Mientras se cocina, es común enjuagarse los dedos rápidamente bajo la canilla para quitar restos de masa, carne o huevo. Parece una acción suficiente, pero no limpia las manos.
Así lo advierte la ingeniera de alimentos Mariana Zapién, quien asegura que ese gesto no elimina bacterias ni suciedad y puede favorecer la contaminación cruzada entre ingredientes y utensilios.
“Enjuagarse solamente con agua no tiene poder para remover grasa ni microorganismos. Es un gesto instintivo, pero ineficaz”, explicó la especialista, conocida por su divulgación sobre seguridad alimentaria en redes sociales.
Por qué el agua sola no alcanza
Según Zapién, el agua corriente no puede eliminar la combinación de grasa, proteínas y bacterias que se acumula al manipular alimentos crudos. En particular, jugos de carne, huevo o verduras sin lavar pueden dejar residuos invisibles que se transfieren luego a otros productos o superficies.
Ese traspaso, conocido como contaminación cruzada, es una de las principales causas de intoxicaciones alimentarias en el hogar. Estudios recientes coinciden en que las cocinas domésticas son un foco frecuente de proliferación bacteriana, sobre todo cuando no se siguen prácticas de higiene adecuadas.

El método correcto para lavarse las manos
La recomendación es clara, agua tibia y jabón durante al menos 20 segundos. Este tiempo permite que el jabón actúe sobre la grasa y los residuos orgánicos, facilitando su eliminación.
Zapién cita una investigación publicada en 2021 que evaluó distintas rutinas de lavado mediante mediciones de bioluminiscencia. El estudio confirmó que el uso de jabón combinado con el movimiento mecánico de las manos reduce significativamente la presencia de microorganismos.
“Lavarse bien las manos antes y después de cocinar es una de las medidas más efectivas para prevenir intoxicaciones alimentarias”, concluyó la especialista.


























