Se conocieron de vacaciones en Cusco, Perú, justo antes del inicio de la pandemia. El romance fue creciente y continuó por correo electrónico y WhatsApp, cordillera de Los Andes de por medio. Todo iba tan bien que ella decidió dejar todo en su Chile natal: vendió su casa y su auto, dejó su trabajo y se despidió de sus hijos.
Todo eso para asentarse en Salsipuedes, donde él la invitó a vivir en pareja.
La historia de Margarita Olga Bascunian Sánchez (52) con el cordobés Fabián Alejandro Romero (54) no tuvo un final feliz.
Ella fue asesinada el 17 de abril pasado luego de soportar violencia de género durante meses.
El fiscal de Violencia Familiar y de Género N° 3 de Córdoba, Cristián Griffi, dictó este miércoles la prisión preventiva de Romero al encontrar prueba suficiente para incriminarlo por el femicidio.
La muerte cerebral de la mujer chilena se produjo por violentos golpes en la cabeza, efectuados con un elemento contundente.
La causa eficiente de la muerte, según la necropsia, fue traumatismo craneoencefálico severo.
Romero apareció una noche en el Hospital de Urgencias de Córdoba, luego de transitar un largo camino desde Salsipuedes. Llevaba a Margarita porque estaba inconsciente, diciendo que se había caído y golpeado la cabeza.
Los médicos emergentólogos, con años de experiencia en el shock room, comprobaron que esos golpes no se producían por una caída. De inmediato, le reclamaron a Romero que explicara mejor qué había sucedido. Tan malos fueron las explicaciones que fueron variando para explicar lo inexplicable: primero, una caída en la cocina, con golpe en la cabeza con una mesa; luego, en el baño, un sanitario; y finalmente, una excursión con un tropiezo el día antes en el Cerro Champaquí.
Desde aquel 17 de abril el supuesto femicida está preso, con una investigación que fue afianzándose y consiguió un fuerte caudal probatorio, con videos de ella mostrando sus lesiones y hasta mensajes dejados “por si le pasaba algo”.
Griffi sustenta en 72 páginas la acusación en contra de Romero, a quien imputa el delito de “homicidio doblemente calificado por el vínculo (de pareja) y por violencia de género (femicidio)”.
Prueba abundante
Desde la casa que compartían en Salsipuedes -en Ameghino 113, barrio El Bosque-, Romero llevó a su pareja hasta el Hospital de Urgencias de Córdoba, transitando por numerosas localidades que poseen centros asistenciales que podrían haberle brindado ayuda médica a una mujer que agonizaba, sostiene en su instrucción el fiscal de Violencia Familiar y de Género.
El relato de lo que habría sido la relación entre ambos sostiene que fue buena hasta que ella descubrió que Romero tenía una amante, “S”, quien también habría maltratado a la mujer.
La investigación señala que Romero tenía un “antecedente” relacionado con una denuncia en el colegio donde daba clases: se lo había relacionado con acoso a alumnas.
Cuando Margarita descubre que Fabián tenía relación afectiva con otra mujer, comienza el maltrato físico y psíquico de él hacia ella, dice el expediente.
Documentado con prueba técnica, se estableció que él golpeaba a su pareja, que en una ocasión la arrastró de los cabellos hasta la cocina y allí le asentó la hoja de una cuchilla en el cuello.
En los celulares, de la víctima y el acusado, quedó asentada evidencia contundente. La propia víctima se grababa con su teléfono y se tomaba fotografía para mostrar las lesiones y contar de qué modo él se las había producido.
Algo más sólido es una carta de ella que comienza con la siguiente frase: “El día de hoy Fabián me obligó a escribir una carta (que dice) que si me pasa algo no es por culpa de él”. Luego, la víctima aclara que ella no quiere suicidarse.
Además, allí comenta que Fabián la engaña con “S” y agrega: “Los dos son maquiavélicos conmigo”.
