Este martes se presenta en el juicio por las muertes de bebés en el hospital Materno Neonatal de la ciudad de Córdoba el análisis criminológico elaborado por un equipo de Policía Judicial liderado por la abogada Ana Cufré. Esta declara junto a la licenciada en Trabajo Social Aída Raquel Ibarra, ambas integrantes del Gabinete de Análisis del Comportamiento Criminal.
Ibarra contó haberse formado por las policías alemana y francesa, es docente de Criminología y cursa un master. Intervino en el caso del violador serial Marcelo Sajen.
Cufré dijo que ganó su cargo por concurso, cursa una maestría y es docente.
Explicaron que el trabajo requirió de varias etapas, sobre la base de un metodología. Por las características del hecho, se conformó un equipo interdisciplinario con profesionales médicos como Iván Yuszczyk, neonatólogo del Instituto de Medicina Forense y participante en la pericia inter y multidisciplinaria, y Carlos Gabriel Savio, médico de la división Medicina Legal de Policía Judicial. También formaron parte Carolina Camba, arquitecta, especialista en planimetría del Gabinete de Reconstrucción Criminal, y Juan Ulises Fernández Brizuela, fotógrafo de ese mismo gabinete, para desarrollar el aspecto gráfico.
Comenzaron mostrando en un mapa los distintos accesos al Centro Obstétrico donde ocurrieron los hechos, para mostrar cómo era la circulación en ese sector.
Afirmaron que se categorizó caso por caso, con una estructura definida por la metodología consolidada en la disciplina. El análisis hizo una línea de tiempo del recorrido de cada mamá y de cada bebé en el hospital.
“Hay patrones y características muy particulares que definen la serialidad. La temporalidad es uno. Hay un espacio entre una víctima y la siguiente, que parece definido por la oportunidad. Es el período de enfriamiento del victimario. El modus operandi es otro. La víctima era muy vulnerable y el victimario tenía que tenerla muy cerca para poder inocular con un elemento exógeno como potasio o insulina”, fue desgranando Ibarra.
“Hubo serialidad criminal por pluralidad de víctimas, por el lugar y el momento elegido, amplió Ibarra.
“Una sola persona, si tiene los conocimientos y habilidades, puede ser el o la agresora”, consideró la profesional. “Una persona cuya presencia en el lugar de los hechos esté justificada por su actividad laboral, puede desplazarse sin llamar la atención”, describió, además.
“Por las restricciones debidas al Covid, el acceso a los lugares donde ocurrieron los hechos era muy restringido”, amplió Cufré. Esas restricciones se habrían flexibilizado junto con el resto de los protocolos pandémicos, a lo largo de la serie de casos.
“El Centro Obstétrico es un área muy restringida, con instancias de seguridad, al que se accede con medidas de protección. No cualquiera puede pasar ni pasar inadvertido”, amplió Ibarra.
Gustavo Nievas –defensor de la principal sospechosa, la enfermera Brenda Agüero– preguntó si en el momento en que se examinó el lugar, en mayo de 2023, las condiciones de restricción eran las mismas. Ibarra dijo que no lo habían verificado, pero se habían estudiado los planos de los lugares. “No hubo cambios estructurales de un momento a otro. No eran materia de este informe las restricciones por Covid”, puntualizó Cufré.
“El agresor tiene que tener conocimiento en el manejo de sustancias que son letales de manera rápida y efectiva”, respondió Ibarra a consultas del fiscal de Cámara Sergio Ruiz Moreno sobre las habilidades que tendría que tener el autor o la autora de los presuntos crímenes. “Habilidades y conocimientos de manejo y de uso de esa herramienta, la utilizada para realizar estos ataques”, puntualizó Ibarra.
“Si el asesino no hubiera sido detenido, hubiera seguido matando. Hay un período de enfriamiento, pero también una compulsividad. Va evaluando el contexto, la oportunidad. Pero no hubiera parado”, respondió Ibarra a una consulta del querellante Carlos Nayi.
Trucco preguntó cuánto tiempo llevó hacer el informe. Las expertas indicaron que fueron nueve meses de trabajo, con doble lectura del expediente y ampliar y resolver dudas que planteaba cada caso.
Controversia
Desde la defensa de la exdirectora del Neonatal, Liliana Asís, cuestionaron que las expositoras sacaran conclusiones médicas sin tener especialidades en ese campo del conocimiento. El abogado Felipe Trucco discutió, de ese modo, que se avance en el caso por caso.
El fiscal Sergio Ruiz Moreno y los abogados querellantes Carlos Nayi y Nicolás Ruades explicaron que para el informe se estudiaron historias clínicas y todo el material que existía para el análisis cuando el expediente tenía 21 cuerpos. Al llegar al juicio, la causa ya tiene 36 cuerpos. Esa precisión ahondó la polémica.
