Esta última ola de Covid-19, con el sello de la variante Ómicron, dejó menos muertes e internaciones que las dos anteriores. Sin embargo, la cantidad de casos fue mayor.
La altísima tasa de gente expuesta también dejará un tendal de personas que pueden llegar a ser afectadas por el “Covid persistente” o long Covid, una condición que la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió para quienes siguen padeciendo síntomas después de los tres meses de haberse infectado.
Estos pacientes tendrán, sin dudas, un costo para el sistema de salud, demanda que se sumará a los enfermos crónicos y a niños y embarazadas que no pudieron controlarse en todo este tiempo.
Aunque la salud es un derecho universal, los recursos son limitados, especialmente en países en vías de desarrollo.
Los gobiernos deberán sentarse a hacer cálculos en esta etapa que algunos llaman “luna de miel”, en la que los casos de Sars-Cov-2 comenzaron a descender y se reinstala la sensación de “ya pasó”.
Se podría, por ejemplo, invertir más en atención primaria de la salud, ya que la prevención es la herramienta más económica y beneficiosa para mejorar los indicadores sanitarios.
¿Cuánto tiempo durará este veranito? La epidemióloga colombiana Zulma Cucunubá no se anima a hacer pronósticos. En una charla organizada por Echo, la institución también conocida como Foro América del Sur Covid-19, la experta dijo que este período puede prolongarse meses o años. En cualquiera de esos casos, vamos a tener que aprender a convivir con este virus.
La experta se retrotrajo a las enseñanzas que nos dejaron epidemias anteriores. En la de cólera, por ejemplo, nos dimos cuenta de que era importante garantizar el agua potable, tener un sistema saneado de cloacas y reforzar el mensaje del lavado de manos y de alimentos.
Aire seguro
En esta etapa del coronavirus nos dimos cuenta de que necesitamos respirar aire seguro. Es que los aerosoles seguirán siendo la principal vía de transmisión del Sars-Cov-2, aunque la propia OMS se haya demorado en reconocerlo.
Sin embargo, algunos países no están preparados para garantizar la ventilación cruzada, porque necesitan realizar costosos cambios en la infraestructura de sus edificios. O de sus medios de transporte. Muchos colectivos ni siquiera tienen ventanas que se puedan abrir.
Otra herramienta válida sigue siendo instalar medidores de dióxido de carbono en espacios cerrados. Juan Pablo Caeiro, infectólogo y asesor del Ministerio de Salud provincial, cree que vamos camino hacia la endemia, que el Covid-19 se convertirá en algún momento en enfermedad estacional. Y que las olas serán cada vez más tenues, sin poner en jaque a los sistemas de salud, porque contamos ya con herramientas que antes no teníamos. Y considera que habrá menos casos de Covid prolongado si la población está bien vacunada.
En consultorio, profesionales de la salud están notando síntomas particulares en las personas que se infectaron con la variante Ómicron. La tos persistente llama la atención, por ejemplo. Estas manifestaciones pueden ser incapacitantes y, debido a la alta cantidad de contagios, también habrá un número importante de personas que las padezcan.
El long Covid (o largo Covid) no será la única demanda por atender en esta “luna de miel”.
Cucunubá sostiene que hay que acotar en esta etapa el uso de los test de diagnóstico y su utilización indiscriminada. “La salud tiene muchos costos asociados a diversos temas. Vamos a enfrentar una escasez de recursos. No es un balance fácil, pero cada gobierno tendrá que decidir en esta transición”, opinó la experta internacional.
En esta luna de miel, es tiempo de recalcular y de hacer balances, aun en pandemia.
