A fines de 2022, se anunció que en Córdoba se instalarían cinco domos con cámaras de alta tecnología para la detección a larga distancia de incendios forestales. Serían aportados por Ambiente de la Nación, como ya lo había hecho meses antes con varios equipos en la zona del Delta del Paraná, una región donde también se dan muy repetidos focos de fuego.
Esos equipos detectan humos hasta a 50 kilómetros, durante las 24 horas, y se deben complementar con un seguimiento en tiempo real desde un centro de monitoreo para que tengan sentido práctico. ¿Llegaron a Córdoba? ¿donde están ubicadas?
No es una tecnología, por cierto, que asegure que no se inicien fuegos, pero la detección temprana es cada vez más clave para controlarlos, además de permitir establecer patrones de sitios de inicio y eventuales causales.
Desde hace décadas, la detección temprana en Córdoba depende de que los vecinos que ven columnas de humo las denuncien con urgencia o de que en las zonas de riesgo haya bomberos vigías apostados para observar si ocurren incendios desde puntos de vista de altura.
Esos vigías humanos fueron perdiendo presencia, y algunos cuarteles los mantienen más que otros.
También se usan cada vez más, en Córdoba y en el mundo, mapas de detección de calor en base a imágenes satelitales.
El punto es cómo hacer para detectar un fuego apenas iniciado: de eso depende,en gran medida, que no se salga de control y se expanda.
De hecho, en los meses de mayor riesgo, en Córdoba se suceden decenas de inicios de focos por día. La gran mayoría son controlados por el cuartel de bomberos más cercano y no son noticia. Hay cuarteles que entre julio y octubre tienen varias salidas por día por estas causas.
Pero hay focos que se escapan. Y que con condiciones de clima adversas se tornan imparables cuando avanzan.
¿Qué pasó con aquellas cámaras en domos?
De aquellas anunciadas cámaras en domos, Córdoba tiene cuatro instaladas hoy.
Dos están en áreas de alta masa de bosques y con escasa presencia de bomberos en el noroeste provincial (la reserva de Chancaní y en Ciénaga del Coro), uno en la zona de Tulumba (en San Pedro Norte), y otro en el sur de Punilla (en Tanti).
Son monitoreados, como otros aspectos ligados a la defensa civil (por ejemplo, las crecidas de ríos) en las salas del Observatorio Hidrometerológico de la Provincia, ubicadas en la Capital. Desde ese ente se confirmó que está vigente ese monitoreo, en ese caso a cargo de agentes del Plan Provincial de Manejo del Fuego.
Esa presencia de torres con ojos detectores podría ser de utilidad en los sitios de mayor frecuencia de incendios.
La zona de La Calera-Malagueño es la primera de esa lista. El área de La Cumbre y Capilla del Monte, asoma como la segunda con mayor frecuencia de fuegos desde hace años en Córdoba.
Justo, son las dos zonas que en las últimas semanas generaron los peores incendios en la provincia.