Una década llevan los reclamos de la comunidad educativa del Ipem 92, de barrio Quintas de Argüello, por las condiciones edilicias de la escuela.
El Gobierno provincial está construyendo un nuevo edificio que debería haberse entregado en octubre de 2013. Ahora, el Ministro de Educación prometió que los alumnos comenzarán el ciclo lectivo 2015 con nueva infraestructura.
Las paredes decoradas de negro, un cartel que reza “Escuela de luto” y la entrada del colegio con la inscripción
“Q.E.P.D”, así lució ayer el Ipem 92 de barrio Quintas de Argüello, por la toma decidida por los alumnos que integran el Centro de Estudiantes, cansados del estado edilicio del colegio.
Padres, profesores y alumnos declararon ayer a la escuela “de luto” ya que la condición edilicia “no da para más”, según aseguraron.
“Estamos de luto por la escuela, porque consideramos que el edificio está agonizante. Los chicos no tienen espacio para hacer educación física, las paredes y techos son de durlock y se caen, se ven cruzar las ratas entre los huecos que quedan en los paneles”, explicó a Luciana Moriconi, profesora de Lengua y Ciudadanía y Política.
“Estamos dando clases en estas condiciones hace 10 años, este edificio está declarado en ruinas en los papeles”, añadió.
El Gobierno provincial está construyendo un nuevo edificio hace ya dos años. Pero la comunidad educativa del Ipem 92 aseguran que la obra va “lerda”. “Nos han dicho que no está terminado, ni siquiera para empezar el ciclo ahí el año que viene, cuando en el cartel de la obra dice: ‘Obra a entregar octubre 2013’”, dijo Moriconi.
Promesas
Tras conocerse la toma del Ipem 92 en los medios de comunicación, el ministro de Educación de la Provincia, Walter Grahovac, recibió a un grupo de alumnos, padres, una delegada docente y la directora.
Luego de la reunión, los padres indicaron que hay una “promesa por escrito” de Educación de que los alumnos comenzarán el ciclo lectivo 2015 en el nuevo edificio.
En Patricios
Aulas. El colegio José María Paz de barrio Patricios sólo tiene cuatro años de antigüedad.
Hoy, cuando llueve, el agua corre por las paredes. Los padres tomaron ayer el complejo y exigieron una solución inmediata.
Según cuentan, hay paredes agrietadas que se llueven y no se pueden usar las aulas. El sótano, que es el piso del comedor, está a punto de derrumbarse, y el piso de la biblioteca se está hundiendo.
