El running social combina movimiento, bienestar y comunidad. No se trata solo de sumar kilómetros, sino de compartirlos: conversar mientras se trota, hacer amigos entre zancadas y encontrar motivación en grupo.
En distintos puntos de la ciudad, el fenómeno adopta formas diversas: desde grupos de mujeres que se juntan a trotar de manera recreativa, hasta comunidades consolidadas que entrenan para desafíos en las sierras.
En todos los casos el objetivo es el mismo: apagar el celular y encender la conexión real.
Run and Chill: una comunidad que corre unida
Cada domingo, decenas de mujeres se reúnen en el Parque Sarmiento para correr, compartir y construir lazos genuinos. “No buscamos rendimiento, buscamos conexión”, dice Celeste Fuchs, fundadora del grupo Run and Chill.
Domingo por la mañana. El sol apenas empieza a calentar el aire de Córdoba cuando un grupo numeroso de mujeres se reúne en el mayor parque céntrico. No son atletas profesionales, ni corren detrás de una meta competitiva. Corren porque les gusta, porque las conecta, porque las une.
Lo que empezó como una idea suelta de fomentar la actividad física terminó por transformarse en una comunidad femenina que crece semana a semana.
El punto de encuentro siempre es el mismo: el parque, el mate y la charla después del trote. Entre risas, nuevas amistades y la energía del movimiento, las participantes encuentran mucho más que ejercicio físico: hallan contención, motivación y pertenencia.
La iniciativa fue creada por Fuchs, estudiante de nutrición, entrenadora personal y creadora de contenido. En diálogo con La Voz, cuenta cómo nació el proyecto: “Todo empezó por el deseo de, primero, fomentar la actividad física, y segundo, crear una comunidad de mujeres que se unan entre ellas, que se apoyen, que se motiven, y que básicamente la pasen bien”.
Y agrega: “Creo que hace falta tener una mujer que esté ahí motivándonos, apoyándonos. También para hacer sociales; acá en Córdoba hay mucha gente del interior que por ahí está muy sola, que no tiene amigas, y la verdad que tener a alguien con quien salir, con quien hacer actividad física, te cambia a nivel físico y a nivel mental.”
El primer encuentro se organizó el 14 de septiembre, luego de que un video suyo en TikTok se viralizara. Desde entonces, el grupo no paró de crecer. “Ahora nos estamos juntando todos los domingos, en el Parque Sarmiento, a la mañana, a hacer un trotecito, a correr de forma recreativa”, dice Celeste.
El espíritu de Run and Chill se resume en dos palabras: actividad y tranquilidad. Fuchs lo explica con naturalidad: “En este caso nos juntamos a trotar, a hacer actividad física de forma recreativa. Esto quiere decir que no es necesario que vos ya seas corredora o que ya seas profesional. Si querés podés venir, trotar, hacer intervalos, caminar, no pasa nada”.
Después de cada encuentro, el grupo se queda compartiendo mates o cafés, y se genera ese ambiente de unión que lo distingue.
“Yo como entrenadora no las presiono, no las exijo. La idea es simplemente que vayan y que se muevan como ellas quieran. Si hay alguna que no se sienta con ganas ese día de hacer actividad física a full, lo hace a su ritmo, tranqui. Acá buscamos justamente moverse y conectarse entre ellas”, explica.
Una red de más de mil mujeres
Hoy, la comunidad cuenta con tres grupos de WhatsApp que superan las 1.300 mujeres en total.
A la hora de organizarse, la coordinadora cuenta: “Tenemos grupos donde la administradora soy yo. Puede entrar cualquiera mientras sea mujer, esa es la única condición”.
“Generalmente me contactan por TikTok o por Instagram pidiéndome el link, y las uno. Los grupos se mantienen cerrados hasta cerca de la fecha porque son muchos. Viernes o sábado mando el punto de encuentro y el horario, y ahí sí habilito los mensajes para que se organicen. Hay gente que viene de todos lados: de Carlos Paz, de Despeñadero, de Río Tercero, de Alta Gracia…”, repasa Celeste.
Y destaca la conexión genuina entre las participantes. “Hay un interés sincero de mi parte por su bienestar, y esa misma conexión se replica entre ellas. Es común ver cómo chicas que llegan solas, tímidas y con miedo, terminan generando amistades y vínculos hermosos. Eso es lo que más le emociona”.
El nombre del grupo sintetiza su filosofía: “Unir las dos cosas que buscamos: actividad física y tranquilidad. Running por hacer la actividad, y Chill por estar tranquilas, relajadas, porque es algo sin presión”.
Si bien por ahora no organizan charlas formales, durante los encuentros surgen temas que atraviesan a todas: entrenamiento, alimentación, psicología, motivación. Fuchs adelanta que planea sumar charlas profesionales, yoga y actividades complementarias.
Además, es embajadora de carreras solidarias: “Tenemos dos encuentros con fines solidarios, el 9 y el 16 de noviembre: el Maratón del Allende y la Carrera de Vasos. Buscan ayudar a niños, así que están todos invitados”, agrega.
