Corralito, Santiago Temple, Tránsito, La Falda, Morrison, Alcira Gigena, Carnerillo, Mattaldi, Vicuña Mackenna, Almafuerte, Río Cuarto, Bell Ville, Capilla del Monte y Jesús María. En esas 14 localidades existía un centro de salud con camas para internación que en 2015 fue cerrado.
Todos los años se repite el fenómeno, al punto que en la provincia de Córdoba han cerrado sus puertas 121 instituciones desde 2004, según datos del Registro de Unidades de Gestión de Prestaciones de Salud (Rugepresa) del Ministerio de Salud de
Córdoba.
En 2004, existían 291 centros de salud y hoy hay 170. "En
la mayoría de los casos, la clínica no cerró, sino que se transformó en centro de atención primaria de la salud, lo que llamamos centros ambulatorios", explica Pablo Lábaque, titular de Rugepresa.
Los datos indican que, en 11 años, el sistema privado se achicó 41,5 por ciento en la provincia, con una reducción de 791 camas para internación. Pero con una diferencia gigantesca: 114 de las 121 clínicas que cerraron estaban en el interior, especialmente en localidades pequeñas, y tenían entre 15 y 20 camas. “Entre enero y junio, 10 clínicas nos ofrecieron hacernos cargo”, confiesan desde uno de los tres grandes centros privados que hay en Córdoba. Todas fueron rechazadas.
El ajuste revela, con contundencia, la crisis profunda que atraviesa el sector privado de la salud y obliga a pensar los porqués de esa crisis y cómo y quiénes podrían resolverla. “La idea es intervenir para ver el fenómeno y hacer lo imposible para que ninguna parte de la población se quede sin acceso con centro de salud”, dice Lábaque. Pero las razones del fenómeno son complejas.
Qué está pasando
Para el ministro de Salud, Francisco Fortuna, uno de los ejes del problema pasa por cómo se financian los prestadores. “Los financiadores nunca trasladan a los aranceles todo el incremento de los aportes salariales”, dice. Eso, según reconocen los prestadores, los deja debajo unos siete puntos anuales de la inflación real.
Se suman aumentos permanentes de insumos, equipos y salarios, que representan en todos los casos el 70 por ciento del total.
“Otra cosa que agravó mucho la situación son los plazos de pago”, advierte Laura Rodríguez, gerenta de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados (Adecra), que reúne a 250 clínicas de media y alta complejidad del país. “Una prestación de septiembre se factura los primeros días de octubre, y se cobra entre 60 a 120 días desde que se emitió la factura... Es imposible eso, porque no le puedo cargar al arancel el costo del financiamiento”, señala. La situación es tan grave que, calculan en Adecra, el 70 por ciento de las clínicas hoy no está pagando las contribuciones patronales y adeudan 1.200 millones a la Afip.
Pero también hay otros factores. Uno es que cuesta conseguir recurso humano formado que quiera vivir en el interior. Y además, si se consigue, es caro. Una clínica media, con 15 a 20 camas, necesita 20 sueldos para funcionar, además de los honorarios médicos. Lo segundo es que los pacientes son cada vez más demandantes. “Es habitual que una mamá embarazada quiera una eco 4D”, dice Fortuna, lo que obliga a invertir de manera permanente, algo difícil en contexto de inflación y dólar
blue
. Pero en muchos casos, los mismos pacientes prefieren atenderse en los centros de mayor complejidad.
Aranceles retrasados, prestaciones que se pagan a 120 días, deudas tributarias, falta de recursos humanos y pacientes cada vez más exigentes e informados, aunque con obras sociales también desfinanciadas.
¿Hacia dónde va el sistema?
“La tendencia es la regionalización”, subraya Fortuna y describe un modelo que encabecen los hospitales regionales y que se aceite un esquema de derivación desde las localidades más chicas. Enumera lo que está haciendo el Estado: refuerzo de camas críticas de adultos, neo y pediatría en las principales ciudades del interior; inversión en alta complejidad, como la unidad de trasplante de médula ósea acaban de inaugurar en el Hospital de Niños, entre otras, y formación del recurso humano, con 800 residentes capacitándose en los hospitales provinciales. Y además, está la transferencia directa al sector privado vía Apross de cuatro mil millones de pesos anuales. “Estamos casi copiando los incrementos salariales a los aranceles”, asegura.
220 menos, según la Bolsa de Comercio
Cierre. El Instituto de Investigaciones de la Bolsa de Comercio de Córdoba relevó el sector privado de la salud de Córdoba y detectó que desde el año 2000, antes de la crisis, cerraron 220 clínicas. Aunque las cifras difieren de las oficiales del Ministerio de Salud de Córdoba, el trabajo sostiene que había 425 clínicas con 17.005 camas en el año 2000 y que hoy quedan 205 con 13.992 camas.
Funcionamiento. Una clínica media, de 15 a 20 camas, necesita 20 sueldos para funcionar, además de los honorarios médicos.
Estado. El Ministerio de Salud dice que en la actual coyuntura dispone medidas para paliar la crisis del sector: refuerzo de camas críticas de adultos, neo y pediatría en las principales ciudades del interior; inversión en alta complejidad, como la unidad de trasplante de médula ósea que acaban de inaugurar en el Hospital de Niños, entre otra medidas.
Interior. 114 de las 121 clínicas que cerraron estaban en el interior, y en localidades pequeñas.