El Durazno, un paraje entre ríos y cerros en el Valle de Calamuchita, analiza convertir sus escasas calles en peatonales. La idea, que se analiza desde hace años, volvió a tomar impulso ahora, aunque las autoridades municipales ya adelantaron que no se implementará durante el verano 2025. Sería el segundo pueblo o paraje cordobés sólo peatonal, con alta restricción de vehículos.
Si bien su territorio pertenece al municipio de Villa Yacanto (distante a nueve kilómetros), El Durazno asume identidad propia. Con un entorno natural de gran belleza, registró un gran crecimiento urbano en los últimos 15 años, con numerosos sitios de alojamiento turístico y casas de fin de semana que se fueron multiplicando en su escarpada geografía.
El objetivo de convertir el paraje en peatonal es cuidar la sustentabilidad, además de aliviar el deterioro en las apretadas calles de tierra que, en ciertos días, se ven repletas de vehículos. Quienes lo promueven marcan que de paso les daría un sello diferencial desde lo turístico, como lo tiene La Cumbrecita.
Días atrás, el municipio de Villa Yacanto convocó a vecinos y comerciantes de ese sector a una reunión para abordar temas de la “temporada 2025″: la “ecotasa” que cobran por estacionamiento, las nuevas habilitaciones y el proyecto de peatonalización. En ese marco, las autoridades valoraron la idea, pero frenaron las expectativas de algunos vecinos y comerciantes de que se ejecute en el corto plazo.
Antes de ese encuentro, en diálogo con este diario, el intendente Fernando Moiso aseguró que el proyecto está firme, pero para ejecutar más adelante. Moiso cumplirá en diciembre su primer año de gobierno, tras varias gestiones sucesivas de Oscar Musumeci en el municipio de Villa Yacanto.
Por ahora, el municipio comenzó a escuchar opiniones de vecinos y emprendedores de El Durazno. “Entramos en diálogo, con la idea de llegar a que un día sea peatonal”, apuntó Moiso.
“Es un proceso, tenemos que terminar de hacer reuniones con todos. Que sea un paraje peatonal es una decisión política, pero lleva su tiempo. Requiere una campaña de concientización primero, que estén todos los actores involucrados de acuerdo y que los que están en desacuerdo lo vayan aceptando. Es un trabajo que no se hace de un día para el otro”, comentó Stella Ráccaro, secretaria de Turismo municipal.
“Este año no va a ser, es un proyecto que llevará un año o dos”, apuntó.
Explosión durante los veranos
Cada verano, con la afluencia de turistas se complica la transitabilidad y el estacionamiento en el paraje con sus callecitas de pendientes pronunciadas, que requieren un mantenimiento dificultoso y costoso.
Se estima que ingresan entre 800 a 1.000 autos de turistas por día en el verano, o en “findes” largos, sumados a los vehículos de la gente que vive o que tiene emprendimientos en el lugar. La peatonal evitaría inconvenientes y mitigaría el ruido y el impacto ambiental.
Para tratar de organizar ese fluyo en temporada turística se creó hace unos años una “ecotasa”: ni más ni menos que un tributo a cambio de estacionamiento cuidado, cuya tarifa fue de 3 mil pesos por día en la temporada pasada y que rondaría los 5 mil en el verano próximo.
Desde el municipio recordaron que esa tasa también permite mantener servicios como baños públicos, una salita de primeros auxilios con unidad de traslado, la recolección de residuos y algunos agentes de tránsito y guardavidas.
Opiniones
“Queremos ser el pueblo peatonal más alejado de las rutas”, señaló Vilma Salinas, vecina y ambientalista que destacó que el sitio tiene una amplia oferta dedicada al turismo y que la peatonalización permitiría “una mejora de la movilidad del turista, organizar el desplazamiento, fomentar más seguridad, menos contaminación y reducir los ruidos molestos”.
Sus expectativas eran que el proyecto se concretara de inmediato, pero deberá esperar.
No todos están de acuerdo. No siempre coinciden los criterios de quien tiene una casa y de quien trabaja un emprendimiento a la espera de turistas en el lugar, por ejemplo.
El famoso antecedente
La Cumbrecita, también en Calamuchita, fue pionera en Argentina en declarar su área urbana central como peatonal, libre de automóviles, salvo excepciones (los residentes o las personas alojadas en hoteles o cabañas).
Lo rubricó en 1996 y lo sostiene a rajatabla. Ya es un sello que lo distingue en Argentina. Sigue siendo el único “pueblo peatonal del país”. Años atrás, asesoraron a Purmamarca, el pintoresco poblado de Jujuy, que pretende seguir el ejemplo.
En La Cumbrecita, los turistas deben estacionar el vehículo en el ingreso y recorrerlo de a pie. Con el tiempo, fueron añadiendo más playas de estacionamiento. En la actualidad hay cuatro, con 700 espacios. El valor del estacionamiento en los fines de semana es de $ 8.000 toda la jornada y $ 5.000 durante la tarde. En el verano 2025 esa tarifa se incrementará.
No se trata sólo de marketing ambiental: desde que el asfalto llegó a La Cumbrecita, la cantidad de vehículos que llegan de gente a “pasar el día” colapsarían sus sinuosas y apretadas calles.