Las historias detrás del grupo
El domingo 19 de octubre, pese a coincidir con el Día de la Madre, muchas mujeres eligieron pasar la mañana corriendo junto al grupo.
Entre ellas, Caro, una joven de Paraná que estudia en Córdoba, invitó a su familia para compartir la experiencia. “Vinimos a visitar a Caro que está estudiando acá. Nosotros vivimos en Paraná. Entonces vinimos con Mami, mi hija más chica que se viene el año que viene. Ella nos hizo esta propuesta de venir y correr y nos pareció una idea genial. Pasamos el Día de la Madre diferente, haciendo de esto un momento mágico”, cuenta Gabriela, su mamá.
También está Mika, una atleta con experiencia que encontró algo distinto en esta comunidad: “Era corredora de antes, vi a Cele en un reel y me llamó muchísimo la atención la energía, la conexión. Este es mi segundo encuentro y la verdad que la química que hay entre todas las chicas no se compara”.
La organizadora comenta que ya hay subgrupos para jugar al pádel, organizar encuentros o incluso compartir proyectos laborales. La comunidad, dice, “trasciende el trote”.
Un fenómeno social y saludable
Run and Chill no es un simple grupo de running: es una red de acompañamiento, una comunidad que combina movimiento y contención, totalmente gratuito. En un contexto urbano donde muchas mujeres llegan solas a la ciudad, el espacio se convierte en refugio, impulso y punto de encuentro.
Cada domingo, el Parque Sarmiento se llena de pasos, risas y conversaciones. No hay cronómetros ni metas de tiempo. Solo ganas de moverse, compartir y sentirse parte de algo más grande.
“Runners Cba”: la comunidad que se desafía en las sierras
Los Runners Cba son un grupo con más de 15 años de trayectoria que entrena en “Parque Las Brujas”.
Su fundador, Pablo Mana, licenciado en Educación Física, recuerda los comienzos: “Empezó con gente que yo conocía de otros trabajos, salíamos a correr y un día me dijeron ‘hagamos un grupo’. Una cosa llevó a la otra y terminamos armando un grupo de running”.
Lo que nació como una actividad recreativa entre amigos hoy es una comunidad consolidada, con corredores de distintas edades y niveles.
“La mayoría son principiantes. Llegan a un punto en el que ya no saben cómo seguir entrenando solos, se les acaban las ideas, y buscan un poco de guía. Acá les damos una planificación según su nivel, pero sobre todo un espacio de pertenencia”, detalla Mana.
Las edades van desde los 18 hasta los 60 años. “Siempre hay más conexión entre los que están cerca en edad, pero es muy variado. Hay chicos jóvenes, adultos, gente que viene sola, otros que llegan recomendados. Algunos buscan mejorar su técnica, otros simplemente despejarse del trabajo”, cuenta el organizador.
Pablo lo resume con humor: “Este espacio es como un mercado persa: hay negocios, hay amores, hay amigos, hay entrenamiento. No solo se entrena el cuerpo; atrás del grupo hay toda una comunidad”.
El entrenamiento no se limita a correr. Con el tiempo, los hábitos cambian: mejoran la técnica, ajustan la alimentación y hasta el descanso.
“Cuando se preparan para un fondo, dejan de salir tanto, cuidan lo que comen. Aprenden a conocerse. Correr te enseña a escucharte, a respirar, a tener paciencia”, asegura Mana.
El grupo también organiza asados, meriendas, escapadas y competencias en distintas provincias. “Hace dos semanas –afirma el creador del grupo– éramos unos 30 y nos fuimos a Catamarca a correr en las dunas. Ya recorrimos gran parte de Córdoba, así que ahora empezamos a salir a otras provincias. Nos quedamos en cabañas, hacemos asados. Es toda una experiencia”.
Belén Di Marco llegó al grupo por Instagram. Hace dos años que forma parte y asegura que el entrenamiento cambió su vida: “Hace nueve años que tengo epilepsia. Y desde que empecé a hacer actividad física de manera más sostenida, bajé mi dosis de medicación. Me siento mucho mejor emocionalmente, con menos ansiedad y tristeza. Eso es lo más importante”.
Belén no se pierde una sola salida: “Fui a todos los encuentros, a Mina Clavero, Santa Rosa, Catamarca… Corrí los 42K en Buenos Aires por primera vez, nunca pensé que iba a hacer esa distancia en una maratón.”
El fenómeno del social running se enmarca en una búsqueda más amplia: la de desconectarse del mundo digital. Correr se convierte en una excusa perfecta. “Hay gente que me dice: ‘arranqué para despejarme y terminé conectando más conmigo mismo’”, cuenta Pablo.
Sin pantallas ni algoritmos, quienes corren encuentran un refugio donde el cuerpo se mueve, la mente se calma y los vínculos se fortalecen. Porque, al final, correr juntos también es una forma de encontrarse.
Contactos:
Para contactarse con el grupo de “Run and Chill”, Instagram: @Celefuchs_fit.
El grupo “Runners Cba” también está en Instagram, como @runnerscba.
*Practicante de la UNC
