La denuncia por presunto trabajo esclavo contra la reconocida cadena de lomiterías Di Metro llegó a su fin en la Justicia de Córdoba, con el archivo de la causa por “ausencia de delito”.
La decisión, tomada por la Fiscalía de Instrucción del Distrito II Turno 3, a cargo de Luis Micheli, desestima las graves acusaciones que el gremio de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra) presentó en diciembre del 2024.
Según la denuncia inicial del gremio, se habían encontrado 27 empleados “encerrados y en condiciones de vida deplorables” en un centro de distribución de Di Metro ubicado en barrio Villa Adela.
El sindicato afirmó que la situación fue alertada por un trabajador y que, al inspeccionar el lugar junto con el Ministerio de Trabajo, encontraron seis trabajadores en condiciones de encierro, con una heladera bloqueando una puerta.
Sin embargo, la investigación judicial no encontró pruebas que sustentaran estas acusaciones, llevando al archivo de la causa. “Por lo tanto, la presentación fue desestimada desde Tribunales”.
Juan Pablo Gerchunoff era el dueño de la empresa al momento de la denuncia. En declaraciones previas, calificó la situación como una “tergiversación de los hechos” y mencionó que incluso enfrentaba una denuncia penal por trata de personas. Aseguró que nunca maltrató a sus empleados y reconoció “irregularidades administrativas pero no faltan uniformes, medidas de seguridad ni momentos de descanso”.
Sobre la fotografía que circuló mostrando una supuesta habitación con empleados hacinados, explicó que fue tomada en el comedor durante un breve corte de luz mientras se realizaba una inspección. Gerchunoff calificó todo como un “escrache terrible y totalmente falso”.
Una denuncia que terminó con el negocio
Luego de conocidas las últimas novedades en la Justicia, Juan Pablo Gerchunoff contó cómo es su situación en la actualidad, a tres meses de ocurridos los hechos.
En declaraciones al programa Siesta Animal, de Mitre Córdoba, Gerchunoff aclaró que ya no es el dueño de la fábrica y relató el profundo impacto que la denuncia tuvo en su vida y en la de sus empleados.
Dijo que sintió “alivio” por el archivo de la causa: “La Justicia no ha encontrado las pruebas suficientes para seguir el curso de la denuncia, hay que decirlo así, que no hubo delito”. Sin embargo, enfatizó: “El daño está hecho”.
Además, criticó el accionar del gremio Uthgra. Se mostró sorprendido de que “un sindicato queriendo defender a los trabajadores los perjudica tan tan groseramente”. Consideró “una locura” e “inexplicable” el daño causado por la denuncia.
El empresario descartó acciones legales contra el gremio. Si bien podría realizar las denuncias legales, cuestionó su utilidad: “¿Vamos a recuperar puesto de trabajo? Voy a recuperar los 4 meses de angustia que estuve pensando que me iban a golpear la puerta”.
En el programa se criticó que el gremio aparentemente no se contactó con los empleados despedidos para ofrecerles nuevas oportunidades laborales.
Desde el programa radial se cuestionó duramente el accionar del gremio, señalando que “arrasaron con todo. Con una empresa, con empleado, con el dueño por una denuncia que la justicia desestimó y compró probó que no hubo delito”. Se hizo hincapié en que “con una sola mentira una sola denuncia destruyó una empresa”.