Allá a lo lejos, a más de 12 mil kilómetros de Córdoba, Dinamarca se posiciona como uno de los países con mejor calidad de vida. Este logro no es casualidad, sino el resultado de una cultura laboral basada en valores como la confianza, el equilibrio entre vida y trabajo, la flexibilidad, y una sólida red de seguridad social.
En el país escandinavo solo el 1,1% de los trabajadores trabaja 50 horas o más a la semana, según las cifras más recientes de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Una cifra notablemente inferior a la media mundial del 10,2%.
“Sí, soy feliz trabajando en este país”, reconoció Federico Nicolás Orlandi (26), oriundo de Villa del Totoral, y con casi seis años en Dinamarca. “Es un economía estable que te permite proyectar y alcanzar ciertas metas”, indicó.
Orlandi tuvo experiencias laborales anteriores en Argentina y Nueva Zelanda, principalmente en ganadería y hotelería, pero ingresar al sistema laboral danés le permitió después de unos años convertirse en empleador. En la actualidad tiene una empresa de albañilería con un socio local.
En nueve meses, Lucas Tillard (31) también valoró la cultura laboral de ese país para alcanzar la felicidad y una buena combinación entre trabajo y ocio. Es manager en una cafetería de especialidad, un rubro en el que los tostadores nórdicos tienen una gran influencia a nivel mundial.
“Hay previsibilidad, claridad para negociar un salario y los aportes son equilibrados entre empleador y empleado”, consideró.
Específicamente en la gastronomía, explicó que se reconoce su desempeño en un rubro que históricamente ha sido sacrificado y mal pago en muchas parte del mundo.
Eugenia Rivas (34) nació en Villa Dolores y hace cinco años que vive en Dinamarca. Si bien reconoce que en general los derechos laborales son buenos y el sistema es prolijo la satisfacción está condicionada por el tipo de contrato y la relación con el empleador.
“Sí tenes un contrato por horas está bastante bien, el problema es el denominado ´on call´ (cortos y a demanda). Allí las condiciones no son las mismas”, aclaró. Rivas da clases en un gimnasio pero además tiene un trabajo secundario.
Sin sacrificar la vida personal
Meik Wiking, autor del libro El arte de vivir en Dinamarca consideró desde hace tiempo que su país natal es un brillante ejemplo para otros en materia de políticas laborales. “Los daneses son realmente felices en el trabajo”, dijo a la BBC. “Casi el 60% dicen que seguirían trabajando si les tocara la lotería y se independizaran económicamente”, aseguró.
Algunas de las políticas que contribuyen a generar un equilibrio entre la vida laboral y familiar es el derecho a un mínimo de cinco semanas de vacaciones pagadas al año, además de los feriados.
También ofrece un permiso pagado de maternidad y paternidad muy generoso, de seis meses de duración.
“Te contemplan tres días por mes por enfermedad sin necesidad de presentar certificado médico. Si se cumple el plazo, sí se requiere”, sumó Rivas.
Dinamarca es conocida por su cultura hygge, que hace referencia al concepto danés de “relajarse y disfrutar de comodidades sencillas”. El término se utiliza en diferentes entornos para reforzar la idea de divertirse, pero eso no significa que no trabajen.
Una red de seguridad
El modelo laboral danés se conoce como “flexiguridad”: salarios y condiciones de trabajo se negocian entre sindicatos y organizaciones empresariales y el gobierno interviene poco en esas negociaciones.
Además, no existe un salario mínimo legal y los trabajadores son valorados por su capacidad para cumplir objetivos y no por la cantidad de horas.
Dinamarca tiene un alto nivel de seguridad social. Los trabajadores pueden unirse a un fondo de seguro de desempleo de forma voluntaria.
“Todo lo externo al empleo también te termina enganchando porque el país es atractivo, organizado, existe confianza en el otro y las cosas funcionan bien”, agregó Tillard.
Idioma y migración
“El idioma danés es incomprensible pero la mayoría habla inglés, así que eso facilita mucho la comunicación”, explicó Lucas.
En política migratoria, el Estado lleva adelante una estrategia inteligente con el objetivo de ocupar la vacancia de puestos laborales sin resentir el sistema. “Saben hasta donde pueden”, manifestaron.
“Me llamó la atención que recibimos una capacitación sobre el sistema laboral, lo impositivo, salud, etcétera”, recordó Tillard.
Se pueden tomar clases gratuitas de danés con la condición de un depósito que se reintegra una vez completado el nivel.
Finalmente la carga impositiva es alta pero los entrevistados coincidieron en que los resultados se observan en los servicios y diferentes aspectos de la vida cotidiana danesa. A pesar de ser un país caro los sueldos alcanzan y no se necesita trabajar tanto para vivir bien. Y por una situación particular pueden reducirte el dinero que debes pagar.
“Tenes que declarar lo que ganas y lo que esperas ganar. Inicialmente me costó entenderlo”, contó Rivas.