En ese momento no estaba incorporada la pericia inter y multidisciplinaria ni la pericia informática, advirtió el defensor de la enfermera Brenda Agüero, Gustavo Nievas: “Vimos la película hasta que el muchachito se subió al barco y no vimos nada más”, graficó. Algo parecido planteó Orosz.
Justiniano Martínez -abogado del exsecretario de Salud Pablo Carvajal- pidió que se aclare que no son peritos, sino colaboradoras del Ministerio Público Fiscal. “Son opiniones; la fiscal los trató de peritos pero son colaboradoras, nada más que eso”, señaló Martínez. “Testigos expertas”, apuntó la fiscal adjunta Mercedes Balestrini.
El abogado Germán Matheu, que defiende a Diego Cardozo, exministro de Salud provincial, hizo énfasis en que se aclare que “son testigos empleadas del Ministerio Público Fiscal”.
La defensora pública oficial Ana Pagliano abogó para que se avance en el análisis del caso por caso, justo antes de que el Tribunal, luego de deliberación en la propia sala, acepte que se presente el informe “aunque no revista la calidad de pericia, no tenga la conclusión médica completa y porque se trata de una prueba mportante para la teoría del caso del MPF”, según explicó la presidenta Patricia Soria.
Caso por caso
Cufré explicó el estudio de cada caso para llegar a responder las preguntas que hizo la fiscalía. En el caso de Natalí Martínez, que venía con un diagnóstico con colestasis y mamá de U.M., nacida el viernes 18 a la 0.01, el informe marca los movimientos del “binomio” de mamá e hijo en los momentos en que están juntos, cuando se separan y cuando vuelven a estar en compañía, y quienes asistieron a una y otro.
“En este caso, la mamá detecta un signo: siente un solo grito. Y dice que estaba morada o negra, avisa a la enfermera que estaba a cargo y las médicas ya describen los síntomas como bradicardia, apnea, cianosis, hipotonía generalizada, le realizan maniobras de reanimación avanzada, que son invasivas sobre el niño”, conto Cufré.
La enfermera que estaba a cargo de la sala de recuperación era Brenda Agüero, quien tuvo en brazos a U.M., según describe en su testimonio la médica Silvana Cagliero. Es también quien registró la descompensación en la historia clínica.
En el segundo caso, el de Francisco Calderón, hijo de Vanessa Cáceres, el nacimiento se dio en el Centro Quirúrgico, porque se iba a hacer por cesárea y luego se practicaría una ligadura de trompas. Se trata de una madre con controles previos, bebé sano, de mamá sano. Es el primer bebé fallecido y la enfermera que estaba asignada a recuperación, donde el bebé se descompensa, era Agüero. En este caso se registró una herida posiblemente producto de un pinchazo.
Qué concluye el análisis criminal
En este análisis, se dice que, “del estudio comparativo de los distintos casos, se puede afirmar que los 13 pertenecen a una serialidad criminal”.
Listan los siguientes motivos:
- La víctima seleccionada por el/la autor/a: se trata de 13 víctimas vulnerables recién nacidas vivas.
- El lugar seleccionado por el/la autor/a: todos los casos sucedieron en ámbito de acceso restringido al público del hospital Materno Neonatal Dr. Ramón Carrillo.
- El momento elegido por el/la autor/a: se advierte que, en la mayoría de los casos, las descompensaciones se produjeron durante las primeras horas de vida posteriores al nacimiento de las víctimas. Además, se advierte que la mayoría de los hechos fueron ejecutados en un mismo día.
- Modalidad utilizada: se trata de víctimas sumamente vulnerables que no pueden oponer ningún tipo de resistencia y, aprovechando esta circunstancia, el/la autor/a buscó el momento oportuno de acceso a las víctimas para tener contacto físico e inocular una sustancia exógena.
En este análisis, dicen también que “puede sostenerse que el/la autor/a se trata de una persona cuya presencia en el lugar de los hechos estaba justificada, seguramente por su vinculación laboral, ya que se trata de un lugar de acceso restringido y no generó sospecha y se pudo desplazar en él e interactuar con pacientes de manera habitual sin inconvenientes. Esto implica también que esta persona conocía el lugar, el espacio y la dinámica interna. Se trata de una persona que debería tener conocimientos y habilidades relacionadas con la medicina, habilidad en el manejo de recién nacidos, conocimientos vinculados a los efectos de distintas sustancias, utilización de instrumental médico, así como el acceso a medicamentos, insumos e instrumental médico depositados en el mismo hospital, aunque no excluyentemente”.
Lo que en especial interesa a la fiscalía es que no se desagrega la conclusión para algunos casos, como en la pericia inter y multidisciplinaria, sino que se habla de una serie criminal para los 13 casos que llegaron bajo sospecha al juicio.