Una investigación clínica realizada en China reveló que modificar los horarios y la estructura de las comidas puede tener un impacto significativo en la salud de personas con obesidad y diabetes tipo 2.
Los científicos llegaron a la conclusión de que no se trata sólo de cuánto se come, sino de cuándo y cómo se come.
Tres estrategias, un objetivo común: controlar la glucosa
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Zhengzhou, comparó por primera vez tres enfoques de restricción energética.
- IER (restricción intermitente de energía): método 5:2, con ayuno parcial dos días por semana.
- TRE (alimentación restringida en el tiempo): comidas solo dentro de una ventana de 10 horas diarias.
- CER (restricción continua de energía): reducción constante de calorías todos los días.
Los tres métodos mostraron mejoras en los niveles de azúcar en sangre y peso corporal. Sin embargo, el grupo IER logró mayores beneficios en glucemia en ayunas, sensibilidad a la insulina y reducción de triglicéridos.

Un ensayo clínico riguroso y con resultados alentadores
El estudio incluyó a 90 pacientes con obesidad y diabetes tipo 2, con una edad promedio de 36,8 años y un índice de masa corporal inicial de 31,7. Se desarrolló durante 16 semanas, con seguimiento de nutricionistas y calorías semanales equivalentes entre los tres grupos.
Aunque las diferencias en la reducción de HbA1c (un marcador clave de la glucosa) no fueron significativas entre los grupos, la reducción absoluta fue mayor en quienes siguieron el enfoque IER. Además, ese grupo tuvo la mejor tasa de adherencia (85%).
“El estudio proporciona una nueva perspectiva sobre cómo estructurar la alimentación puede ser tan importante como la cantidad de comida que se consume”, explicó el médico Haohao Zhang, investigador principal.
La estrategia IER se destaca no solo por sus resultados metabólicos, sino por su viabilidad a largo plazo. Fue la más fácil de sostener por los pacientes.