Un nuevo estudio del Merrimack College, Estados Unidos, reveló que lo que más influye en la memoria no son las emociones ni dormir bien, sino las instrucciones que recibimos para recordar u olvidar.
La investigación, publicada en Frontiers in Behavioral Neuroscience, sugiere que decirle a alguien qué recordar puede ser más efectivo que cualquier señal emocional.
Cómo funciona la memoria intencional
“Lo que intentamos recordar y olvidar puede ser muy poderoso. Tenemos más control sobre nuestros recuerdos de lo que solemos creer”, asegura la doctora Laura Kurdziel, autora principal del estudio.
Los investigadores realizaron dos experimentos con 98 participantes que debían memorizar 100 palabras, algunas con connotaciones negativas y otras neutras. Cada palabra iba acompañada de una instrucción: recordar u olvidar.
Al analizar los resultados, descubrieron que las palabras que se indicaba recordar se evocaban con mayor precisión que las palabras emocionalmente negativas, aunque el efecto de la emoción amplificaba ligeramente la memoria cuando se combinaba con la instrucción.
El papel del sueño en la memoria
Contrario a lo que se esperaba, dormir no mejoró significativamente la evocación de las palabras. Los participantes completaron pruebas tras 12 horas, algunas después de dormir, otras tras permanecer despiertos.
Sin embargo, los electroencefalogramas (EEG) revelaron que ciertas ondas cerebrales durante el sueño sí influían en la memoria:
- Los husos de sueño se asociaron con un mejor recuerdo de palabras negativas.
- El sueño de ondas lentas se relacionó con un menor recuerdo general, sugiriendo que podría ayudar a olvidar información irrelevante.
“Esto indica que dormir puede consolidar ciertos recuerdos, pero no necesariamente todos. La prioridad parece estar en lo que motivamos a recordar, más que en lo emocional”, explica Kurdziel.
Cómo las instrucciones influyen en el cerebro
Durante la codificación, el cerebro dedica más recursos a las palabras señaladas como importantes, lo que aumenta la probabilidad de que se activen durante el sueño y se transfieran al almacenamiento a largo plazo. Al mismo tiempo, las instrucciones ayudan a inhibir recuerdos irrelevantes, reduciendo interferencias y mejorando la evocación.
Aunque el estudio proporciona información valiosa, los autores advierten que la muestra era pequeña y estaba compuesta principalmente por estudiantes universitarios, por lo que los hallazgos no necesariamente se aplican a toda la población.
Conclusión y perspectivas
El trabajo del Merrimack College sugiere que la memoria puede ser más deliberada que emocional, y que nuestras decisiones conscientes sobre qué recordar pueden ser más poderosas que el efecto de las emociones o el sueño. Los investigadores destacan que se necesita más estudio para confirmar cómo distintos tipos de ondas cerebrales afectan la memoria en distintos grupos etarios y contextos.