La Justicia de Córdoba logró develar en apenas 48 horas un “misterio” que se repetía desde hacía al menos tres años, cuando comenzaron a sucederse distintos episodios de impactos de balines en el edificio de los Tribunales de Familia, que no dejaron heridos pero sí algunos daños en vidrios del edificio.
Según explicó el fiscal Rubén Caro, los episodios en el edificio de Tucumán al 360 comenzaron a registrarse en 2017 de manera esporádica. En las últimas horas, ordenó una investigación que logró determinar en apenas dos días de dónde provenían los disparos.
"Luego de una investigación, comprobamos que se venían repitiendo desde 2017, esporádicamente. En varios pisos del edificio sintieron impactos", contó Caro a Cadena 3.
Con esos testimonios, se ordenaron peritajes a Balística y a la Policía Judicial, quienes hicieron un “destacado trabajo”, señaló.
“Los disparos provenían de un departamento ubicado sobre avenida General Paz, a unos 50 metros del edificio de los Tribunales de Familia”, dijo.
“Se ordenó un allanamiento en el que se logró secuestrar un rifle de aire comprimido, que pertenecía a un menor de edad”, precisó.
Se trataría de un adolescente de unos 13 años que habría recibido el rifle como regale por parte de su padre, indicaron fuentes.
En el caso interviene ahora el Juzgado de Menores.
