El popular fármaco semaglutida, comercializado como Ozempic para la diabetes y Wegovy para la obesidad, también podría ser una nueva herramienta para combatir otro problema de salud que afecta a millones de personas en el mundo entero.
Un estudio reciente de la Universidad del Sur de California (USC), publicado en JAMA Psychiatry, encontró que este medicamento reduce el deseo de beber, la cantidad de alcohol consumido y la frecuencia de episodios de consumo excesivo.
Un hallazgo clave para el tratamiento del alcoholismo
El alcoholismo es un problema de salud pública que causa aproximadamente 8.000 muertes al año en Argentina y está vinculado a enfermedades hepáticas, cardiovasculares y varios tipos de cáncer. A pesar de su gravedad, muy pocas personas buscan o reciben tratamiento.
El estudio confirma una observación anecdótica que médicos y pacientes han señalado desde que Ozempic y Wegovy ganaron popularidad: muchas personas que usan estos medicamentos para la obesidad o la diabetes notan una reducción en su deseo de consumir alcohol.
“Este es el primer ensayo clínico controlado con placebo que respalda científicamente esta observación”, explicó Christian Hendershot, autor principal del estudio y director de investigación clínica del Instituto de Investigación de Adicciones de la USC.
![Semaglutida en su versión Wegovy, inyectable autorizado en Argentina para bajar de peso - Imagen ilustrativa / Web](https://www.lavoz.com.ar/resizer/v2/DEUNTH5HFVDAJHT6PBU2257PPU.jpg?auth=e1a569b958e33da3c0d5ea67c6613d370836f437da23b59a3816b0cce663d937&width=1422&height=800)
Cómo se realizó el estudio
Los investigadores reclutaron a 48 adultos con trastorno por consumo de alcohol, quienes no estaban buscando tratamiento activo. Para calificar en el estudio, los participantes debían haber consumido más de 7 bebidas estándar por semana en mujeres y más de 14 en hombres, además de haber tenido al menos dos episodios de consumo excesivo en el último mes.
El estudio se desarrolló en tres fases:
- Fase inicial: los participantes fueron invitados a consumir alcohol en un ambiente controlado de laboratorio, donde los investigadores midieron la cantidad y la velocidad de consumo.
- Tratamiento: se administraron inyecciones semanales de Ozempic en dosis bajas o un placebo durante nueve semanas, registrando los hábitos de consumo de alcohol de los participantes.
- Fase final: se repitió el experimento inicial para evaluar cambios en el consumo de alcohol.
Resultados: menos deseo de beber y menos consumo excesivo.
Los hallazgos del estudio fueron contundentes:
- La semaglutida redujo el deseo de beber y la cantidad de alcohol consumido.
- Los participantes que recibieron el medicamento disminuyeron significativamente los episodios de consumo excesivo de alcohol en comparación con el grupo placebo.
- En el último mes del estudio, el 40% de los participantes que usaron Ozempic dejaron de beber en exceso, en contraste con solo el 20% del grupo placebo.
Además, en un pequeño subgrupo de fumadores, los participantes tratados con semaglutida también redujeron el número de cigarrillos consumidos diariamente.
Cómo actúa la semaglutida en el cerebro
La semaglutida es un agonista del receptor GLP-1, un tipo de medicamento que actúa sobre las áreas del cerebro relacionadas con el apetito y el control de impulsos. Según los investigadores, estos efectos podrían extenderse al consumo de sustancias como el alcohol y el tabaco.
“Los fármacos actuales para tratar el alcoholismo no son ampliamente utilizados”, detalló Hendershot. “La creciente popularidad de Ozempic y otros agonistas GLP-1 podría facilitar su adopción como tratamiento para el trastorno por consumo de alcohol”.
Aunque los resultados son alentadores, los expertos advierten que aún es necesario realizar estudios a mayor escala y a más largo plazo para determinar con precisión la seguridad y eficacia de la semaglutida en personas con alcoholismo.
“Estos datos iniciales sugieren que la semaglutida podría llenar un vacío en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol”, afirmó Klara Klein, coautora del estudio. “Pero todavía necesitamos más evidencia antes de que pueda recomendarse ampliamente”.
Este descubrimiento abre una nueva vía en la lucha contra el alcoholismo y plantea la posibilidad de que los medicamentos desarrollados para otras condiciones puedan tener aplicaciones inesperadas y beneficiosas en la salud pública.