Córdoba amaneció este jueves con una nueva tragedia vial que conmocionó a la ciudad. En la madrugada del jueves, una picada ilegal terminó en un siniestro que dejó una víctima fatal y cinco personas heridas. El hecho ocurrió cerca del Aeropuerto Internacional Ingeniero Aeronáutico Ambrosio Taravella. Entre los fallecidos se encontraba Fabián Donat, un joven que, paradójicamente, había recibido charlas de concientización vial por parte de la Fundación Visión 0.
El siniestro reavivó la preocupación por el crecimiento del fenómeno “tuning” y las picadas en la ciudad, prácticas que, pese a los operativos interinstitucionales, continúan ex-pandiéndose, según registros de la Secretaría de Seguridad y Prevención de la Municipalidad de Córdoba.
Desde agosto del año pasado se realizaron más de 50 operativos en distintos puntos de la ciudad, resultando en el control de más de 5.000 vehículos, el secuestro de más de 400 automóviles y motos, y la clausura de 83 negocios por venta de alcohol fuera de horario o a menores, muchos de ellos ubicados en zonas donde se realizan estas juntadas.
Claudio Vignetta, secretario de Seguridad y Prevención Comunitaria, explicó a La Voz que los grupos que organizan estas carreras cambian de locación constantemente para evadir los controles.
“Empezaron en el Parque Sarmiento, luego se trasladaron a avenida Valparaíso, a la UTN, la avenida Armada Argentina y, finalmente, volvieron al Aeropuerto”, detalló. A pesar de los operativos, los participantes se reorganizan y vuelven a convocarse, lo que evidencia la dificultad para erradicar el problema.
Los vehículos involucrados en el último siniestro no cumplían con las mínimas normas de seguridad. Ninguno de los cuatro autos contaba con ITV vigente; el último control del Corsa involucrado databa de 2018. Además, la presencia de alcohol en estos encuentros es un factor recurrente, tanto para asistentes como para conductores.
Educación social
Guillermo Pacharoni, presidente de la Fundación Visión 0 y asesor en seguridad vial, destacó que la educación por sí sola no es suficiente para modificar esta problemática. “No es solo con conciencia que esto se cambia”, afirmó. Pacharoni insistió en la necesidad de un abordaje sistémico que combine educación, control y participación ciudadana.
Por su parte, desde la Municipalidad de Córdoba hicieron un llamado a la comunidad para que denuncie estas actividades a través del 911 o el 103. “La seguridad se hace entre todos”, enfatizó Vignetta, quien destacó el rol de los centros vecinales en la identificación las picadas y carreras ilegales.
Empleados del peaje de la ruta E-53, perteneciente a Caminos de las Sierras, relataron a La Voz que estas picadas suelen realizarse los días miércoles después de la medianoche. “Pasan a toda velocidad, a veces a contramano, sin pagar y poniendo en riesgo a quienes trabajamos en el peaje y a los usuarios”, señalaron. Y mencionaron que los grupos suelen estar conformados por entre 50 y 100 vehículos, lo que dificulta su control.
Controles insuficientes
La tragedia de este jueves no solo expone los riesgos de las picadas ilegales, sino también la necesidad de reforzar controles y sanciones. Aunque los operativos han logrado desarticular entre ocho y 10 grupos por semana, la constante movilidad de los participantes y la falta de documentación y control a los vehículos complican la tarea.
Mientras las autoridades insisten en la importancia de la colaboración ciudadana, la muerte de Fabián Donat sirve como triste recordatorio de que, sin un abordaje integral y coordinado, estas prácticas se seguirán cobrando vidas. La pregunta que queda flotando es: ¿Cuántas tragedias más serán necesarias para que las picadas ilegales dejen de ser una constante en Córdoba?
Los operativos interinstitucionales, que incluyen a la Guardia Urbana, Policía de Tránsito, Control Integral de la Vía Pública, Policía de la Provincia y Policía Federal lograron avances significativos, pero insuficientes.
Los operativos suelen derivar en aprehensiones por diversos motivos, como pedidos de captura, resistencia a la autoridad, tenencia de estupefacientes y conducción peligrosa. Pero los detenidos recobran la libertad y vuelven a los autos. Estos datos reflejan la complejidad de un fenómeno, que no solo implica riesgos viales, sino también problemas graves de seguridad pública.