Si hablamos de récords, el estudiante Pablo Rossi, de la licenciatura en Ciencias de la Computación, de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), marcó un hito importantísimo: se convirtió en el primer estudiante con promedio 10 en esa Casa de Altos Estudios en 53 años de historia. Sus calificaciones le valieron el reconocimiento de las autoridades universitarias y desde este miércoles 26 de junio porta la bandera mayor, la máxima insignia académica en Río Cuarto.
En una ceremonia especial y llena de música, que se llevó a cabo en la colmada aula mayor José Alfredo Duarte, del campus, familiares y amigos estuvieron presentes. También se reconoció a otros estudiantes sobresalientes, que se destacaron en el transcurso de sus carreras de grado y que le valieron un lugar en las banderas de las cinco facultades que tiene la universidad pública en la capital alterna.
Con 22 años, Rossi aún no se da cuenta del logro alcanzado. Si mira hacia atrás, aún ve a ese estudiante que salió del colegio San Buenaventura con muchas dudas y que inició su carrera universitaria en la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales el mismo año que se decretó el aislamiento obligatorio en el país por la pandemia de coronavirus.
“Fue muy difícil la elección de la carrera. Había descartado muchas, pero siempre estaba entre Computación y dos más que eran distintas. Lo único en común era la matemática. Sabía que quería estudiar algo que tuviera que ver con eso”, cuenta en una entrevista con La Voz.
Pablo nació y se crio en Río Cuarto. Vive con sus papás y reconoce que durante el primer año de cursada las dudas sobre la carrera elegida seguían. Sin embargo, se preparó para cada examen que tuvo que dar y las calificaciones siempre fueron las mismas: ¡un 10!
A medida que avanzaba en sus estudios, las dudas iniciales desaparecieron y abrazó con fuerza su carrera de grado. Para el estudiante, no existen fórmulas ni recetas para destacarse. Pero en su caso, reconoce que una rutina de mucho estudio le bastó para sobresalir sobre la media.
“Desde mi experiencia, considero que lo más importante fue aprovechar todas las instancias y tener el mejor cursado posible. Aprovechar los teóricos, los prácticos. Aprovechar a los profesores y despejar dudas en las clases de consulta”, describe. Y prosigue: “Todo eso, sumado a la constancia, la perseverancia y la responsabilidad con las metas que uno se propone es todo lo necesario para que cada persona dé lo mejor de sí en cada una de sus materias”.
Pablo explica que en la escuela primaria siempre tuvo “notas decentes”, pero que el clic lo hizo los dos últimos años del secundario, donde también logró destacarse. “Llegué a ser segundo escolta en el San Buenaventura”.
Desde esa época, el joven reconoce que se despertó en él una responsabilidad. Y si bien pensaba que en la universidad iba a ser distinto, que no se podían obtener grandes calificaciones, su propio desempeño lo sorprendió.
“Estoy contento y orgulloso de lo que conseguí. Festejo el conocimiento adquirido en todos estos años y haber conocido a muchos compañeros y profesores”, dice el flamante abanderado mayor.
Quiénes componen la bandera mayor de la UNRC
Por una resolución de la UNRC, que rige desde 2015, a la hora de elegir la bandera mayor debe “haber representatividad de las cinco facultades”. Por esta razón, los escoltas de la bandera mayor, y quienes acompañarán a Rossi en el ciclo 2024-2025, son Paula Garais (9,65), de la licenciatura en Trabajo Social, de la Facultad de Ciencias Humanas; y Santiago Gutiérrez (9,31), de la carrera de Ingeniería Agronómica, de la Facultad de Agronomía y Veterinaria.
En el caso de Garais, su pasión por la labor en el territorio se canaliza a través de “la educación popular en El Galponcito”, un centro comunitario cercano al Mercado de Abasto.
Gutiérrez también va saboreando el futuro. Y lo hace asesorando a su familia. “El tiempo dirá”, dice respecto de su ejercicio profesional, y desea que no difiera mucho del de sus pasos actuales.
