamentos Marcos Juárez y Unión, el acumulado de octubre supera ya los 200 milímetros y en algunos puntos llega a los nutridos 240. También se acerca a los 200 en el área de Villa María. En partes del valle de Calamuchita también se llegó a sumar 200 milímetros acumulados este mes. En la Capital se superaron los 150 en casi tres semanas.
En el noroeste y el extremo norte la precipitación fue menor: algunas parte recibieron entre 50 y 70 milímetros durante octubre pero otras apenas rozaron los 15 o 20.
A pesar de las lluvias, en lo que queda de octubre y más aún en noviembre puede haber incendios en días sin lluvias. En diciembre, los focos pueden ocurrir a raíz de las tormentas secas que ya en verano generan rayos, situación que suele darse por ejemplo en el valle de Traslasierra y todo el arco noroeste.