Es automático: hace calor y la demanda de bebida y picadas, las salidas a bares y la ropa de temporada se disparan. En cambio, si hace frío, las ventas permanecen planchadas.
El clima afecta de manera directa a la venta de productos de temporada. A la situación económica general se le suma ahora la lluviosa. Octubre fue el más frío en el país en los últimos 54 años, según informó el Servicio Meteorológico.
Noviembre no trajo mejoras. Arrancó el mes y con él las lluvias. "El clima afecta muchísimo al sector. Hay una gran caída en las ventas y además del frío, la lluvia no invita a venir al Centro", se lamentó Enrique Bertoldi, integrante de la Cámara de Comercio de Córdoba.
"Estamos en niveles de venta muy bajos. Los comercios tienen todo lo de verano en vidriera. De invierno es poco y nada lo que queda. ¿Quién compra botas en noviembre? Pero tampoco vendemos sandalias si no hace calor", aseguró el comerciante. "Ojalá cambie el clima. Sale el sol y a las tres horas tenemos público", dijo.
El tiempo también influye en el menú de los cordobeses. Esta primavera ha visto más guisos servidos en la mesa que picadas de fiambre y queso con cerveza. Germán Romero, gerente del Centro de Almaceneros, aseguró que "el clima afecta más a la venta de fiambres, que a la bebida". "Los almacenes dicen que se está vendiendo la mitad de fiambres que lo normal para la época", aseguró.
En la zona de bares de Güemes ocurre algo similar. Diego Lucientes, dueño del bar Desafinado, admitió: "Viene siendo negativa la temporada, con menos clientes y menos consumo; encima, la cantidad de días de elecciones nos afectó mucho". Dijo que en la calurosa primavera de 2014 trabajó "más y mejor", en cuanto a cantidad de gente y consumo.
José María Garombo, dueño del restobar Okupas, reveló que octubre fue "feo" en consumo. "El mal clima afecta a todos los negocios nocturnos y siempre fue un problema. La gente prefiere guardarse", dijo.
Gonzalo Martínez Guerra, propietario del restobar The Rooftop Güemes admitió que "se nota un menor movimiento de gente en la calle", pero aclaró que en su negocio "no es tan abrupta" la merma.
Héctor Rubini, gerente del restobar Alfonsina, asegura que el mal clima no afectó la concurrencia al local. "Tenemos mesas en el patio y también bajo techo, de manera que nuestros clientes siguen viniendo pese a la lluvia", indicó. No obstante, dijo que "cayeron las ventas entre 10 y 15 por ciento a causa de la situación económica".
El trabajo de los pileteros también está asociado al clima. Si hace calor, la pileta se usa y se limpia más seguido.
Lucas Sassi, de Limpiafondo, contó que el año pasado a esta altura estaban con "mucho más trabajo". "La temporada viene atrasada", indicó y contó que al hacer calor limpian su pileta tres veces por semana, ahora lo hacen una vez.
El mal tiempo complica a los comerciantes
La venta de ropa, el movimiento de los bares y la actividad de los pileteros, entre los servicios más afectados.
4 de noviembre de 2015,
