“Para mí los monitores de estas consolas son pequeñas ventanitas hacia un mundo de fantasía para que los chicos, aunque sea por un ratito, se puedan escapar de su rutina hospitalaria”, contó Miguel Blanco, fundador de la asociación civil “La Guarida”.
Miguel, junto a su compañero Dylan Benítez, crean consolas de videojuegos para niños, adaptadas para hospitales de Argentina, con materiales reciclados. Lo hacen gracias a donaciones y aportes de organizaciones.
Blanco es oriundo de Chaco, tiene 39 años y vive en Buenos Aires. Este fin de semana llegó a Laguna Larga, en Córdoba, para entregar en persona una consola de juegos para pacientes pediátricos. En diálogo con La Voz, explicó el nacimiento de la iniciativa, cómo fue su paso por la provincia y de qué manera ayudar.
De streamear a donar consolas de juegos a hospitales
Todo comenzó en medio de la pandemia. “Trataba de matar el tiempo de alguna manera. La forma que encontré fue los videojuegos, y dentro de los videojuegos encontré el botón de transmitir en vivo. Esa pasión se transformó en un canal de Twitch que, sin quererlo, empecé a monetizar”, explicó.
“Cuando recibí mis primeros 100 dólares sentí que cumplí el sueño del pibe, tenía que devolvérselo al universo de alguna manera”, recordó, entre risas.
Al principio, esos ingresos se transformaron en viandas para personas en situación de calle. “Fue muy lindo, nos llenaba el alma. Incluso se sumaron chicos que veían el streaming”, destacó. Pero las dificultades en la calle y la politización de los comedores lo llevaron a buscar alternativas.

En paralelo, Miguel estudiaba locución junto con su compañero Dylan: “Queríamos abrir una productora, pero no teníamos portfolio. Entonces se me ocurrió que hiciéramos videos gratuitos para ONGs. Así conocimos a una organización que donaba consolas comerciales a hospitales y descubrimos que había un montón de problemas prácticos”, relató.
Una solución gamer
Al querer trabajar y donar sus consolas a hospitales, Miguel y Dylan encontraron una serie de obstáculos que decidieron solucionar. “A veces la sala donde el chico estaba internado no tenía tele y entonces no podía usar la consola”, explicó.
“Si tenía televisión, alguien tenía que conectar esa consola y hacer que el resto de lo que funciona dentro de una sala de internación siga funcionando sin problemas: que los cables no molesten, que la consola no quede colgando, que el joystick llegue hasta la cama…“, profundizó.
“Eran un montón de problemáticas que no habían tenido en cuenta y a nosotros, como gamers, nos hacían mucho ruido”, aclaró.
Juntos descubrieron el nicho: crear consolas portátiles adaptadas a hospitales. “Soy técnico en electrónica, locutor, licenciado en comunicación audiovisual y técnico en recreación en tiempo libre, y sentía que se juntaban todas esas cosas con mi pasión por los videojuegos”, profundizó.
“Entonces, creamos un prototipo: logramos armar un maletín con monitor, microcomputadora y joysticks listos para usar”, explicó.
Tras varias pruebas y rechazos, el primer modelo entró al Hospital Garrahan gracias a la Fundación Pediátrica Argentina. “Cada vez que juntábamos U$S 100 en el streaming, nacía una consola”, contó. Así llegaron las primeras diez.
Con el tiempo surgió la versión carrito, más económica y sustentable, hecha con CPUs y monitores reciclados, montados en bases de sillas de oficina.
Tras esto, Miguel contó que el día que entregaron la consola número cuatro se dieron cuenta de que “se parecía mucho al resto de la aparatología que había dentro de la sala de internación”.
Entonces, surgió el arte como forma de potenciar el proyecto e incluir a más personas. “Los artistas convierten las consolas en obras de arte jugables”, afirmó, y agregó: “Queremos que transmitan alegría desde el momento en que entran a la sala”.
Consolas de videojuegos en hospitales de Córdoba
En Córdoba hay consolas en el Hospital Santísima Trinidad y en el Hospital Municipal de Laguna Larga. Todo comenzó con el contacto de un empresario cordobés, Luciano Espinosa, CEO de VM Agrícola: “Me escribió para comprar una consola. Le expliqué que no las vendíamos, pero sí podía sponsorear el costo de producir una. Le encantó la idea”, contó.
La dinámica se replicó con otros empresarios y hoy el Santísima Trinidad cuenta con tres consolas. “Incluso me costeó la estadía para que yo pudiera ir a la entrega”, compartió Blanco.
Por su parte, el Hospital Municipal de Laguna Larga recibió el pasado fin de semana un dispositivo gracias al apoyo del propio Municipio. “Nos pidieron que la entregáramos en persona y nos sentimos muy bien atendidos y valorados. Fue una experiencia hermosa”, contó.
“En Laguna Larga nos tocó un momento re lindo porque una nena que estaba internada ya tenía experiencia con consolas. Entonces, cuando la vio, le encantó la idea y se puso a jugar. Se la vio súper contenta y alegre, y eso para nosotros vale oro porque sabemos la dificultad y lo complejo que es atravesar tantas horas de tratamiento en un hospital”, relató.
Cómo colaborar con la fundación “La Guarida”
En Córdoba, hay dos espacios que funcionan como puntos de recepción de donaciones: VM Agrícola, en Oncativo, y el Municipio de Laguna Larga. Lo que más necesitan son notebooks, CPUs, monitores y televisores. “Es un proyecto que se hace 100% a pulmón y tenemos muchísimos gastos, que a veces terminamos cubriendo de nuestro bolsillo”, señaló Blanco. Además, pueden realizarse donaciones al alias laguaridaong.
Ya son 26 las consolas entregadas. Los juegos son muchísimos, e incluyen clásicos y modernos, dependiendo del poder de procesamiento de cada computadora. “Los chicos conectan enseguida porque los personajes siguen vigentes: Spider-Man, Aladdín, Batman, Barbie, Hulk, Los Vengadores… aunque los juegos sean de otra época, funcionan igual”, afirmó.
El poder de jugar y ayudar
El proyecto de Blanco y Benítez se apoya en evidencia científica. “Nosotros para poder convencer a los médicos tenemos un montón de papers recopilados de distintas instituciones que demuestran que el uso de los videojuegos tiene enormes beneficios para los pibes", contó.
Para compartirle la información a los profesionales, explicó que siempre usan un estudio en particular, del doctor Mario Alonso Puig.
“(El estudio) demuestra que a partir de brindarles la posibilidad de jugar, los chicos en tratamiento oncológico empezaron a consumir entre un 20 y un 40% menos de morfina durante su tratamiento”, explicó.
Además, contó que ese mismo trabajo comprobó un aumento del 15% en la activación del sistema parasimpático, clave para la regeneración de tejidos.
Miguel y Dylan realizan todas las donaciones que pueden en persona: “Nos llena de orgullo y felicidad cada entrega. No queremos perdernos nunca la cara de los chicos cuando reciben la consola. Esa es la parte más linda del proyecto”.