El chucrut, también conocido como repollo fermentado, es un alimento tradicional europeo que vuelve a estar en boca de todos gracias a sus beneficios digestivos.
Fermentado en salmuera, este vegetal ácido y crujiente contiene bacterias buenas que favorecen el equilibrio intestinal.
Aunque su origen se asocia a Alemania, el proceso de fermentación es una práctica ancestral presente en muchas culturas, como Corea con el kimchi o Japón con el miso.
Estudio clave: lo que descubrió la Universidad de California
Un nuevo estudio publicado en la revista Applied and Environmental Microbiology revela que el chucrut podría proteger las células del intestino del daño causado por la inflamación.
Los investigadores Maria Marco y Lei Wei analizaron las diferencias entre repollo crudo, chucrut y la salmuera fermentada, y encontraron que sólo el chucrut contribuía a mantener la integridad de la barrera intestinal.
“Algunos de los metabolitos que encontramos en el chucrut son los mismos que produce el microbioma intestinal”, explicó Marco. Esto sugiere que su consumo puede tener un impacto directo en la salud digestiva a largo plazo.
No es lo mismo crudo que fermentado
El estudio también mostró que el chucrut -ya sea casero o comprado en supermercados- contiene una mayor diversidad de metabolitos beneficiosos que el repollo crudo. Entre ellos, ácido láctico, aminoácidos y compuestos vegetales que ayudan a reducir la inflamación y fortalecer el sistema digestivo.
Aunque la investigación aún debe validarse en ensayos con humanos, los científicos sugieren que una pequeña porción diaria podría ser suficiente para notar mejoras digestivas. Incorporarlo a las comidas como guarnición o parte de ensaladas puede ser un primer paso hacia una dieta más amigable con la microbiota.
Otros fermentados que también suman salud
Además del chucrut, hay una lista creciente de alimentos fermentados que ayudan a mantener el equilibrio intestinal:
- Kimchi (Corea): col fermentada con especias, rica en fibra y vitamina C.
- Kéfir: bebida láctea fermentada con alto contenido de probióticos.
- Yogur natural: contiene bacterias beneficiosas como Lactobacillus.
- Tempeh: soja fermentada, alta en proteínas y fibra.
- Pickles fermentados: si no llevan vinagre, son una buena fuente de probióticos.
- Miso, natto y kombucha: todos ricos en bacterias vivas y compuestos antiinflamatorios.
Con más respaldo científico, los fermentados como el chucrut están dejando de ser sólo una curiosidad gastronómica para convertirse en aliados clave de una buena salud digestiva.