El 31% de las intoxicaciones por monóxido de carbono en el país se producen cuando las personas intentan calefaccionarse con estufas a gas no controladas.
En segundo lugar se ubican las exposiciones a este gas tóxico durante un incendio, con el 16% de los casos.
Según datos del Boletín Epidemiológico Nacional, la tercera causa de intoxicación más frecuente es cuando las personas intentan calefaccionar los ambientes abriendo las hornallas de un horno o un anafe, con el 15%.
El resto se atribuye a otras fuentes de exposición.
Los datos se desprenden del análisis de los casos registrados desde 2019 a 2024 en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud. Durante ese período se reportaron 9.630 eventos, de los cuales el 70% fueron confirmados (6.706).
Un total de 38 personas fallecieron por causa del monóxido de carbono en el país en ese período, según los registros oficiales, siendo 2023 el año con más casos fatales. 2025 viene con cifras altas también.
Este año, sólo en el mes de julio y en la provincia de Córdoba, se reportaron cinco muertes por esta causa. El número es de alerta.
“El monóxido de carbono produce la falta de oxigenación. La persona se va durmiendo sin que se dé cuenta, puede tener sueño pero sigue estando consciente. A veces te podés dar cuenta porque te empieza a doler la cabeza, a tener náuseas o vómitos, pero estás consciente. También produce desmayos o te podés quedar dormido”, explicó Verónica Goldaracena, jefa del Centro de Toxicología del hospital San Roque de la ciudad de Córdoba.
Principales fuentes de exposición
Según el reporte de Nación, la mayoría de las intoxicaciones se produce por la exposición a estufas a gas. Le siguen los incendios, las hornallas encendidas de hornos o de anafes, las calderas, los termotanques o calefones, las parrillas o braseros, los hogares a leña o las salamandras o los motores.
“La fuente de intoxicación con monóxido depende de la zona. En Córdoba capital, se ven muchos casos con calefones, estufas o con las hornallas de los hornos que dejan abiertas para calefaccionar. En la periferia, se ven más por braseros”, explicó Goldaracena.
Los braseros, más precarios, suelen ser una fuente frecuente de intoxicación en los días de mayor frío, en los sectores socioeconómicos más vulnerables.
La especialista recomendó controlar todos los años los calefones y calefactores con un gasista matriculado para evitar que estos artefactos generen mala combustión.
Es importante chequear el listado de profesionales habilitados en el sitio web de la Distribuidora de Gas del Centro (Ecogas). El control debe hacerse antes de que empiece el invierno.

Durante esta semana, sólo el servicio del San Roque recibió tres intoxicados por monóxido de carbono, con exposiciones a gases tóxicos emitidos por calefones. “Al estar en lugares pequeños, a veces se bañan varias personas, una detrás de la otra, y ahí se producen las intoxicaciones”, agregó.
Cuántos son los casos
El informe publicado en Boletín Oficial detectó que las intoxicaciones se producen a lo largo de todo el año, con un aumento estacional sostenido entre abril y septiembre.
El mayor número de casos confirmados se registró en julio de 2024.
En Córdoba, la mayor cantidad de casos se detectaron en 2024, con 91 reportes. En el resto de los años, la distribución fue la siguiente: 80 en 2019, 23 en 2020, 29 en 2021, 47 en 2022 y 49 en 2023.
En lo que va del año, las regiones Centro, Sur y Cuyo se encontraron en zonas de “alerta”, ya que reportaron más casos que en los cinco años anteriores.
Qué es la intoxicación por monóxido
La intoxicación por monóxido de carbono (CO) constituye un evento de importancia sanitaria debido a su alta prevalencia y potencial letalidad.
El CO es un gas inodoro, incoloro, insípido y no irritante que se produce por la combustión incompleta de materiales que contienen carbono, como gas natural, kerosén, carbón, madera o combustibles líquidos.
Su carácter no perceptible por los sentidos lo convierte en un riesgo silencioso, particularmente en contextos domésticos y laborales mal ventilados.
En Argentina, la mayoría de estos eventos se originan en exposiciones no intencionales intradomiciliarias vinculadas al uso inadecuado de artefactos para calefacción o cocción, en ambientes cerrados y sin ventilación adecuada.
Los pacientes que llegan con cuadros de intoxicación permanecen en observación.

“Los casos leves, reciben oxígeno por lo menos durante ocho horas –detalló Goldaracena–. Si son casos graves o han perdido el conocimiento, quedan internados”.
En el centro de salud se mide la cantidad de monóxido de carbono en sangre.
Una semana después del alta, son convocados para un control. Si se detectan alteraciones a nivel cerebral, se piden más estudios. “Vemos si necesita algún estudio neurológico o en la vista. Podemos pedir resonancias porque la falta de oxigenación en distintos tejidos puede provocar alteraciones”.

Cómo prevenir
Para evitar intoxicaciones, se recomienda:
- Ventilar el lugar inmediatamente
- Retirar al intoxicado y trasladarlo a un espacio abierto donde pueda respirar aire fresco
- Si hay disponibilidad, colocar oxígeno por máscara o por cánula lo más pronto posible
- No dar alimentos o bebidas por el riesgo de broncoaspiración
- Identificar la fuente de exposición. Si se tratara de instalaciones de gas defectuosas, se dará intervención al Ente Regulador y a la distribuidora local.
- Determinar si otras personas han estado expuestas.
- “Siempre recomendamos que antes del invierno se controles los calefones, calderas y calefactores con gasistas matriculados para evitar que se genere una mala combustión”, finalizó Goldaracena.