Promo 2019 del “Sanbue”, generación dorada
Una particularidad que llamó la atención en el acto protocolar del cambio de abanderados fue que Ana Díaz, la abanderada mayor saliente; Pablo Rossi, el abanderado mayor entrante, y Zoe Cogno, la abanderada entrante de la Facultad de Ingeniería fueron compañeros de colegio en el Instituto San Buenaventura de Río Cuarto.
Los tres estudiantes fueron a “la división A” y se graduaron en 2019. En el ámbito universitario lograron destacarse en distintas ramas de estudio.
Ana llegó a la bandera mayor por el profesorado en Filosofía, de la Facultad de Ciencias Humanas, con un promedio de 9,88. La carrera tiene una duración de cuatro años. En tanto Zoe logra un desempeño en Ingeniería Mecánica, de la Facultad de Ingeniería, con un promedio de 9,15 y porta la insignia por el ciclo lectivo 2024-2025.
“Con Anita fuimos juntas desde el jardín de 5 años. Pablo ingresó en primer grado. Hasta el día de hoy nos seguimos viendo o salimos de vez en cuando”, detalla la flamante abanderada de Ingeniería a este diario.
Para Cogno, portar la bandera de Ingeniería la llena de orgullo. “Siento que todo el esfuerzo, el sacrificio que hice, las cosas que dejé de lado priorizando el estudio, las noches que pasé sin dormir o las juntadas de las que me volvía antes o salidas a las que no iba hoy valen la pena”, relata. Y continúa: “Siento que ahora todo tiene recompensa. Me hace acordar a los primeros días. Como mi carrera no está relacionada con la orientación de mi secundario, me fue un poco difícil. Me comparaba con compañeros que venían de colegios técnicos que entendían todo de una y yo no sabía de lo que me hablaban. Y hoy me veo acá, habiendo logrado esto, y me llena de orgullo”.
Consultada sobre sus compañeros del “Sanbue”, sostiene que se conmovió cuando el año pasado se enteró de la noticia de Ana. “Nos conocemos de tan chicas... y verla abanderada mayor fue un orgullo. Y ni hablar de este año, cuando nos pasaron la lista y lo vi a Pablo con promedio 10, un hecho histórico en la UNRC. No me sorprendió porque Pablo siempre fue muy capaz y aplicado, siempre destacó”, cuenta. Y suma: “Los admiro a ambos y es un honor que hayan sido mis compañeros en el secundario. Este acto fue muy especial por haberlo vivido los tres juntos”.
Qué piensa Pablo sobre su futuro
Con un año por delante de cursado en su carrera de grado, Pablo aún no define sus pasos en el futuro cercano. No sabe si una vez recibido se orientará por el ámbito académico y continuará con un doctorado, o si su formación se volcará hacia la industria.
“No estoy cerrado a hacer una capacitación en otra provincia del país o incluso en el exterior”, revela el estudiante de Computación. Lo que sí sabe es que quiere, con el correr de los años, una vida en Río Cuarto.
“Quiero trabajar o investigar desde Río Cuarto. Puedo trabajar para empresas de otro país, pero desde el Imperio”, explica a los 22 años.
Como reflexión final, apunta a que otros jóvenes de Río Cuarto no tengan miedo a la hora de elegir una carrera universitaria. “Aprovechen todas las oportunidades que se les presenten”, concluye.
Antecedentes de “estudiantes y graduados 10″ en Córdoba
El logro de Pablo Rossi trasciende a la Universidad Nacional de Río Cuarto. Es una noticia que rebota por sí misma en todo el país por haber alcanzado 10 en todos sus exámenes finales. De hecho, hay pocos antecedente. En 2018, Luis Ferroni se graduó de la licenciatura en Matemática con la calificación más alta y fue distinguido en la UNC. Hoy finaliza un doctorado en Italia.
Otros antecedentes son en Derecho de la UNC. Franco Mussano (2015) y Eugenio Adán Voltarel (2018) terminaron con puntaje perfecto sus carreras de grado.
En 2021, otra egresada de la UNC estuvo cerca del diez. María Piotto terminó su carrera de licenciatura en Biología con un promedio de 9,93.