Los cordobeses Francisco (14) y Julián (16) Peña fueron dos de los 246 pasajeros que el vuelo AR 1091 de Aerolíneas Argentinas trajo al país desde Israel, en la urgencia por el conflicto bélico desatado en la franja de Gaza.
Los adolescentes fueron “repatriados” por pedido de su familia. Su padre, Claudio Peña, relató a La Voz cómo vivieron sus hijos y la familia la situación.
“La Embajada, la Cancillería, se portaron de lujo. Conteniendo en todo momento, hablando hasta últimas horas de la noche, preocupados por cada uno de los chicos. Y se ocuparon. Dentro de un país que hay tantas cosas que salen mal, se lo hizo bien y lo siguen haciendo porque sigue trayendo a argentinos”, destacó Peña sobre su experiencia con sus hijos.
Peña es el actual jefe comunal de Villa San Isidro, pequeña localidad en el departamento Santa María, cercana a Alta Gracia.
Tiene cinco hijos y dos de ellos se encontraban estudiando en dos colegios secundarios de Israel. Su esposa y sus hijos pertenecen a la comunidad judía.
La familia completa vivió por cinco años y medio en el norte de Israel. Incluso en 2006 vivieron de cerca la guerra con El Líbano. “Pasamos el conflicto, pero no fue tan feo como el que se está viviendo ahora”, analizó Peña y agregó que la decisión de volver como familia a Argentina tuvo más que ver con “extrañar”, que con el tema de la violencia generada.
Internos en la escuela
Francisco y Julián obtuvieron una beca que otorga la comunidad judía para terminar el secundario en Israel como estudiantes internos. Ellos realizan allí lo que equivale en Argentina a 4º, 5º y 6º año. Los dos viven en una zona cercana a Tel Aviv, pero no van al mismo colegio.
Aquel sábado cuando comenzó el conflicto, según relató su padre, habían ido a visitar a una tía, ya que sólo pueden salir del lugar escolar con autorización escrita por sus padres, para ir con algún pariente o con alguien que se responsabilice por ellos. Los fines de semana podían verse en la casa de su tía.
“Estaban ahí cuando empezó el bombardeo. Se quedaron un par de días en esa casa y después decidieron irse al colegio con sus compañeros”, detalló.
Consultado sobre cómo se sentían respecto de la situación, Peña explicó que es un país y una sociedad que está acostumbrada a este tipo de conflictos y que sus hijos “recibieron mucha protección”.
“Todas las casas, edificios y lugares públicos en Israel están previstos de refugios. Siempre les enseñan que si hay algún problema, hay que meterse en el refugio”, precisó Peña. Agregó que aunque estaban asustados, se sentían acompañados ya que había muchos chicos en la misma situación que ellos: lejos de su familia y solos. Muchos de los compañeros de escuela provienen de otros países de Europa o de América.
Aunque vivieron una situación inusual, según el relato de su papá, llegaron “convencidos” de volver a Israel y sus colegios cuando se les permita. Por el momento, realizan sus actividades escolares por vía digital, mediante Zoom.
Julián dice que quiere tener el secundario terminado en Israel y sumarse al servicio militar, que es obligatorio en ese país a partir de los 18 años.
Contarlo
Tras el pedido de los padres, los chicos salieron desde Israel a Roma (Italia) para ser repatriados a Argentina.
Para los padres fueron momentos de tensión. Pero aseguran que se sintieron contenidos tanto por el Estado argentino como por el israelí. “Desde acá teníamos un montón de preguntas, de no saber hasta dónde puede llegar todo esto. Por lo general los ataques han sido aéreos. Pero esta vez sorprendió con gente que se metió a los kibutz y atacó de manera terrestre”, explicó.
Dijo que lo “tranquilizó” la condena por parte del presidente Alberto Fernández a los ataques y el ofrecimiento de ayuda desde el primer momento.
“Siempre le digo a los chicos que contar es también agradecer a la gente que se ha molestado tanto por esto”, detalló y agregó que es importante que se conozca lo que vive el pueblo de Israel, “con el terrorismo a la vuelta de la casa”.
