El Zoológico de Córdoba está cerrado desde el último trimestre de 2020, cuando la Municipalidad decidió dar por terminada la concesión y creó para su gestión el ente BioCórdoba. Y este año comenzarán las obras que lo transformarán en el promocionado “Parque de la Biodiversidad”.
La primera etapa que dará visibilidad a ese cambio se empezará a ver desde este lunes, cuando comiencen los trabajos en la cuadra de Rondeau que conecta las avenidas Poeta Lugones y Amadeo Sabattini. Se eliminarán casi todos los espacios de estacionamiento y se convertirá en un “corredor ambiental”, que contará con vegetación autóctona, bicisendas y espacios para sentarse.
No obstante, el exzoo seguirá cerrado por varios meses más. Se calcula que podría abrir sus puertas recién a finales de este año.
“En 2021 comenzaron a hacerse pequeñas obras y se planificaron las grandes intervenciones en el parque. Ahora comienza la etapa de ejecución”, resume Enzo Cravero, presidente del ente BioCórdoba.
Y agrega: “Hay dos tipos de obras: fuera del entorno para vincularlo con el parque Sarmiento, tal como lo planificaron (Carlos) Thays, (Juan) Puig y (José) Scherer. Y adentro, intervenciones pequeñas para mejorar los espacios para los animales. Intervenciones medianas, para generar infraestructura para un centro de rescate de primer nivel. E intervenciones grandes para ambientes con estándares internacionales”.
La primera de esas intervenciones es la de calle Rondeau, que seguirá habilitada para el tránsito vehicular, aunque sólo en sentido hacia Sabattini.
“Será un corredor ambiental: tendrá plantas nativas, arbustivas, mobiliario urbano, bicisenda, equipamiento de residuos diferenciados. Equipamiento que va a ir informando, con un corredor con tótems, la historia de lo que sucede en el parque”, detalla la arquitecta Dalma Mongano.
Se eliminará el estacionamiento vehicular, salvo una dársena existente en la vereda del edificio de la Dirección Nacional de Vialidad. El solado de la calzada será de adoquines, para que el tránsito sea más lento.
En esa misma cuadra, se integrará el ingreso institucional al ente BioCórdoba. Los trabajos comienzan este mismo lunes y cuentan con un presupuesto de 65,8 millones de pesos.
Mongano explicó que ese tipo de plazas se seguirá replicando en otros espacios circundantes al exzoológico. Por ejemplo, en el tramo que va por Sabattini. Pero allí no se recortará el espacio de la calzada de esa arteria, sino que la vereda se ensanchará hacia el lado del exzoo.
Puertas adentro
La Voz recorrió el parque, que está cerrado al público desde hace más de un año. Sin embargo, hay mucha circulación de gente: desde los niños que siguen asistiendo a la institución educativa que allí funciona, pasando por albañiles, cuidadores y veterinarios.
Y los animales siguen en el lugar. Son más de 1.100, a los que se los ve en buen estado.
Por ahora, se ven algunas obras de mantenimiento e intervenciones menores. Pero ya están licitados trabajos más importantes, como una batería de baños y un consultorio central que permitirá mejorar el funcionamiento como centro de rescate del parque.
Tendrá 54 metros cuadrados. La mayor parte de esa superficie estará dedicada a un quirófano y a una sala de recuperación.
Es que al exzoo llegan animales que son rescatados por las autoridades, víctimas del tráfico ilegal. También arriba fauna afectada por los incendios o que es encontrada herida en la ruta. En el consultorio se invertirán 8,3 millones de pesos.
También se está trabajando en mejorar los solados para permitir la circulación de personas con movilidad reducida. Por ejemplo, se construye una rampa en el acceso sobre Amado J. Roldán, en frente del Superpark.
Bajo ese concepto, se refuncionalizaron los sanitarios y se construirán nuevas baterías de baños.
Pero la inversión más importante de esta etapa será en el sector que hoy ocupan los camélidos, que se convertirá en un santuario de osos, con una inversión de 71,6 millones de pesos.
Consiste en la construcción de un recinto para los animales, cuyas características se adecuan a los estándares requeridos por la Asociación de Zoológicos y Acuarios de Estados Unidos (AZA) y que contendrá tres recintos cerrados, una laguna artificial y una cisterna.
“El proyecto fue llevado a cabo de manera interdisciplinaria entre arquitectos, veterinarios, biólogos, personal de enriquecimiento e ingenieros hidráulicos para asegurar la adecuación del mismo y brindar los mayores estándares de confort tanto para los ejemplares, como para sus cuidadores y personal interviniente”, dice la memoria descriptiva del proyecto.
El municipio invertirá más de mil millones de pesos en el transcurso de este año. Hay obras en proyecto como el nuevo recinto para la pareja de hipopótamos, o un nuevo espacio para los monos. También se trabaja en una intervención muy importante en el sector que ocupaba la granja, y en el sector de barrancas que colinda con el Superpark.
Lo que se hizo
“Nos encontramos con un espacio muy venido abajo, sin inversiones. Tenía la lógica del lucro, un sector de la gente pagaba entrada y eso hacía que cerrara un negocio”, afirmó Cravero.
Y agregó: “El eje no era el bienestar animal. Acá quedan las últimas barrancas históricas de Córdoba, que fueron dejadas sin mantenimiento, se iban cerrando los espacios”.
En efecto, el exzoo cuenta con obras arquitectónicas de Juan Kronfuss, y está el “Árbol de la vida”, la inmensa escultura de Puig que asemeja a un árbol natural, que se encuentra en lo que era el recinto para aves.
“Nos concentramos en el bienestar animal. Armamos un cuerpo de veterinarios, de cuidadores, historia clínica y de vida de cada individuo, con su correspondiente cuerpo nutricional”, indicó el titular de BioCórdoba.
Y remarcó: “Firmamos convenios con las universidades que tienen algún tipo de vinculación con el desarrollo del parque: Veterinaria, Biología, Ingeniería, Arquitectura, cuyos profesionales hacen prácticas acá. El índice de mortalidad bajó al 50 por ciento. Y seguramente seguirá bajando”.
Sobre el estado del predio, la arquitecta Mongano aseguró que había “cero mantenimiento”, sólo trabajos de pintura. “No había base de datos, no había planos de servicios, todo fue de cero, con relevamientos. Tuvimos que recurrir a cuidadores viejos para encontrar agua de paso. No hubo planificación”, señaló.
