De los 10 mil metros cúbicos por hora que recibe la planta en promedio, solo tres mil pasan por alguna etapa de tratamiento, de acuerdo a lo que señalaron delegados municipales de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) de Bajo Grande.
Desde el municipio niegan esta proporción, aunque aceptan fuera de micrófono que la planta sigue vertiendo líquidos al río sin un tratamiento adecuado.
En estos momentos, la principal reparación está en los sedimentadores primarios y secundarios. Se trata de una obra que dejó licitada la gestión de Ramón Mestre con los fondos que aportó Corporación América por el convenio urbanístico del predio del ex- Batallón 141.
Actualmente Bajo Grande se encuentra en emergencia ambiental. El 13 de diciembre del 2019, el intendente Martín Llaryora firmó un decreto extendiendo la situación sobre la planta por dos años más. Mestre había comenzado con esta medida el 5 de agosto de 2014. La emergencia lleva siete años.
“Se han hecho obras de mantenimiento básica, pero el líquido se sigue vertiendo al rio. Todo sigue siendo crítico. No hay tratamiento y solo vemos que se hacen parches y no la inversión que requiere la planta”, dijo a La Voz, Gustavo Albeza, delegado de Bajo Grande. Agrega que tampoco hay tratamiento de los barros que deja el proceso.
Inversión
En los últimos meses, sin tomar octubre, la Municipalidad llamó a subastas electrónicas por 199 millones de pesos para tareas de reparación y mantenimiento y compra de insumos básicos, como el cloro.
Un funcionario de la gestión admite en off que el líquido sigue vertiéndose sin tratamiento. No obstante ponen el foco en las obras complementarias que está realizando el municipio. Argumentan que conviene que la planta esté parada para poder trabajar desde cero. Y apuntan que en los últimos meses también sumaron inversiones en el área de redes sanitarias y más de 400 millones de pesos en aliviadores cloacales.
Cómo funciona la planta
En los últimos meses, según se puede ver en el portal de Subastas Electrónicas, el municipio llamó a subastas por 199.864.089 en Bajo Grande. No se pudieron encontrar registros de compras durante el 2020 ni tampoco licitaciones publicadas. Pero un informe que la Municipalidad presentó ante la Justicia Federal y al que tuvo acceso La Voz señaló que el municipio destinó otros 61 millones de pesos para la planta hasta febrero de 2021.
El primer llamado registrado es de marzo pasado. Esa fecha el municipio subastó por 1,3 millones por la reparación de una bomba Fly. E hizo la compra más importante en lo que va de la gestión Llaryora: 600 toneladas de cloro por 168 millones de pesos. Se trata de un insumo necesario para el funcionamiento normal de la planta.
En junio pasado sumó dos obras más, la reparación de otra bomba Fly por 11,9 millones de pesos y la reparación de trituradores por 5,9 millones.
En julio llamó a la reparación de digestores por 9,9 millones de pesos y en agosto completó la inversión en ese rubro por 3.4 millones de pesos.
A esta lista de ítems hay que agregarle los 79 millones que invirtió la Provincia para la reparación de las compuertas de ingreso Ambas fueron parte de una ampliación de contrato con la empresa SuperCemento que adelanta la nueva planta.
La nueva planta
La mayoría de los equipos de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) están fuera de funcionamiento y bajo reparación. Y se mantiene la cloración al final del proceso para intentar mitigar el impacto. La apuesta de la Municipalidad es que en los próximos meses quede habilitada la nueva planta de tratamiento que fondean la Provincia y la Nación para dedicarse de lleno a Bajo Grande.
La obra civil ya está en un 99 por ciento y solo falta el equipamiento técnico de última tecnología para el tratamiento.
En reiteradas oportunidades la Justicia comprobó que el vertido de Bajo Grande contamina el río Suquía. Hace unas semanas la Justicia federal dio cuenta de la grave situación de todo el cauce del río, que se agrava al pasar la planta. Recientemente los tribunales provinciales le reconocieron responsabilidad al municipio y también a la Provincia por el daño ambiental que ya lleva más de 10 años.
