En una escuela primaria de Córdoba, los directivos acusaron a un niño de “problemático” aunque él fuese la víctima de insultos y agravios diarios por parte de sus compañeros. “Todo el tiempo era mi nene, no era el resto del colegio, no era el resto del curso, según la escuela”, cuenta el padre del chico, quien había propuesto dialogar con todos los estudiantes involucrados.
La iniciativa no prosperó: “El colegio nunca aportó más que llamados de atención para que yo actuase y le encontrase una solución”. Este es el testimonio de un papá sobre cómo él y su hijo enfrentaron lo que describió como un caso de bullying, el cual derivó en la decisión familiar de cambiar de institución.
Como ese caso, seis de cada 10 niños de sexto grado recibieron agresiones en la escuela o redes en 2023, últimos datos disponibles, según Argentinos por la Educación. Entre adolescentes de entre 11 y 18 años, ocho de cada 10 sufrieron bullying en 2024, según Encontrarse en la Diversidad. Ese año, Bullying Sin Fronteras registró 140 mil casos en el país y lo ubicó en el décimo puesto con índices más altos del mundo. El 16% ocurrió en la región centro y el 5% en Córdoba.
Colegio La Olga: su método
Ante este panorama, “La Olga”, escuela de Colonia Caroya (Córdoba) llamada Olga Cossettini, elegida por 95 familias para educar a sus hijos, asegura no haber registrado casos de acoso escolar en su trayectoria de ocho años de vida. La directora, Anabel Uanino, explica cómo su paradigma pedagógico favorece el abordaje y la prevención del bullying.
Qué es el bullying
Anti Bullying Argentina (Aba) define al bullying o acoso escolar como un maltrato sostenido entre estudiantes, donde agresores, víctimas y espectadores reproducen dinámicas disfuncionales. La doctora especialista en medicina familiar Flavia Gallina y la residente Lis Tosini (Hospital Príncipe de Asturias) subrayan que las intervenciones más efectivas son las que involucran a toda la comunidad educativa.
El bullying provoca deterioro de la autoestima, depresión, aislamiento, miedo de asistir a la escuela y, en casos extremos, autolesiones. Para la psicóloga Valentina Aquino (Cuerpos Libres), adultos referentes todavía reproducen estereotipos o minimizan el padecer, reforzando estándares dañinos para las infancias.
La propuesta de “La Olga”
“La Olga” nació ocho años atrás en las afueras de Colonia Caroya, impulsada por familias que buscaban un modelo “distinto” dentro del sistema oficial, narró Uanino. La Fundación Educativa “La Huella”, propietaria de la escuela, diseñó una propuesta basada en tres pilares: arte, vínculos y naturaleza. Su edificio ecológico ofrece aulas flexibles y un proyecto institucional centrado en la prevención de conflictos, la convivencia y el respeto por la diversidad.
Anabel Uanino, quien también lidera la fundación, detalló que la escuela es el resultado de adaptar posicionamientos de pedagogías ya existentes a “este espacio y tiempo histórico que habitamos”, inspirada especialmente en la de Olga y Leticia Cossettini, llamada “Escuela Viva”. También retoma experiencias de La Escuelita V.E.A. (Ciudad de Buenos Aires), Kumelen Escuela (Córdoba) y espacios de educación no formal en los que participó.
Las relaciones interpersonales son una dimensión prioritaria para “La Olga”: la articulación entre contenidos formales y la experiencia cotidiana, la lectura sensible de los conflictos, la tolerancia cero a conductas dañinas, el respeto por los tiempos individuales y el diálogo permanente sostienen un clima escolar sin maltrato. ¿Cuáles son las estrategias que implementa para redefinir la convivencia y prevenir el bullying?
Prevenir el bullying
“Es un todo”, coinciden las educadoras de “La Olga” cuando describen el abordaje de prevención, lo que se traduce en acciones que protegen la vida y el entorno, cuidan los bienes comunes y preparan a los alumnos para relacionarse desde el buen trato.
