Inaugurada en 1987, la estación depuradora de aguas residuales (Edar) de Bajo Grande trató los efluentes cloacales de la ciudad de Córdoba hasta el último viernes, cuando se puso en funcionamiento una nueva planta con tecnología moderna y que requirió una inversión de más de 24 mil millones de pesos.
La Edar de Bajo Grande, ubicada en el extremo este del ejido municipal sobre la costa norte del río Suquía, se encontraba sobrepasada en su capacidad desde al menos 1998. Eso provocó que por 24 años arrojara al curso de agua efluentes con tratamiento deficiente, provocando graves consecuencias ambientales en todo el sector donde se ubica.
Desde que comenzaron los problemas, se sucedieron las denuncias por contaminación ambiental, las obras y las promesas de mejoras en las instalaciones. Pero recién con la puesta en marcha de una nueva estación depuradora, se podría terminar con el impacto de Bajo Grande en el Suquía. Siempre y cuando la nueva planta funcione correctamente.
Es que desde este viernes no ingresa ni una gota de los desechos cloacales de los domicilios cordobeses que están conectados a la red sanitaria: todos van a la flamante estación, ubicada en el terreno contiguo.
¿Qué pasará con las viejas instalaciones? El subsecretario de Infraestructura de la Municipalidad de Córdoba, Juan José Tuninetti, dio la respuesta: sin ingreso de líquidos, se secará.
“Desde marzo de 2020 venimos con obras de reparación. Se hizo lo que se podía con el ingreso constante de líquidos. Y llegamos al punto en el que necesitábamos pararla, que dejen de ingresar líquidos, para seguir las reparaciones”, indicó el funcionario.
Tuninetti destacó que la nueva planta tiene la capacidad suficiente para tratar de manera correcta todos los líquidos cloacales que generan los domicilios cordobeses, y además tiene margen para seguir creciendo.
Planta seca
Ahora, todas las líneas de la Edar se irán secando. “Comienza otro proceso, que es reparar la planta 1 para ir aumentando el caudal de tratamiento”, afirmó el funcionario. “Esto es histórico, porque nunca se hicieron trabajos de este tipo. Durante 20 años, la planta siempre tuvo desinversión y dificultades de mantenimiento, porque se habían deteriorado los sistemas alternativos. Un poco de cada cosa había dejado de funcionar”, detalló.
Tunitetti indicó que el proceso de reparación es bastante largo. “Dejan de entrar los líquidos en las condiciones que ingresaban, y se van secando las distintas líneas para ir haciendo reparaciones contundentes. No se para, necesita tener a su personal trabajando. Lamentablemente, lograr revertir su situación es lento, requiere mucha inversión y se necesitaba secarla. Nosotros nos paramos ahora en el umbral de la recuperación de Bajo Grande”, remarcó el responsable de la infraestructura municipal.
Aunque aclaró que esos trabajos demandarán tiempo. “Es muchísimo lo que hay que hacer, probablemente supere a esta gestión”, explicó.
La Municipalidad tenía un plan de obras, pero será revisado ya que con la planta sin trabajo se podrá magnificar cuál es realmente el nivel de deterioro que presenta.
“Tenemos la posibilidad de diagnosticar más eficientemente lo que pasa en la planta”, dijo el subsecretario.
La nueva planta
La nueva planta se desarrolla sobre un predio de 50 hectáreas contiguo a la existente y como infraestructura agrega la construcción de cinco colectores troncales de más de 55 kilómetros de longitud que la conectan al radio urbano.
El monto de la inversión, según indicó la Provincia ahora, supera los 24.431 millones de pesos, financiados por la Nación y la Provincia.
La planta de tratamiento tiene dos módulos y cada uno podrá tratar hasta 5.000 metros cúbicos (10.000.000 de litros entre ambas) por hora.
