La detección de una enfermedad infecciosa causada por una bacteria en un hombre de 64 años, sin ningún tipo de nexo epidemiológico, generó revuelo en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC y en el Ministerio de Salud. Se trata de un caso de psitacosis, causado por una bacteria denominada Chlamydia psittaci, que se encuentra generalmente en secreciones oculares, nasales o excrementos de aves ya infectadas. Especialmente, se observa en loros, cotorras y guacamayos.
El contagio se produce al inhalar un polvo contaminado generado por la desecación de estas secreciones o excrementos.
A fines de febrero, un hombre de 64 años ingresó a un hospital de Córdoba con fiebre, fatiga, cefalea, tos seca y mialgias. En un primer momento, las sospechas viraron hacia una cuestión vinculada a algo respiratorio. Sin embargo, las pruebas de biología molecular confirmaron la presencia de psitacosis. El paciente permaneció internado durante cinco días y le realizaron un hisopado que ratificó el diagnóstico.
Lo sospechoso es que el paciente asegura no haber tenido contacto con aves de corral ni otras especies silvestres, lo que impide establecer cómo fue el contagio.
Algunas hipótesis lo vinculan con tareas de jardinería, que demandan un contacto con suelo y materia orgánica en descomposición. Los especialistas sugirieron que el contagio pudo haber ocurrido por inhalación de aerosoles contaminados con excrementos de aves portadoras asintomáticas. Las palomas, gorriones u otras especies urbanas pueden ser en algunos casos reservorios de la bacteria.
El Instituto de Virología J. M. Vanella, de la Universidad Nacional de Córdoba, trabaja en el control de psitacosis junto con el programa de zoonosis del Ministerio de Salud de la Provincia. Cecilia Cuffini, una de sus virólogass, explicó a La Voz que “existen tratamientos antimicrobianos específicos para psitacosis, que permiten a los profesionales de la salud tener todas las herramientas para una evolución favorable del paciente”.
En 2024 se registró un aumento de casos de psitacosis en Argentina, comparado con 2023. La viróloga afirmó que la mayoría de los casos se distribuyen en el centro del país. El año pasado un brote alertó al Ministerio de Salud de Nación. A nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud, en febrero de 2024, alertó sobre un incremento de casos en Austria, Dinamarca, Alemania, Suecia y Países Bajos y recomendó la realización de pruebas en casos sospechosos y concientizar a los propietarios de aves domésticas o enjauladas.
Este caso en Córdoba muestra que la bacteria podría estar presente en el ambiente más allá del contacto directo con aves. Los especialistas afirman que con más prevención se podría reducir el impacto de este tipo de zoonosis en la población.
La viróloga Cuffini explicó que hay aves que normalmente pueden estar con la infección y no excretar la chlamydia, pero muchas veces cuando sufren estrés o hacinamiento es cuando comienzan a excretar. “Es la materia fecal la que se seca y la persona cercana se puede contagiar. También el ave contagiada puede tener perdida de apetito, plumas pegajosas, le llora el ojo, secreciones nasales”, dijo Cuffini y agregó que generalmente no suelen realizar el diagnóstico de las aves porque no pueden llegar a ellas, ya que muchos deciden incinerarlas o enterrarlas.
Medidas de prevención
Las acciones de prvención sugeridas son: evitar el contacto con aves silvestres, no cazar, no comprar en lugares no autorizados, mantener condiciones higiénicas adecuadas, en caso de contar con la presencia de aves desinfectar las jaulas y tener una buena ventilación, utilizar herramientas de protección al realizar actividades en áreas frecuentadas por aves, aconsejan utilizar guantes y mascarillas que no permitan el ingreso del polvo contaminante.
En caso de presentar síntomas compatibles con esta enfermedad, asistir a una atención médica. Las manifestaciones pueden ser fiebre, dolor de cabeza, dificultad para respirar, especialmente luego de haber tenido contacto con aves.
En caso de sospechar que sus aves pueden tener Chlamydophila psittaci, se debe recurrir a un veterinario y en caso de confirmarse, notificar a toda aquella persona que ha tenido contacto con el ave.