Rondas con familias: diálogo y corresponsabilidad
Una de las prácticas centrales en “La Olga” es el diálogo abierto, que permite detectar los desafíos a tiempo y evitar que escalen. La escuela lo sostiene a través de rondas: encuentros en círculo que se realizan con regularidad y “cada vez que haga falta”. Hay rondas planificadas para el inicio, mitad y fin de año; 15 minutos antes de cada jornada y para casos o eventos emergentes: “la ronda nos convoca para saludar, para celebrar y para cuando es necesario hablar algo”, explicó Anabel.
Según el motivo, participan docentes, familias, alumnos o la comunidad educativa entera. Cuando la situación lo requiere (inquietudes sobre convivencia, Educación Sexual Integral, medioambiente), se convocan a especialistas, como psicopedagogos, psicólogos y agrupaciones ambientales para ampliar la mirada. Romina Rodríguez, docente de segundo ciclo, manifestó que la participación en esta propuesta es alta.
Noelia, mamá de dos niñas, describe a las rondas como espacios de “progreso y buenas noticias”. La ronda “es más que una estrategia, es un símbolo, la escuela nace de una ronda”, puntualizó Uanino.
Acciones reparadoras: cuidar los vínculos
Los Acuerdos Escolares de Convivencia de “La Olga” priorizan la restitución de la relación por sobre la sanción. Por eso la escuela incorporó las “acciones reparadoras” ante las faltas o incumplimientos.
Pueden ser palabras de disculpa, un gesto simbólico o un nuevo acuerdo, con el objetivo de comprender lo ocurrido y valorar el vínculo afectado con un par, con el grupo o con la institución. Las docentes actúan de mediadoras o incluyen a las familias cuando es necesario.
Grupos reducidos: observación directa
Tanto padres como educadoras valoran que los grupos reducidos (un promedio de 11 estudiantes por grado) favorecen la observación directa y la intervención a tiempo. La organización de los tiempos acompaña esta medida: cada docente dispone de jornadas completas con su grupo, lo que les permite “tomarse media hora” para hacer una ronda y debatir un conflicto si es necesario, explicó Romina.
En esas oportunidades los alumnos hablan de lo ocurrido, se expresan libremente y proponen alternativas a los acuerdos ya existentes para no repetir algo que no haya estado bueno. Por ejemplo: recientemente sexto grado empezó a implementar un nuevo sistema de tarjetas amarillas y rojas durante los partidos de fútbol para disminuir el juego brusco.
El tamaño grupal también habilita el diseño del cruce de clases y ciclos: los grados se mezclan sin importar la edad, para realizar actividades conjuntas y compartir proyectos durante todo el año, desarrollando habilidades blandas como la flexibilidad y el trabajo colaborativo.
Los desafíos de este modelo
El bullying es una problemática compleja que requiere una mirada sistémica y atención individualizada en el contexto de cada sujeto y grupo.
La experiencia de “La Olga” propone herramientas que le permiten fortalecer la inteligencia emocional de los niños y formarlos en los límites sanos, el análisis y comprensión de situaciones, la autocrítica, el diálogo permanente, la flexibilidad y tolerancia y la creación de dinámicas funcionales de grupo como parte de la rutina diaria.
Varios lineamientos del Ministerio de Educación de Córdoba, como la inclusión de habilidades socioemocionales y pedagogías activas dentro del programa TransFORMAR@Cba, coinciden con el proyecto educativo de “La Olga”.
Uno de los principales desafíos es el tamaño de los grados y cursos y el tiempo de los docentes frente al aula, que dificultan abordar temas más allá de lo académico.
Qué hacer en caso de bullying
Si vos o alguien está atravesando acoso escolar, llamá a la línea 102 o chateá con TINA, el chatbot de WhatsApp (+54 9 11 3910-1010).
Es un servicio gratuito y confidencial disponible las 24 horas, destinado a niños, niñas y adolescentes en vulneración de derechos en un sentido amplio.
Si buscás profundizar sobre el bullying y qué más hacer, leé esta guía de Unicef.
* Por Daniela Rizzi, Federica Achával, Juan Manuel Guardatti, Josefina Zazú Moyano, estudiantes del Colegio Universitario Politécnico (CUP), para una práctica profesional de Periodismo.
