Las sucesivas “olas de calor” que viene soportando Córdoba este verano son cada vez más frecuentes y extenuantes. Las temperaturas extremas, en la última semana superaron los 38°, lo que obligó al Servicio Meteorológico Nacional (SMN) a emitir sendas alertas para esta y otras 20 provincias del país.
El pronosticador meteorológico y licenciado en Medio Ambiente, Marcelo Madelón, le dijo a La Voz que las altas temperaturas no solo alcanzaron a Córdoba, sino también a otras grandes ciudades. Este lunes, el termómetro en Córdoba Capital marcó 38,6° a las 16. En el país, la ciudad más calurosa fue Rivadavia, en Salta, con 42,5°; seguida por La Rioja con 42°; y luego San Juan, Tinogasta y Catamarca, con registros de 40,5°.
Por ahora no están previstas lluvias de cierta intensidad en Córdoba, lo que ayudaría a bajar un poco la temperatura ambiente. Para este martes se espera una rotación del viento hacía el sur y que la temperatura baje tres grados en comparación con el lunes.
Sí habrá tormentas dispersas en el sur de la provincia, pero no habría precipitaciones en la zona centro y norte.
Después de este “respiro”, el calor volverá a partir del jueves trepando a hasta alcanzar una máxima de 36°, y para el viernes, sábado y domingo se esperan registros de 38°. Para el lunes de la próxima semana la temperatura máxima alcanzaría los 40°.
Recién a partir del 12 de febrero habrá lluvias importantes y llegará aire fresco. Después de esta breve interrupción, habrá otra ola de calor. “Los primeros 11 días de febrero se presentarán con mucho calor”, sumó Madelón.
De acuerdo a la tendencia analizada por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las temperaturas de febrero, marzo y abril serán superiores a la media histórica en todo el país. “Por la baja humedad, no hay sensación térmica. Por eso no sentimos tanto calor, pero se registra una gran amplitud térmica entre la máxima y la mínima”, indicó.
Madelón aclaró que las olas de calor “estuvieron toda la vida”, y aseguró que “van a seguir”. Explicó que el cambio climático tiene más incidencia en el derretimiento de los glaciares y en el aumento de la temperatura del mar. “Si el cambio climático no existiera, lo mismo existirían las olas de calor”, explicó.
Además, remarcó que las grandes ciudades, como Córdoba Capital, tienen más pavimento y muchos menos árboles, por lo que el calor se siente más. “Hay que recuperar los bosques y selvas”, pidió el meteorólogo. “¿Plantamos los árboles que hacen falta para mitigarlo? Eso influye mucho, porque las temperaturas se hacen más extremas. Hay que reforestar y eso tiene que ir de la mano de los vecinos y de los gobiernos”, enfatizó.
Efecto invernadero
Gabriel Petrone, profesor de la Universidad Libre del Ambiente de Córdoba y especialista en cambio climático, explicó a La Voz que lo que se preveía para 2050, en la Cumbre del Clima en París, con dos grados más de temperatura media, se está dando en la actualidad, 25 años antes.
“Ya 2023 fue el año más caluroso y 2024 lo superó. Ahora, los primeros meses de 2025 van en esa línea. Las olas de calor, son cada vez más intensas y más prolongadas, y son una consecuencia del cambio climático”, indicó el experto.
Petrone dijo que las mediciones indican que la temperatura promedio planetaria se está incrementado a nivel gradual en medio punto. “Parece algo insignificante, pero medido en eras geológicas es un proceso muy acelerado”, dijo.
El calentamiento global se asocia al denominado “efecto invernadero”, fenómeno natural que ayuda a mantener el nivel medio de la temperatura en la Tierra. En los últimos años, estos gases cambiaron su proporción de manera abrupta. “Esa fue la etapa en la cual se produjo la revolución industrial, y comenzamos a extraer carbono de combustibles fósiles al quemarlos”, explicó Petrone.
Las olas de calor traen consecuencias para la salud humana, así como un impacto negativo en la naturaleza: lluvias se tornan más torrenciales y sequías más frecuentes. “El cambio climático tiene consecuencias globales”, remarcó Petrone. Y dijo que el mayor calentamiento en los océanos trae como consecuencia la acidificación y la perdida de biodiversidad.
Recomendaciones
No exponerse al sol entre las 10 y las 16 horas, aun en días nublados, y mantener una buena hidratación, preferentemente con agua. También es recomendable ingerir frutas y verduras, evitar comidas calóricas y abundantes; y vestir con ropa clara y holgada, y usar gorro.
En el caso de los bebés, amamantar con mayor frecuencia; y si tienen más de seis meses, ofrecerles agua fresca y segura sin esperar que la pidan.
Es importante conocer e identificar los síntomas iniciales que pueden ocasionar un golpe de calor. Entre ellos se destacan: agotamiento, debilidad, pérdida de lucidez, confusión, dificultad para hablar, hipotensión, dolor de cabeza, mareos, posibles desmayos, piel caliente y seca (por el cese de la sudoración), náuseas, vómitos, diarreas, pulso acelerado y taquicardia, entre otras.
Ante la aparición de algunos de estos signos, es importante interrumpir la actividad de inmediato; evitar la exposición al sol; hidratarse y refrescar el cuerpo, sobre todo en cuello, axilas e ingle. Siempre es recomendable llamar rápidamente al servicio de emergencia para una mejor intervención o trasladar a quien presente estos signos al centro médico más cercano.