La tuberculosis es una enfermedad olvidada que, sin embargo, sigue pisando fuerte en la mayoría de los países de la región. Después de la pandemia, esta patología provocada por el “bacilo de Koch” resurgió como principal causa de muerte origen infecciosa, advirtió a comienzos de año la Organización Mundial de la Salud.
Según datos del Programa Provincial de Tuberculosis, en 2024 se registraron en Córdoba 583 casos confirmados.
La tasa de notificación (que se calcula cada 100 mil habitantes) se ubicó en 15,8. La cifra aumentó cinco puntos porcentuales en seis años, si se compara con el 10,5 registrado en 2019.
Mientras tanto, en todo el país se confirmaron 15.611 casos –el número más alto de los últimos años– y una tasa de notificación promedio de 33,2 cada 100 mil habitantes, por encima de la de Córdoba.
“A partir de 2019 tuvimos un primer aviso de que los casos habían comenzado a aumentar. Al año siguiente, con el aislamiento preventivo, muchas personas se infectaron, pero los casos pasaban inadvertidos porque todos los esfuerzos estaban puestos lógicamente en contener la pandemia”, indicó Gabriela Roca, coordinadora del Programa Provincial de Tuberculosis en Córdoba.
La referente agregó que hoy esos pacientes llegan a consulta “con la enfermedad avanzada y con una alta exposición en sus núcleos más cercanos”.
En la misma línea, Domingo Palermo, jefe de neumonología del hospital Muñiz, de Capital Federal, indicó que este incremento se acrecentó en los últimos años. “La gente piensa que la enfermedad no existe o desconoce la gravedad que tiene. Sin embargo, en nuestro hospital vemos morir gente por tuberculosis, como en épocas previas a la aparición de los antibióticos”, consideró.

¿Por qué aumentan los casos?
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa provocada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, también conocida como “bacilo de Koch”. Se transmite a través del aire y puede propagarse en los entornos cercanos de la persona.
Se considera “contacto estrecho” a aquellos individuos que permanecen al menos cuatro horas todos los días con el “caso índice”, es decir, el primer infectado. El control de foco se realiza en los contactos directos de esa persona, ya sea en su domicilio o espacio de trabajo.
La tos persistente es el síntoma más indicativo de la tuberculosis. Esa tos también puede estar acompañada por sangre.
En 2023, la Organización Mundial de la Salud detectó 8,2 millones de casos. Después de la pandemia, el “bacilo de Koch” resurgió como principal causa de muerte por una única infección en el mundo.
En Córdoba, como en el país, el incremento de casos es sostenido a lo largo de los años.
Roca indicó que este problema de salud pública responde a múltiples causas, como el aumento en la detección de nuevos diagnósticos –que antes pasaban desapercibidos– y de la pobreza, entre otros factores.
“La tuberculosis es una enfermedad social, de la inequidad y de la desigualdad. Es compleja y sigue siendo un desafío. Los pacientes llegan tarde a la consulta y eso hace que aumenten las personas expuestas dentro de su núcleo familiar”, indicó la médica infectóloga.
Por su parte, Palermo, quien además es director del Instituto de Tisioneumonología Raúl Vaccarezza, de la Universidad Nacional de Buenos Aires, ponderó dos principales causas: el aumento de la vulnerabilidad social y el del consumo problemático de sustancias.
“Tanto la pobreza como aquellas personas que viven exclusivamente para sostener un consumo de drogas dificultan el acceso a un centro de salud y la adherencia al tratamiento”, destacó.
Alexis Manzo, presidente de la Sociedad de Infectología de Mar del Plata, explicó que, si bien la mayoría de los casos están relacionados a las condiciones de pobreza y hacinamiento, también se dan situaciones en niñas y adolescentes de entre 10 y 15 años con déficits nutricionales.
Manzo difundió las cifras de la ciudad de Mar del Plata en el XVI Congreso de la Sociedad de Infectología de Córdoba, el pasado jueves 21 de agosto.
“Si bien la tuberculosis aumenta en la pobreza, tenemos casos en todas las clases sociales. Por un lado, la desnutrición real por la crisis socioeconómica. Por otro, la alimentación selectiva del joven, que no incorpora proteínas sino que consume productos no saludables”, destacó.
Por su parte, Graciela Sadino, secretaria científica de la Sociedad de Infectología de Córdoba, agregó que muchas veces los síntomas pasan desapercibidos. Los especialistas aconsejan a los equipos de salud que piensen en tuberculosis y que se tomen el tiempo para explicar en qué consiste el tratamiento. La enfermedad suele generar estigma y discriminación. Se recomienda el abordaje del equipo interdisciplinario, junto con psicólogos y trabajadores sociales.

¿Por qué puede agravarse la enfermedad?
El tabaquismo, el VIH y el consumo problemático de sustancias son las tres principales comorbilidades de los pacientes tratados en Córdoba, según cifras oficiales.
Para Palermo, la relación entre el VIH y la tuberculosis se encuentra hoy estabilizada. Sin embargo, aumentan los casos vinculados a la pobreza y el consumo de drogas.
En Córdoba, la tasa de notificación registró un aumento sostenido a partir de 2019, con un mayor incremento en 2023, cuando se profundizó la vigilancia epidemiológica.
“Si bien tenemos una tasa leve, nos preocupa que los pacientes lleguen tarde a la consulta y estén más expuestos en sus comunidades”, agregó Roca.
En 2024 se registraron 23 fallecimientos en Córdoba, un 53% más en relación a los 15 reportados en 2019. La tasa de muertes en nuestra provincia fue de 0,6 casos por cada 100 mil habitantes. El promedio nacional se ubicó en 1,8.
En el hospital Muñiz de Capital federal, el 10% de los pacientes ingresa directamente a terapia intensiva. En tanto, en el hospital Rawson, el 48% necesitó internación.
La tuberculosis puede avanzar provocando lesiones graves en el pulmón o afectando otros órganos, como las meninges.
Según datos oficiales, esta enfermedad afecta más a personas de entre 20 a 44 años que se encuentran en plena edad productiva. También tiene una incidencia mayor en individuos en situación de calle y en la población carcelaria. Los casos son más frecuentes en las grandes ciudades, debido al hacinamiento.
¿Cómo prevenir?
Especialistas coinciden en que se debe aumentar la sensibilidad al momento del diagnóstico y realizar un seguimiento de los pacientes, para asegurar que cumplan con el tratamiento.
“Hay veces que los síntomas no son muy claros. La norma indica que un paciente con tos recurrente por más de 15 días debe ser estudiado. Hay que pedir un esputo para tuberculosis, una radiografía de tórax o derivar al centro más cercano”, destacó Manzo.
Los especialistas solicitan a los equipos de salud que sospechen de tuberculosis. Cuando se detecte el caso, se debe procurar que la persona cumpla con el tratamiento. Recomiendan destinar tiempo para explicar los pasos a seguir en cada consulta y sugieren la intervención de un equipo interdisciplinario.

“La prevención se debe hacer en el primer nivel de atención: detectar los casos y cortar la cadena de transmisión”, recomendó la referente del programa.
Adónde acudir
En la ciudad de Córdoba, los dispensarios están articulados con el Programa Municipal de Tuberculosis que funciona en en la Dirección de Medicina Preventiva, ubicada en calle Santa Rosa 360.
A su vez, los hospitales provinciales y los centros de atención primaria (Caps) articulan con el programa provincial.
Por más que haya quedado olvidada, la tuberculosis existe. La buena noticia es que tiene cura.