El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ensaya una nueva herramienta de medición para profundizar datos y perspectivas ligadas a la pobreza y a las necesidades básicas insatisfechas en hogares argentinos.
Lo denomina Indice de Privación Material de los Hogares (IPMH) y acaba de lanzar su primera versión “experimental”.
Aporta una nueva perspectiva, más integrada y compleja, sobre las condiciones de vida de los argentinos, zona por zona del país. Pero, de entrada, merece una aclaración: los datos que toma de base son los obtenidos en el censo nacional de 2022.
Tres años después, “pasaron cosas” en Argentina. Todos los indicios, y otros registros estadísticos, permiten inferir que los números del cuadro social hoy (si hubiera censo actualizado) serían aún más preocupantes que los de 2022.
De todos modos, los mapas que pinta de condiciones de vida comparando provincias y, además, las regiones dentro de cada provincia, ayudan a comprender mejor la situación social y habitacional de la población.
El IPMH permite caracterizar a los hogares de acuerdo con sus condiciones materiales de vida, a través de dos dimensiones –una patrimonial y otra de recursos corrientes– con sus respectivos cruces.
El índice identifica a hogares según su situación de privación, distinguiendo cuatro categorías: solo con privación patrimonial (las condiciones materiales del hogar); solo con privación de recursos corrientes (los ingresos económicos de quienes lo habitan); con privación convergente (es decir, de hábitat y de recursos corrientes a la vez), y, finalmente, los hogares sin privaciones elementales, según el criterio adoptado.
En las condiciones materiales de los hogares se cruzan datos, sobre todo, del tipo de materiales de las viviendas (en techos y en pisos) y la cuestión sanitaria (si cuentan con inodoro con descarga de agua, por ejemplo, y otras prestaciones).
A su vez, la dimensión de recursos corrientes refiere a la capacidad económica para adquirir los bienes y servicios básicos.

Comparando entre provincias
En la foto de 2022, el 34,5% de los hogares del país presentaban un tipo de privación (material o de ingresos) que los ubicaba debajo de la línea elemental.
En la provincia de Córdoba, ese porcentaje fue inferior al promedio nacional, con un 27,1%. De los 24 distritos, solo presentan números mejores que Córdoba la ciudad de Buenos Aires (Caba) con un 14,1%, y La Pampa, con un 24,2%.
Los registros más angustiantes aparecen en Santiago del Estero (56,5% de los hogares), Formosa (55,2%), Salta (53,8%), Jujuy (53,7%) y Chaco (52,5%)
Luego, se listan Tucumán (49,7% de los hogares), Corrientes (48,6%) San Juan (45,6%), Misiones (44,9%), Catamarca (40,6%), Mendoza (37,3%), La Rioja (36,7%), y San Luis (35%).
En tanto, con entre el 30% y el 35% se agrupan las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Neuquén y Río Negro.
Y ya muy parecida a la de Córdoba es la estadística de Santa Cruz, Tierra del Fuego y Chubut, con entre el 28 y el 29% de los hogares.
Córdoba, por dentro
Luego, el informe del Indec precisa lo que pasa hacia el interior de cada provincia.
En cada una se observan registros que no son uniformes: las Río CusartyoRpioRRcarencias pegan diferentes según las zonas de que se trate.

En Córdoba, por ejemplo, saltan a la luz también esas diferencias mapa adentro.
Los departamentos con menor incidencia de Indice de Privación Material de los Hogares (IPMH) son General San Martin (su cabecera es Villa María), Tercero Arriba (Río Tercero es su principal ciudad), San Justo (San Francisco es cabecera), Marcos Juárez y Río Segundo.
En esos cinco departamentos (todos del centro-este del mapa) los hogares que no llegan a cubrir esa línea elemental trazada van del 10% al 25%, frente a un promedio provincial del 27,1%, medido en 2022.
Luego, en un nivel medio (con entre el 25% al 30% de sus hogares) aparecen los departamentos del sur: Río Cuarto, Juárez Celman, Unión, General Roca y Roque Saénz Peña, más los del Gran Córdoba: Capital, Punilla, Santa María y Colón.
Ya con mayor cantidad de familias y de viviendas con carencias relevadas se alistan los departamentos Calamuchita, San Alberto, San Javier, Río Primero y Totoral, con registros por arriba de la media provincial, que van del 30% al 35% de los hogares censados.
Finalmente, los que en peor condición social se muestran son los del arco norte y noroeste: Cruz del Eje, Ischilín, Tulumba, Sobremonte, Río Seco, Minas y Pocho, con entre el 35% y el 50% de los hogares con esa condición. No es sorpresa: son las regiones que en todas las estadísticas se anotan entre las más postergadas de Córdoba en su desarrollo socioeconómico.
Sólo para comparar: hay zonas dentro de las algunas de las provincias más empobrecidas donde el IPMH supera el 80% de los hogares.
Corresponden dos reiteraciones. Una es que la foto es de 2022: si fuera una película actualizada, las imágenes que devolvería este 2025 serían con cifras más negativas que aquellas. Y otra es que el informe es “experimental”: una prueba para avanzar en su desarrollo con los años.