Tienen nombre de la leyenda mejicana que se forjó durante la “fiebre del oro”, a mediados del siglo XIX, en la polvorienta California, pero se “cocinan” en un valle turístico de Córdoba. El sello JM, por Joaquín Murrieta, brilla en los rifles PCP (a aire precomprimido) que fabrican Javier Aranda (48) y su hijo Alejo (21), en la apacible Villa del Dique, en Calamuchita.
Los más adultos recordarán la serie televisiva El hombre del rifle, que hizo historia con los cowboys del Lejano Oeste. Ahora, en Córdoba, los dos hombres del rifle son los Aranda.
¿Quién compra un rifle hoy?, consulta este diario. ”Es lo mismo que yo me preguntaba al principio. Pero hay un segmento grande, fuera del que caza desde siempre, que lo utiliza para una especialidad que se llama field target, que son pruebas de puntería y precisión en siluetas metálicas pequeñas, a distintas distancias y en lugares abiertos, en ambientes seguros”, responde Javier, mientras muestra el camino hacia su taller, en el fondo de la casa familiar.
Las disciplinas de tiro constituyen un deporte olímpico, que valoran la concentración y la precisión de quien ejecuta. “Es una modalidad deportiva nacida como simulación de la caza de alimañas”, se lee en algunas reseñas.
Y eso genera un mercado incipiente, en Córdoba y en otras provincias. Dice que el 60% de la producción se destina a esas actividades.
Cambio de rubro y de vida
Luego de dos décadas, decidieron cerrar la metalúrgica familiar que funcionaba en la ciudad de Córdoba y en la que confeccionaban autopartes y agropartes. Javier encaminó su vida laboral hacia un desarrollo más pequeño en Villa del Dique, el pueblo serrano en el que pasó muchas vacaciones desde su infancia.
Comenzó a involucrarse con el mundo de los rifles, luego de que de una conocida empresa le encargó algunas piezas. Con sus conocimientos, logró un prototipo de novedoso diseño y más prestaciones, según asegura. Producen dos modelos: carabina y bullpup.
“El cañón estriado es como el motor de un auto”, cuenta. Es la principal pieza que confecciona este especialista en matrices. Cuando uno asoma un ojo por el pequeño cilindro, se visualizan los surcos que definen para dónde saldrá el tiro. Muchas firmas lo compran. Él los fabrica.
Cada rifle tiene 68 pequeñas piezas que se ensamblan. Los Aranda aseguran que los suyos son los únicos con fabricación 100% cordobesa.
El dúo divide tareas: el padre confecciona las piezas mecanizadas y el hijo se encarga del ensamble.
Este tipo de rifles se diferencian del modelo de “quiebre” del caño. “Con el mismo concepto del aire comprimido, se largó el PCP, que es lo que yo hago: se va inflando en un depósito a 200 bares de presión y después con cada pulso va saliendo un balín”, detalla. El aire comprimido se va agotando y a los 25 o 30 tiros precisa un recargado.
El disparo con un aire comprimido “dibuja” una parábola y las cuestiones climáticas son fundamentales para su precisión. En general tiene un recorrido de unos 40 a 60 metros, pero un potencial de trayectoria de hasta 90 metros, para lo que se requiere una mira para ajustar la precisión.
Es de venta libre, en armerías y en comercios de artículos para caza y pesca.
Del taller al galpón
Por ahora, la producción transcurre en un pequeño taller junto a la casa familiar, pero están construyendo un galpón de grandes dimensiones para concentrar todas las etapas de fabricación.
Venden en Córdoba y en provincias del norte del país, pero sostienen expectativas de incorporar otros destinos como Buenos Aires, y hasta saltar al mercado exportador cuando logren más volumen de producción.
Al emprendimiento se sumó Darío Machado, un amigo de toda la vida, quien se encarga de la administración y la comercialización.
La venta y la distribución también se hacen de modo artesanal: cargan el auto y salen a recorrer caminos de Córdoba y de otras provincias.
El rifle, que se realiza en acero, aluminio y madera en la culata, tiene una estética retro, y emula la época en la que vivió Murrieta, tipo 1850, en plena “guerra del oro” norteamericana, con una moneda incrustada y herrajes antiguos. Aquel bandolero y héroe de leyenda, conocido como el “Robin Hood de El Dorado”, inspiró a personajes como El Zorro y Batman.
